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Conferencia de prensa de presentación del Documento de la Reunión pre-sinodal en preparación de la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, 24.03.2018

Esta mañana, a las 12,30, en la Oficina de Prensa de la Santa Sede, ha tenido lugar la conferencia de presentación del Documento de la Reunión pre-sinodal para la preparación de la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que tendrá lugar en octubre de 2018 y cuyo tema es “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”.

Intervienen  S.E. el cardenal Lorenzo Baldisseri, Secretario General del Sínodo de los Obispos, el Rev.do Augusto Zampini, Coordinador de la Reunión Pre- sinodal, la Revda. Sor Natalie Becquard, Coordinadora de la Reunión pre-sinodal y de los  jóvenes Percival Holt, Laphidil Twumasi y Briana Santiago

Siguen las intervenciones del cardenal Baldisseri, de Sor Natalie Becquard y de los tres jóvenes.


Intervención del cardenal Lorenzo Baldisseri

El pasado lunes, 19, se abrieron los trabajos de la Reunión Pre-Sinodal  en presencia del Papa Francisco. El Santo Padre habló con los jóvenes durante tres horas y media. Sus palabras, francas y directas, dirigidas a todos los participantes, tanto los físicamente presentes aquí en Roma, más de 300, como los conectados a través de las redes sociales, alrededor de 15.000, han despertado un gran interés. El Papa habló valientemente y pidió a los jóvenes que dejaran la vergüenza fuera de la puerta. Les pidió que fueran los protagonistas de este viaje sinodal y dijo que su contribución es indispensable para la preparación de la Asamblea sinodal en octubre. Citando las Sagradas Escrituras, recordó que a menudo son los jóvenes quienes vuelven a abrir la puerta de la esperanza en tiempos de crisis y que una Iglesia que no se atreve con nuevos caminos es una Iglesia condenada a envejecer. Sobre todo, el Santo Padre advirtió a todos contra la pretensión de hablar con los jóvenes sin interpelar  a los jóvenes. Hay que decir que la reunión, que se concluye hoy, ha sido una respuesta a este llamamiento.

Los aproximadamente 15.300 jóvenes que participaron en la Reunión, física o virtualmente, provienen de los cinco continentes y representan de diversas maneras a sus coetáneos en todo el mundo. Esta presencia disipa muchos falsos mitos y prejuicios sobre las nuevas generaciones. Hemos visto  jóvenes capaces de cantar a pleno pulmón pero también de callar y escuchar con extraordinaria atención, de bailar con el entusiasmo típico de su edad, pero también de pasar horas en asambleas plenarias o en grupos de trabajo, para razonar, hablar, confrontarse y poner sus ideas por escrito.
De todo el trabajo de esta semana, -realizado durante el día pero cuando ha sido necesario, incluso por la noche -  ha salido un amplio documento, discutido en el aula y en los círculos lingüísticos, que  ha sido aprobado definitivamente esta mañana. Como podemos ver, el método adoptado ha sido sinódico en todos los aspectos: en estos días hemos caminado juntos y nos hemos escuchado unos a otros,  llegando a elaborar un texto compartido en el que todos se han visto reflejados.

El documento de la Reunión pre-sinodal es una de las fuentes que contribuirá a la preparación del Instrumentum laboris para el Sínodo. Las otras contribuciones vendrán , en primer lugar,  de las síntesis enviadas por las Conferencias Episcopales y los Sínodos de las Iglesias Católicas Orientales, síntesis que también son el fruto de una  vasta escucha llevada a cabo en las diócesis del mundo.  A esas síntesis se sumarán posteriormente los resultados del cuestionario en línea propuesto a los jóvenes y las intervenciones del Seminario internacional sobre la situación juvenil organizado por la Secretaría General del Sínodo en septiembre de 2017, sin olvidar las observaciones enviadas libremente por individuos y grupos de cada parte del planeta.

El documento redactado durante esta semana se articular en tres partes, precedidas por una introducción: la primera parte trata sobre los desafíos y las oportunidades de los jóvenes en el mundo de hoy; la segunda de la fe y la vocación, del discernimiento y del acompañamiento de los jóvenes; la tercera de las actividades formativas y pastorales de la Iglesia. Sin querer proporcionar una síntesis detallada del texto, que propondrán  los que  hablarán después de mí, me gustaría señalar algunas ideas maestras y palabras clave que pueden ayudarnos a comprender sus contenidos.
Los jóvenes, que hablan en primera persona en plural, se definen a sí mismos como “the Young Church”, la Iglesia joven: hay una Iglesia de los jóvenes, que no está "enfrente" ni "en oposición" a una Iglesia adulta, sino "dentro" de la Iglesia como la levadura en la masa, para usar una imagen evangélica.

Del texto aflora un gran deseo de transparencia y credibilidad por parte de los miembros de la Iglesia, en particular de los pastores: los jóvenes se esperan una Iglesia que sepa reconocer con humildad los errores del pasado y del presente y se comprometa valientemente a vivir lo que profesa. Al mismo tiempo, los jóvenes buscan educadores con rostro humano, dispuestos, si es necesario, a reconocer su fragilidad. Otras categorías fundamentales del documento son la vocación, el discernimiento y el acompañamiento. Los jóvenes de hoy sufren por  la falta de verdaderos compañeros que los ayuden a encontrar su camino en la vida y piden a la comunidad cristiana que se haga cargo de su necesidad de guías autorizadas.

En definitiva, los jóvenes reclaman una Iglesia "extrovertida", comprometida en dialogar  sin preclusiones con la modernidad que avanza, en particular con el mundo de las nuevas tecnologías, cuyo potencial debe ser reconocido y orientado a su uso correcto. “An attractive Church is a relational Church”, dice el documento. El Papa Francisco, citando al profeta Joel (ver 3, 1), recordó el lunes que es propio de los jóvenes hacer profecías y tener visiones: los jóvenes de hoy preconizan una Iglesia del diálogo y de la acogida, de la  renovación y de la  escucha, como, por otra parte , pidió el Santo Padre desde el comienzo de su ministerio petrino.

Quisiera agregar que los jóvenes nos han dado en esta semana una demostración de gran seriedad, de búsqueda apasionada de sentido, de generosa apertura y espontaneidad.  Han expresado confianza en la Iglesia y grandes expectativas sobre ella. Se sienten movilizados, porque son protagonistas.

Mañana algunos de ellos tendrán el privilegio de ofrecer al Santo Padre el documento resultante de la Reunión. Idealmente, ese documento se entrega a todos los Padres sinodales en vista de la Asamblea de octubre. Significativamente, pondrá el texto en las manos del Papa un joven de Panamá, una nación que, como se sabe, será la sede de la Jornada Mundial de la Juventud en 2019.

Intervención de  Sor  Nathalie Becquart

"Una iglesia sinodal es una iglesia de escucha"
Papa Francisco, discurso del 17 de octubre de 2015

Llamada a servir en la  animación de esta reunión pre-sinodal, he vivido esta semana en medio de los jóvenes como una experiencia privilegiada para encontrar  y escuchar a esta generación, una experiencia viva de escucha del Espíritu Santo actuando en los corazones de estos 300 participantes tan diversos. Estoy muy agradecida  por el regalo que me ha sido dado  de acompañarlos en este proceso de elaboración del documento final.

He sido  testigo de su implicación y participación activa en este proceso de intercambio y escritura que se les propuso. Me impresionó la seriedad con que tomaron en serio el trabajo de reflexión y discernimiento que condujo a la redacción de un documento con palabras fuertes, que refleja sus análisis, visiones, deseos, convicciones, preguntas. Me impresionó, todavía más, la forma en que el Papa Francisco y la Secretaría General del Sínodo confiaron realmente en ellos abriendo un espacio de  libertad de expresión y  diálogo. Han sentido que les tomaban muy en serio y les consideraban plenamente responsable. Y se han  movilizado con energía increíble y mucho talento. Me conmovió especialmente la forma en que han sido los actores y los verdaderos protagonistas de este encuentro, buscando dar lo mejor de sí mismos para aportar una contribución significativa a la preparación del sínodo de los obispos.

Como ellos, he tenido la sensación de vivir un momento histórico, un nuevo Pentecostés que ha dado  a los participantes llegados  de todas las naciones la oportunidad de experimentar de una manera muy concreta la unidad posible en la diversidad, la comunión en un sentir común, la universalidad de la Iglesia en el respeto de las diferentes culturas. A través de esta dinámica de escuchar y compartir con respeto, hemos sido testigos de la sorprendente aparición de convergencias muy fuertes en muchos temas y, al mismo tiempo, de la sorprendente capacidad de esta generación de articular, como en un poliedro,  diferentes acentos y sensibilidades. Los jóvenes han expresado su alegría de caminar juntos en una iglesia inclusiva, abierta, humana, orientada al mundo y con visión de futuro. También me conmovieron especialmente los testimonios muy positivos de delegados no creyentes o de otras religiones que me dijeron cuánto se sintieron plenamente acogidos.

Marcados por su encuentro con el Papa que dio la pauta a esta semana, los jóvenes han vivido estos días  como un anticipo del mundo de paz y hermandad con el que sueñan. Regresan con inmensa alegría, orgullo y esperanza por  haber experimentado de manera muy concreta y profética el rostro de la Iglesia a la que aspiran: una iglesia auténtica, accesible, sencilla, creativa. Una iglesia audaz que asume el riesgo de unirse a ellos sin temor en el corazón de sus preguntas y realidades, y se atreve a darles todo el lugar que les corresponde.  Una iglesia sinodal donde todos caminan juntos, fieles y pastores, laicos, sacerdotes y consagrados, jóvenes y ancianos, en la escucha y la acogida recíproca.

Salgo con la convicción fortalecida de que la sinodalidad es realmente la clave para evangelizar a los jóvenes de hoy. Lo que han vivido durante la reunión pre-sinodal puede ser un modelo inspirador para la pastoral juvenil en las iglesias locales. Creo que hemos vivido a través de esta iniciativa simbólicamente significativa un hito en la preparación del sínodo de 2018, y tal vez incluso una nueva etapa en la recepción del Vaticano II, que estoy segura dará frutos para este mundo y para la Iglesia. Sueño que este poderoso aliento de juventud pueda resonar aquí en octubre y que los padres sinodales tengan oportunidades concretas de interacción con los jóvenes durante el sínodo.

Ciertamente, los jóvenes esperan que  los ancianos los guíen y acompañen, pero también tienen mucho que ofrecernos como nos han enseñado esta semana. No temamos consultarlos e involucrarlos en las instancias de decisiones en todos los niveles de la Iglesia.

Intervención de  Percival Holt

Soy Percival Holt, represento a la juventud de la India. Esta reunión ha sido  realmente una experiencia enriquecedora y un intercambio maravilloso de las realidades de los jóvenes de diversas esferas de vida en todo el mundo, centrándose en abordar las preocupaciones y principalmente la voz de los jóvenes de este milenio. "Aunque las realidades de la vida son bastante diversas para las personas de África, Asia o América, Europa, etc., extrañamente, los sentimientos y preocupaciones parecen ser bastante similares". Y debo decir que cotejar todas las preocupaciones y sacar un documento de la reunión sinodal ha sido  una tarea bastante hercúlea, pero el resultado parece atractivo. Algo que resulta claro del documento es que "las realidades actuales de los jóvenes de hoy en día necesitan atención urgente". Parece que los jóvenes tengan que “estirarse”  entre un mundo idealista y  uno realista y, en su mayoría, terminan exhaustos. Hay una alarmante necesidad de que nos ayuden a hacer frente a este mundo en rápida transformación en el que la carrera, la educación, la tecnología y las relaciones superficiales se cobran un precio sobre nosotros. La mayoría de los jóvenes se encuentran en una tremenda crisis de personalidad debido principalmente a presiones externas y falta de introspección, de relación con lo divino y otros. La espiritualidad es importante para muchos como una forma de vida, pero algo ambiguo para otros.

Como se menciona en el documento sobre la "relación de los jóvenes con la tecnología", en la India, de donde vengo,  hoy el mayor desafío de los jóvenes, es la repentina y rápida globalización de las últimas dos décadas que ha provocado una explosión de  la exposición a los desafíos y estilos de vida de la otra parte del mundo que para nosotros  es demasiado difícil digerir tan pronto, y nos hace vulnerables y dependientes de la tecnología para casi todo,   lo que conduce a la pérdida de empleo y de la paz. La "inteligencia artificial y las redes sociales", que en realidad son un hermoso medio de conexión y conectividad en todo el mundo, también se están convirtiendo en una pesadilla. "Discernir el propósito de la vida" parece ya ambiguo en este mundo que cambia rápidamente, ampliado además  por la exposición repentina y la explosión de conocimiento y sensibilización que son algo nuevo especialmente para los jóvenes de la India. Todo esto apunta a una necesidad puntual, la necesidad de una guía para que los jóvenes de hoy sean ayudados  a discernir el propósito de su vida y encuentren el camino para navegar, superando todos los obstáculos en su camino.

En mi país y en muchos otros, siento que los jóvenes de hoy son más prácticos, sensibles y objetivos: son fuertes y claros acerca de sus sentimientos y expectativas. Los jóvenes quieren orientación y "acompañamiento en su trayectoria de  vida". Por lo tanto, este documento es un grito de los jóvenes para que se les escuche y se les muestre el camino a través de la vida en este mundo caótico.

Intervención de Laphidil Twumasi

Buenos días,
Soy  Laphidil Twumasi, de origen ghanés y representante del grupo de los Migrantes en Vicenza (Italia) y de la Pastoral de la Juventud de la diócesis de Vicenza en general. Vengo de la parroquia de San Lazzaro para ser específico.

Cerca de 300 jóvenes de todo el mundo se han encontrado en esta Reunión Pre-Sinodal. Ha sido una oportunidad nueva y muy interesante  la de reunir a jóvenes de diferentes culturas, idiomas y personalidades para colaborar en un documento tan revolucionario. Mientras vivíamos esta experiencia multicultural, también tuvimos la oportunidad de aceptar y apreciar nuestras diversidades. Los jóvenes hemos podido participar activa y verdaderamente en la realización del documento oficial de la reunión pre-sinodal y estamos muy contentos con esta novedad.

  Fui parte del grupo de  redacción del documento y ha sido  una experiencia única e inolvidable. Nos hemos sentido muy involucrados y  hemos trabajamos con el material que recopilamos de los 20 diferentes grupos de idiomas que se crearon. Había 9 grupos para inglés, 4 para español, 4 para italiano y 3 para francés. Además de estos grupos, hubo otros 6 grupos del mundo  de las redes sociales para  escuchar las voces de los jóvenes que no estaban físicamente presentes en la reunión pre-sinodal. En las redes sociales, se hicieron las mismas preguntas sobre los tres temas que tuvimos nosotros:

-Desafíos y  oportunidades de  los jóvenes en el mundo de hoy
-Fe y vocación, discernimiento y acompañamiento
-La acción educativa y pastoral de la Iglesia.

El desafío inicial fue recopilar 26 textos diferentes, traducirlos al inglés, buscar los puntos que tenían en común, hacer una especie de resumen y luego volver a traducir todo en diferentes idiomas. Nosotros, los miembros del grupo de redacción nos dividimos en 3 grupos para que cada grupo pudiera profundizar en  uno de los tres temas. Éramos 4 relatores y 3 traductores por grupo. Trabajamos tres días, o más bien noches, en el documento,  ofreciendo cada a vez a la asamblea general la oportunidad de compartir sus opiniones y comentarios sobre la  redacción y el contenido. En general hemos hecho un trabajo de síntesis tratando de poner nuestras ideas por escrito con un lenguaje directo, preciso y claro, asegurándonos de que cada joven se sintiera representado en el documento, sin excluir a nadie.

La mejor parte de esta tarea, en mi opinión, y lo que más me sorprendió, fue el hecho de que a pesar de tener un bagaje cultural diferente, teníamos casi todas las mismas ideas y pensamientos sobre estos temas. Esto refuerza mi opinión de que, como jóvenes, tenemos el mismo objetivo y las mismas necesidades. Nos preocupamos por el progreso de la Iglesia y de la sociedad en general. Una prueba de que los jóvenes no somos estúpidos, como dijo el Papa Francisco, y de que nuestra voz debe ser escuchada y tomada en consideración.Gracias.

Intervención de Briana Santiago

Buenas tardes. Mi nombre es Briana Santiago, tengo 26 años y soy originaria de San Antonio, Texas (EE. UU.). Estoy en el  cuarto año de formación con los Apóstoles de la Vida Interior, y en el  tercer año de estudios filosóficos y teológicos en la Universidad Pontificia de San Juan de Letrán, aquí en Roma.

La primera vez que escuché hablar de esta reunión pre-sinodal fue a  una de mis hermanas, que deseaba mucho compartir con la Iglesia nuestros años de experiencia en el ministerio de  los jóvenes. Posteriormente, me pidieron que formara parte del grupo de  los Social Media. Mi participación comenzó hace casi dos meses acogiendo a los jóvenes del grupo de idioma inglés en Facebook.  Se presentaba como una gran tarea, especialmente porque también soy estudiante y parte de una comunidad, pero ha sido una oportunidad increíble para "conocer" personas de todo el mundo. Había seis grupos de idiomas en Facebook. Todos los demás idiomas no representados se encontraban en el grupo inglés, y debido a esto pude chatear con personas de Filipinas, Inglaterra, África, Vietnam, los Estados Unidos, Malta, los Países Bajos, Hong Kong, Polonia, entre otros países. .

Una vez que todos llegamos a la reunión pre-sinodal el 19 de marzo, Alex, Cherise, James y yo (los cuatro moderadores de nuestro grupo) dividimos las 15 preguntas que se publicaron en Facebook, leímos cada comentario y escribimos un resumen para cada pregunta . Aunque todos pasamos más horas frente a una pantalla de las que  nunca habría imaginado, nos llenó de asombro y  nos hizo sentir muy humildes  la profundidad de la reflexión, el deseo de compartir, la vulnerabilidad y la gran sinceridad que las respuestas demostraban claramente.

Hoy hay aspectos de la sociedad que me habrían llevado a creer que los comentarios habrían ido en una dirección determinada, por la mayor parte política. Me conmovió descubrir que la gran mayoría de los jóvenes que participaron en la web tenían muchas otras cosas en mente: construir familias fuertes y unidas, participar en su iglesia local, rendir homenaje a la belleza de la liturgia, profundizar en la tradición de nuestros Padres de la  Iglesia, encontrar guías que puedan ayudarlos a aprender cómo discernir y tomar decisiones importantes, y demás. Ni una sola vez, en nuestro grupo, tuvimos que intervenir debido a un lenguaje irrespetuoso u ofensivo, como el que a menudo se puede encontrar en las interacciones en estas nuevas plataformas sociales. Aquí en la reunión pre-sinodal, nosotros, del grupo de medios sociales, recibimos ideas y sugerencias reales y concretas que luego se agregaron a la discusión de los otros 305 participantes que estaban físicamente entre nosotros.

Para mí personalmente, esta ha sido una experiencia increíblemente enriquecedora. Me he sentado a comer en una mesa  donde cada persona venía de un país diferente, pero todos compartían el deseo universal de conocer, de ser conocido, de compartir y de recibir. Ha habido una alegría que impregnaba el aire  y se podía percibir en la risa, las canciones y la charla durante los descansos. Las amistades que han nacido estos últimos cinco días no serán fácilmente olvidadas. He aprendido mucho de mis hermanos y hermanas estos últimos días, y llevaré todo lo que he experimentado aquí a mi ministerio como joven en formación para la vida consagrada.

Nosotros, los jóvenes estamos muy agradecidos por  haber tenido la posibilidad de unirnos, tanto física como digitalmente, para compartir nuestras similitudes, nuestras diferencias y así mejorar la naturaleza del documento que pronto se presentará a los Padres sinodales. Me gustaría extender mi más sincero agradecimiento a todos los que han estado  involucrados y que continuarán colaborando incluso después de que finalice esta semana. Gracias y Dios os bendiga.