Esta mañana, a las 11.30 horas, ha tenido lugar en directo, desde la Oficina de Prensa de la Santa Sede, la presentación de la Conferencia Internacional de Estudios "Encuesta sobre la historia de los primeros siglos de la Iglesia", organizado por el Comité Pontificio de Ciencias Históricas en colaboración con la Université Catholique de Lyon, que tendrá lugar en el Vaticano, en el Istituto Maria Santissima Bambina, del 27 al 29 de octubre de 2021.
Han intervenido el Reverendísimo Padre Bernard Ardura, O. Praem, Presidente del Comité Pontificio de Ciencias Históricas y el Prof. Gaetano Lettieri, miembro del Comité Pontificio de Ciencias Históricas y director del Departamento de Historia, Antropología, Religiones, Arte y Espectáculos de la Universidad "La Sapienza" de Roma.
Publicamos a continuación, la intervención del Reverendísimo Padre Bernard Ardura:
Intervención del Reverendísimo Padre Bernardo Ardura
La conferencia que se inaugurará el miércoles 27 de octubre estaba programada para celebrarse hace exactamente un año y todos los ponentes contactados habían manifestado su adhesión al proyecto. Las condiciones sanitarias en nuestros respectivos países, la imposibilidad de organizar conferencias y otros eventos, y las dificultades para viajar nos han obligado a aplazar la conferencia hasta este año.
Por estatuto, el Comité Pontificio de Ciencias Históricas está encargado de promover el estudio de la historia de la Iglesia y de toda la historia de la Iglesia, es decir, de los veinte siglos que nos separan de la vida terrenal de Jesús y sus apóstoles.
Además, en los últimos años, el Papa Francisco ha insistido en la necesidad de que el Comité promueva una colaboración fecunda en el ámbito científico no sólo con las instituciones académicas católicas, sino también con todos los historiadores y especialistas en las ciencias auxiliares de la historia, dispuestos a trabajar juntos en la búsqueda de la verdad, teniendo en cuenta únicamente su competencia científica.
Aunque el pasado se haya ido, las personas ya no estén, sus experiencias hayan terminado, quedan, sin embargo, retazos del pasado: obras literarias, documentos administrativos, objetos, obras de arte, hallazgos arqueológicos, que no obstante no representan el pasado en su totalidad.
Ahora bien, sabemos que, a lo largo de los siglos, se han enfrentado ,a menudo, al menos dos visiones de esta historia.
La primera, ilustrada por la Historia Eclesiástica de Eusebio de Cesarea, se propone presentar la historia de la Iglesia desde los tiempos de los apóstoles hasta su época, especialmente en lo que se refiere a las sucesiones episcopales en las sedes más importantes, la historia de los teólogos cristianos y las herejías, y la historia de los mártires.
La segunda se presenta como una alternativa al modelo eusebiano, y adopta la convicción de que hubo una decadencia y corrupción constante del cristianismo, desde la Antigüedad hasta la Reforma protestante del siglo XVI.
La actitud de los reformadores hacia la historia cristiana anterior es la que describe Calvino: los primeros concilios ecuménicos, hasta el de Calcedonia en 451, son aceptados como si contuvieran "sólo una interpretación pura y evidente de la Escritura". En el contexto luterano, inspirado en la apologética cristiana primitiva, los autores describen la historia de la Iglesia como una decadencia, pero en cada siglo quedaron núcleos de cristianos fieles a la palabra de Dios, que formaron un puente hasta la Reforma del siglo XVI. Mientras Eusebio se esforzaba por demostrar la sucesión apostólica de los obispos, la historiografía protestante produjo en el período de la Reforma una larga serie de obras para demostrar que la sucesión material de los obispos tenía como contrapartida una sucesión de expresiones de la verdad, que surge en cada época, aunque sea perseguida por la Iglesia oficial.
Más cerca de nosotros, el teólogo protestante Adolf von Harnack (1851-1930), que dominaba la historia de los orígenes cristianos hace un siglo, dio amplia difusión a esta segunda visión de la historia de la Iglesia en sus conferencias sobre "La esencia del cristianismo", pronunciadas ante 600 estudiantes en la Universidad de Berlín en 1899-1900.
Ha pasado ya un siglo, pero algunas de las convicciones de Harnack siguen estando de moda, en particular su afirmación de que no se puede decir nada con certeza científica sobre los dos primeros siglos de la historia de la Iglesia.
Varias visitas a la India, varios encuentros con eruditos especializados en la historia antigua profana, la búsqueda incesante de la verdad, el deseo de hacer un balance de los conocimientos adquiridos hasta ahora a través de los trabajos más recientes, han sido los elementos decisivos para inspirar la preparación de esta conferencia.
Al concebir y organizar el programa de esta conferencia, hemos querido responder a la apremiante invitación del Santo Padre, el Papa Francisco, de trabajar con estudiosos de todas las procedencias científicas, de las más variadas sensibilidades culturales y de los más diversos enfoques historiográficos.
Para ello, hemos solicitado los conocimientos de especialistas en geografía e historia de los primeros siglos, de las rutas comerciales y la economía en el mundo romano y en Asia, con especial atención a los movimientos de la diáspora judía y a los itinerarios de los primeros misioneros. El estudio de los monumentos literarios paganos y cristianos y la investigación arqueológica en Oriente y Occidente ofrecen nuevos conocimientos y abren perspectivas hasta ahora insospechadas, junto con las que permiten las nuevas tecnologías.
El enfoque historiográfico abierto que hemos elegido para este encuentro explica el término clave elegido para el título de la conferencia: "Encuesta". Sobre un tema tan amplio y en presencia de incesantes novedades, fruto de incansables investigaciones en los diversos campos de las ciencias relacionadas con la historia, esta conferencia no tiene en absoluto la pretensión de llegar a resultados definitivos. De hecho, nuestro encuentro es y pretende ser una "Encuesta", es decir, una exploración de los primeros siglos de la historia de la Iglesia, llevada a cabo con el objetivo de determinar qué elementos pueden considerarse como ciertos, o probables, o como superados por los nuevos conocimientos adquiridos.
Respondiendo a la petición del Santo Padre, el Comité Pontificio de Ciencias Históricas ofrece así a los estudiosos que han aceptado nuestra invitación la oportunidad de compartir sus investigaciones.
