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Decreto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos para aplicar las disposiciones del can. 838 del Código de Derecho Canónico, 22.10.2021

 

DECRETO

 

para aplicar las disposiciones del can. 838

del Código de Derecho Canónico

 

PROEMIO

            Tras la promulgación del Motu Proprio Magnum Principium del Sumo Pontífice Francisco, con el cual han sido modificadas las normas de los §§ 2 y 3 del can. 838 del C.I.C., es necesario corregir todo lo contrario que se prescribe en las Institutiones generales y en los Prænotanda de los libros litúrgicos, así como en las Instrucciones, Declaraciones y Notificaciones publicadas por este Dicasterio según las normas de los §§ 2 y 3 del can. 838 del C.I.C. 1983.[1]  Esto vale, sobre todo, para la Institutio generalis Missalis Romani del año 2002 y 2008, para los Praenotanda de las segundas ediciones de De Ordinatione Episcopi, presbyterorum et diaconorum, del Ordo celebrandi Matrimonium y de las ediciones del De Exorcismis y del Martyrologium Romanum y, particularmente, de las Instrucciones Varietates legitimae y Liturgiam authenticam. También hay que tener en cuenta que, conforme al nuevo can. 838, cuanto se dice en los Decretos de promulgación de los distintos libros litúrgicos debe interpretarse cada vez que se haga referencia a la autoridad o a la competencia jurídica de las Conferencias Episcopales y de este Dicasterio en lo que respecta a las adaptaciones y traducciones de los textos en lengua vernácula.[2]

            Movida por el citado Motu Proprio, esta Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos ha considerado su deber interpretar y, en la medida en que sea necesario, aclarar las leyes litúrgicas que ha emanado sobre esta materia, de modo que “ayude a las Conferencias Episcopales a llevar a cabo su tarea y trabaje para promover cada vez más la vida litúrgica de la Iglesia Latina”.

            Por tanto, según el Motu Proprio, con el presente Decreto, en la primera parte, se recuerdan, se interpretan y se modifican las normas, la disciplina, los procedimientos relativos a la traducción de los libros litúrgicos y su adaptación, en particular en lo que respecta a la competencia de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos y de las Conferencias Episcopales, sin perjuicio de la competencia de la Congregación para la Doctrina de la Fe y de las aprobaciones reservadas al Sumo Pontífice, mientras que la segunda parte indica algunas “variationes”, tras las ya publicadas en 1983,[3] que han de ser introducidas en las nuevas ediciones de los libros litúrgicos.

I

NORMAS Y PROCEDIMIENTOS

1.         Los libros litúrgicos reformados con la autoridad de los santos Sumos Pontífices Pablo VI y Juan Pablo II, los cuales decretaron su publicación y obligatoriedad para el Rito Romano, están destinados a la celebración litúrgica. Estos contienen las lecturas bíblicas, las oraciones de la Iglesia, los cantos y otros textos. También forman parte de los mismos las Institutiones generales y los Praenotanda,[4] que manifiestan la teología, la espiritualidad, la pastoral, la estructura y la disciplina de cada celebración. Estos libros, compuestos en lengua latina,[5] transmiten la tradición que, per ritus et preces, expresa la fe de la Iglesia.[6] Por tanto, su contenido no es patrimonio de una persona o de un grupo de fieles, ya que manifiesta la oración y la vida de la Iglesia.

2.         Los libros litúrgicos del Rito Romano en lengua latina son promulgados en editio typica por parte de la Sede Apostólica, que tiene el derecho de propiedad (copyright).[7]  El “concordat cum originali” es refrendado por parte de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. El mismo principio vale para las sucesivas ediciones (aliae editiones necnon editiones emendatae vel auctae). Pueden utilizarse desde su publicación, llevada a cabo normalmente por la Tipografía Vaticana y distribuidas por la Libreria Editrice Vaticana.

3.         Para imprimir o reimprimir dichos libros latinos para uso litúrgico (editio typica vel iuxta typicam), hay que obtener siempre un permiso de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. En el caso de las editiones iuxta typicam, los editores también deben firmar un contrato con la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica o, en su nombre, con la Libreria Editrice Vaticana. También se requieren permisos similares para la difusión en internet de libros litúrgicos o partes de los mismos.[8]

4.         En la reforma de los libros litúrgicos del Rito Romano, conforme a las disposiciones del Concilio Vaticano II, se ha tenido en cuenta tanto la necesidad de su versión en las lenguas vernáculas como su adaptación a la variedad cultural de los pueblos, así como la problemática inherente a dicha tarea. En este sentido, no hay que olvidar que:

            a) las versiones de los textos litúrgicos, como parte de los mismos ritos, son la voz de la Iglesia que celebra los divinos misterios, y tienen el mismo valor que los textos litúrgicos en lengua latina.[9] Por tanto, han de convertirse en lenguas “litúrgicas” y, a pesar de su variedad, mantener siempre la única y la misma voz de la Iglesia, la única y la misma “lex orandi”. Por eso, las versiones de los libros litúrgicos no pueden dejarse al arbitrio de particulares, sino que, confiadas a la responsabilidad de los Obispos, deben ser aprobadas por sus Conferencias;

            b) por el bien pastoral de los fieles, además de las adaptaciones ya previstas en los libros litúrgicos, que son competencia de quien preside las celebraciones, existen también otro tipo de adaptaciones, necesarias o útiles, que se dejan a la decisión y aprobación de las Conferencias Episcopales.

5.         “Tal como se expresa en la Constitución Sacrosanctum Concilium, en particular en los artículos 36 §§ 3-4, 40 y 63, y en la Carta Apostólica Motu Proprio Sacram Liturgiam, n. IX”,[10] el Motu Proprio Magnum Principium ha modificado la normativa canónica de manera que “aparezca mejor la competencia de la Sede Apostólica respecto a la traducción de los libros litúrgicos y las adaptaciones más profundas, entre las que se pueden incluir también posibles nuevos textos que se incorporarán a ellos, establecidos y aprobados por las Conferencias Episcopales”.[11]  En consecuencia también queda claro “el derecho y el deber de las Conferencias Episcopales”, facilitando la fraterna “colaboración entre la Sede Apostólica y las Conferencias Episcopales”[12] en orden a la publicación de los libros litúrgicos en las lenguas actuales.

6.         Como consecuencia del Motu Proprio, es necesaria una interpretación renovada de las normas aplicativas emanadas hasta ahora sobre las adaptaciones y traducciones para la liturgia. Sin embargo, hay que tener en cuenta que “los criterios establecidos han sido y siguen siendo útiles en líneas generales y, en la medida de lo posible, tendrán que ser seguidos por las Comisiones litúrgicas como herramientas adecuadas”.[13]

7.         Se recogen aquí las directrices y disposiciones relativas a las competencias tanto de las Conferencias Episcopales como de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Los actos de recognitio y de confirmatio, descritos en los siguientes números 43 y 45, son necesarios para culminar las decisiones de las Conferencias Episcopales y manifiestan la comunión que une al Romano Pontífice con los Obispos.[14]

 

RESPONSABILIDAD Y COMPETENCIAS DE LAS CONFERENCIAS EPISCOPALES

8.         A la luz del can. 838 §§ 2 y 3, corresponde a la Conferencia Episcopal publicar los libros litúrgicos, teniendo presente que en ellos hay traducciones de textos originales latinos y adaptaciones ya previstas en los mismos libros, que necesitan la confirmatio; por el contrario, puede darse también una adaptación más profunda (cf. SC n. 40) que no está indicada en los libros litúrgicos típicos y que, por tanto, necesita la recognitio.

            Tanto para la confirmatio como para la recognitio, el procedimiento de aprobación por parte de la Conferencia Episcopal tendrá lugar según el can. 455 § 2 del C.I.C.

La Conferencia Episcopal aprueba las adaptaciones de los libros litúrgicos según la norma del derecho (cf. can. 838 § 2)

9.         La adaptación más profunda del Rito Romano (cf. SC n. 40), salvaguardando siempre la unidad sustancial expresada en los libros litúrgicos típicos, está motivada por exigencias culturales (praxis rituales, símbolos, gestos) y no por otras razones; de hecho, se habla de “inculturación” del Rito Romano.[15] Es decir, se trata de expresar ritualmente, a través de gestos y símbolos, el mismo contenido expresado por gestos y símbolos tradicionales del Rito Romano. También hay otros casos de adaptación, como Calendarios particulares[16] o textos particulares sugeridos por necesidades pastorales.

10.       La Conferencia Episcopal evalúa las eventuales adaptaciones a llevar a cabo no indicadas en la editio typica, comprendida la formulación de nuevos textos, y las aprueba.[17] El proceso de estudio se encomienda a la Comisión Episcopal de Liturgia que, de acuerdo con la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe, puede contar con la colaboración de expertos.[18] Entonces, el Presidente de la Conferencia Episcopal transmite a la Sede Apostólica para su debida recognitio las actas de las decisiones de los Obispos, con un informe en el que se explican las decisiones realizadas y el iter seguido a la luz de las disposiciones vigentes.[19]

11.       Las adaptaciones que afecten a una o varias zonas de un País deben ser aprobadas, de todos modos, por la Conferencia Episcopal. Esto permite una evaluación más amplia y con mayor visión de futuro de determinadas decisiones.

12.       Las adaptaciones más profundas, tras la recognitio, forman parte de los libros litúrgicos de una determinada Conferencia Episcopal, y han de imprimirse con una indicación tipográfica que las distinga como una particularidad propia. Por lo tanto, no pueden ser adoptadas en los libros de otra Conferencia Episcopal, sin que ésta las apruebe y solicite la recognitio de la Sede Apostólica.

La Conferencia Episcopal prepara las versiones de los libros litúrgicos en las lenguas vernáculas y las aprueba, solicitando la confirmación antes de su publicación (cf. can. 838 § 3)

-           La lengua

13.       La preparación de la versión de los libros litúrgicos presupone una valoración que tenga en cuenta, en primer lugar, la lengua,[20] sus prerrogativas y su difusión, contemplando su uso en un futuro próximo, a partir de su aprendizaje por parte de las jóvenes generaciones. La adopción de las lenguas vernáculas en la liturgia debe tener en cuenta, entre otras cosas, que el criterio fundamental es la participación del pueblo en las celebraciones litúrgicas y no otro tipo de conveniencias, como, por ejemplo, implicaciones socio-identitarias.

14.       Corresponde a la Conferencia Episcopal decidir qué lengua o lenguas adoptar en la liturgia para el ámbito de su competencia, valorando si es factible, y en qué medida, hacer versiones de todos o algunos de los libros litúrgicos típicos, de todo el libro o sólo de aquellas partes del mismo que, particularmente, sean más necesarias o útiles para favorecer la participación del pueblo en la liturgia.[21]

15.       Un requisito básico previo es la existencia de la versión de la Biblia en una determinada lengua, aprobada por la Conferencia Episcopal.[22]  Los textos de la Sagrada Escritura son, en efecto, la fuente primaria e ineludible de la liturgia,[23] indispensable para la formación de una lengua litúrgica.[24]

16.       La decisión de la Conferencia Episcopal sobre la adopción y la extensión de una determinada lengua en la liturgia se transmite a la Sede Apostólica para la debida confirmatio,[25] sin la cual no es conveniente iniciar la labor de traducción.

-           El proceso de traducción

17.       La experiencia de los últimos años nos ha enseñado que la labor de traducción de textos bíblicos y litúrgicos es una tarea compleja. Dado que corresponde a los Obispos la grave responsabilidad en esta materia, la Conferencia Episcopal debe encargarse directamente de la misma,[26] sirviéndose de la necesaria colaboración de personas idóneas, contando con expertos formados en la traducción del latín litúrgico, y con la ayuda de medios adecuados,[27] entre los cuales, la elaboración de una ratio translationis y de un diccionario para las expresiones litúrgicas no bíblicas.

18.       La Comisión Episcopal para la Liturgia desempeña un papel decisivo.[28] Los obispos, que son responsables de las decisiones, cuenten con un grupo estable de expertos para asegurar la continuidad del trabajo. Para garantizar en una determinada lengua la expresión correcta e íntegra de la fe de la Iglesia católica, transmitida según su enseñanza y el vocabulario adecuado, es evidente la necesidad de contar con el parecer de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe. Las decisiones finales competen a la Conferencia Episcopal, órgano que permite a todos los Obispos, con derecho a voto, cooperar en su tarea de maestros del pueblo de Dios, siendo la oración litúrgica la manifestación más clara de lo que la Iglesia cree y está obligada a creer.

19.       De hecho, “el fin de las traducciones de los textos litúrgicos y de los textos bíblicos, para la liturgia de la palabra, es anunciar a los fieles la palabra de salvación en obediencia a la fe y expresar la oración de la Iglesia al Señor. Para ello, es necesario comunicar fielmente a un pueblo determinado, con su propio lenguaje, lo que la Iglesia ha querido comunicar a otro por medio de la lengua latina. No obstante la fidelidad no pueda juzgarse por las palabras individuales, sino en el contexto de todo el acto de la comunicación y de acuerdo a su propio género literario, sin embargo, algunos términos específicos también deben ser considerados en el contexto de la fe católica íntegra, porque cada traducción de textos litúrgicos debe ser congruente con la sana doctrina”.[29]

20.       El can. 838 § 3, pide a las Conferencias Episcopales “preparar fielmente las versiones de los libros litúrgicos en las lenguas vernáculas”. El adverbio fielmente implica una triple fidelidad: al texto original, a la lengua particular a la que se traduce y, por último, a la comprensibilidad del texto por parte de los destinatarios iniciados en el vocabulario de la revelación bíblica y de la tradición litúrgica.

21.       Fidelidad, sobre todo, al texto original, es decir, en lengua latina, presente en los libros litúrgicos propios del Rito Romano. Se entiende que, al tratarse de una traducción, el texto latino sirve siempre de referencia en caso de duda sobre el sentido correcto. En segundo lugar, no se debe excluir que la versión de los textos litúrgicos en una lengua más difundida, ya confirmada por la Sede Apostólica, puedan utilizarse también como ayuda interpretativa.

22.       Fidelidad, pues, a la lengua a la que se traduce, ya que cada lengua tiene sus propias peculiaridades. El cometido de la traducción consiste en conjugar el respeto a la idiosincrasia de cada lengua dando “plena y fielmente el sentido del texto original del texto latino”.[30]

23.       Por último, fidelidad a la comprensibilidad y a las “necesidades espirituales”[31] de los destinatarios, teniendo en cuenta que “el texto litúrgico, como signo ritual, es un medio de comunicación oral”.[32]  La tarea de traducción exige, entre otras cosas, prestar atención a los distintos géneros literarios (oraciones presidenciales, aclamaciones, cantos, moniciones, etc.), así como al hecho de que hay textos destinados a la proclamación, a la escucha o a ser pronunciados coralmente. Se entiende que el lenguaje litúrgico -términos, elementos, signos- debe ser explicado en la catequesis a la luz de la Sagrada Escritura y de la tradición cristiana.

24.       La traducción concierne a todo el libro, incluyendo documentos tales como las Constitutiones Apostolicae, Institutiones, Praenotanda. Si hay motivos que puedan sugerir que se proceda por partes, especialmente con respecto al Misal, con su Leccionario, y a la Liturgia de las Horas, es necesario tener en cuenta la coherencia interna del libro y los mismos criterios seguidos en la traducción del vocabulario y de la terminología de las rúbricas.

25.       Merece especial atención la traducción de los textos litúrgicos de mayor relevancia. Los textos relevantes, según el principio “lex orandi - lex credendi”, son el Ordo Missae,[33] y en particular las Plegarias Eucarísticas,[34] la fórmula de la Profesión de Fe, la Oratio dominica. También las respuestas de los fieles y las aclamaciones comunes, a menudo inspiradas en textos de la Sagrada Escritura, son expresiones que necesitan una cuidadosa traducción para favorecer su estabilidad en el tiempo y evitar continuos cambios. Las fórmulas sacramentales son aprobadas por el Santo Padre.[35]

26.       Cuando una lengua se habla en diversos países, sin duda, es conveniente adoptar una misma versión, sobre todo para los textos litúrgicos relevantes.[36] El deseo, siempre reiterado en estos años, es que las versiones de los textos litúrgicos en una misma lengua se preparen con la cooperación de las Conferencias Episcopales interesadas.

27.       Para ello, es útil contar con Comisiones mixtas,[37] constituidas por Obispos, delegados por las respectivas Conferencias Episcopales a las que pertenecen, que pueden contar con la colaboración de expertos de diferentes países. Tales Comisiones son instituidas por los Presidentes de las Conferencias Episcopales, y trabajan según un Estatuto (composición, competencia, funcionamiento) acordado por las propias Conferencias Episcopales. La Sede Apostólica puede actuar como mediación super partes para promover acuerdos y pareceres. Los textos preparados por estas Comisiones deben ser evaluados y aprobados por cada una de las Conferencias Episcopales y, después, transmitidos a la Sede Apostólica por sus respectivos Presidentes para la confirmatio.

-           La redacción del libro litúrgico y su aprobación

28.       En un libro litúrgico confluyen las traducciones de textos bíblicos, de textos eucológicos y de cantos, así como de eventuales adaptaciones previstas o no en las ediciones típicas latinas.

29.       Los textos bíblicos para uso litúrgico, según las normas vigentes, se toman de la traducción de la Sagrada Escritura debidamente aprobada por la Conferencia Episcopal.[38] Las perícopas bíblicas y su disposición en los Leccionarios, incluido el aparato crítico que las acompaña, deben corresponder a la normativa indicada en los libros típicos.[39]

30.       La versión de los textos eucológicos debe ser debidamente aprobada por la Conferencia Episcopal según los modos establecidos.[40]

31.       Los cantos litúrgicos propios son los indicados en los libros litúrgicos típicos. Otros cantos, siempre que sean apropiados en cuanto al texto, la función litúrgica, la congruencia con el día y el tiempo, deben ser aprobados por la Conferencia Episcopal.[41]

32.       También las diversas opciones con respecto a las adaptaciones que son competencia de la Conferencia Episcopal, previstas en las ediciones típicas, deben ser debidamente aprobadas por la misma.[42]

33.       Las adaptaciones no previstas en los libros litúrgicos, al final del proceso de valoración, deben ser debidamente aprobadas por la Conferencia de Obispos según los modos establecidos.[43]

-           La solicitud de “confirmatio” y de “recognitio” a la Sede Apostólica

34.       La traducción de un libro litúrgico, aprobada por la Conferencia Episcopal, se envía para su confirmatio a la Sede Apostólica con una carta firmada por el Presidente y el Secretario de la Conferencia Episcopal, acompañada de las actas relativas a la votación, junto con dos copias del texto, incluido también el formato electrónico, y un informe sobre el trabajo realizado y las decisiones efectuadas.[44] La misma norma, a la luz de los Estatutos de las distintas Conferencias Episcopales, vale también para la traducción de nuevos textos que se incluyan en un libro litúrgico.

35.       Cada vez que la Conferencia Episcopal considere útil hacer variaciones o correcciones en el libro litúrgico, o revisarlo para una nueva edición, es necesario seguir el procedimiento descrito en el número anterior.

36.       El mismo procedimiento vale para la solicitud de recognitio.

-           La publicación del libro litúrgico

37.       Obtenida la confirmatio y la recognitio de la Sede Apostólica, el libro litúrgico se promulga mediante un decreto firmado por el Presidente y el Secretario de la Conferencia Episcopal. Esto vale también en el caso de un libro litúrgico traducido a una lengua de una única parte del país.

38.       La impresión del libro litúrgico debe reproducir, en las páginas iniciales, los decretos en la lengua de promulgación por parte de la Sede Apostólica y de la Conferencia Episcopal, como el “concordat cum originali” del Presidente de la Comisión Episcopal para la Liturgia o, en su defecto, del Presidente de dicha Conferencia, y el imprimatur según el derecho.[45]

39.       La reimpresión del libro litúrgico incorporará las eventuales actualizaciones de los textos y las variaciones que hayan recibido previamente la debida confirmatio o recognitio de la Sede Apostólica; de ello se hará mención al inicio del libro.

40.       El copyright de los libros y textos litúrgicos en las lenguas actuales pertenece a la Conferencia Episcopal. En caso de adoptar dichos textos por parte de otra Conferencia Episcopal, los derechos se regularán mediante un acuerdo escrito entre las Conferencias Episcopales interesadas.

RESPONSABILIDAD Y COMPETENCIA DE LA CONGREGACIÓN PARA EL CULTO DIVINO Y LA DISCIPLINA DE LOS SACRAMENTOS

41.       A la luz del can. 838 §§ 2 y 3, con vistas a la edición de los libros litúrgicos en lenguas vernáculas, compete a la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos revisar (recognoscere) las adaptaciones, aprobadas según las normas de derecho por la Conferencia Episcopal, y confirmar (confirmare) las versiones de los textos, debidamente aprobadas por las Conferencias Episcopales.

-           La “recognitio”

42.       El proceso relativo a las adaptaciones no contempladas en los libros litúrgicos típicos requiere, tras su aprobación por parte de la Conferencia Episcopal, la recognitio de la Sede Apostólica, concedida por decreto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Al tratarse de elementos rituales y textos peculiares, la recognitio presupone su congruencia con el Rito Romano, con la finalidad de salvaguardar su unidad sustancial y, al mismo tiempo, su conformidad con la fe católica.[46]

43.       La recognitio consiste, por tanto, en una revisión llevada a cabo por parte de la Sede Apostólica de lo aprobado por la Conferencia Episcopal para su territorio, y de la legitimidad del iter seguido, teniendo en cuenta los motivos marcados por la cultura,[47] la tradición de un país[48]  y las necesidades pastorales.[49]

44.       En cuanto a las adaptaciones “ad interim” o “ad experimentum”, teniendo en cuenta los aspectos positivos y negativos aprendidos de la experiencia, la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos cuidará que se respeten los tiempos, los criterios y la evaluación de dichas adaptaciones, a fin de llegar a una definición estable de las mismas.

-           La “confirmatio”

45.       La “confirmatio” consiste en la ratificación dada por parte de la Sede Apostólica a la traducción de los textos bíblicos y litúrgicos, tras haber constatado la legitimidad del proceso de aprobación seguido por las Conferencias Episcopales para los diversos aspectos implicados, es decir, la adopción y extensión de una determinada lengua en la liturgia, los criterios de traducción, la integridad de los textos con respecto a los libros litúrgicos típicos, la correspondencia con los mismos, el cumplimiento de las opciones ya indicadas en los libros litúrgicos que competen a las Conferencias Episcopales.

46.       En cuanto a los Leccionarios, la confirmatio consiste en verificar que las perícopas bíblicas y su aparato crítico correspondan a la normativa de los libros litúrgicos típicos del Rito Romano.

47.       En cuanto a la traducción de las fórmulas sacramentales, según la normativa vigente, la confirmatio se concede tras la aprobación del Santo Padre.[50]     

48.       En caso de lagunas en la traducción o sea necesaria alguna aclaración acerca de textos relevantes (cf. supra n. 25) y de particulares fórmulas litúrgicas, como por ejemplo las plegarias de ordenación, dedicación, consagración, las fórmulas de exorcismo, los saludos del sacerdote y las respuestas de los fieles, las aclamaciones inspiradas en las Sagradas Escrituras, las oraciones del sacerdote y las respuestas de los fieles, las aclamaciones inspiradas en la Sagrada Escritura y algunos términos peculiares que deben entenderse en la fe de la Iglesia,[51] la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos dialoga con la Conferencia Episcopal a fin de obtener una solución a la luz de sus respectivas competencias.

49.       Cuando se trata de traducciones a una lengua común a varias Conferencias Episcopales, la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos dialoga con dichas Conferencias a fin obtener una solución consensuada, al menos para las fórmulas sacramentales, las respuestas de los fieles y los textos doctrinal y pastoralmente relevantes.

PROPIOS DE DIÓCESIS Y FAMILIAS RELIGIOSAS

50.       Aunque el can. 838 no se refiere a los textos litúrgicos particulares de las Diócesis y Familias Religiosas, esta materia, relacionada con los libros litúrgicos, requiere una adaptación normativa. Es decir:

            a) tienen Calendario particular, Propio de las Misas y Liturgia de las Horas, así como Martirologio:[52] las Diócesis, los Institutos de vida consagrada, las Sociedades de vida apostólica y otros previstos por el derecho;

            b) Para las Familias Religiosas se prevé también la adaptación del Ordo Professionis Religiosae[53] y otras celebraciones peculiares.

51.       Las celebraciones propias se insertan en armonía con el Calendario Romano general. El calendario litúrgico diocesano tiene en cuenta los calendarios nacional y regional. Todos los Calendarios particulares, compuestos por la autoridad competente, deben ser aprobados por la Sede Apostólica.[54]

52.       Por analogía con la norma del can. 838 § 2, la autoridad competente (el Obispo, el Superior o la Superiora General) es responsable de la redacción del Calendario particular y del Propio, [55] y luego los presenta, en lengua latina o en una lengua vernácula, a la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos para su recognitio, en la medida en que se trata de textos nuevos; para los textos litúrgicos en honor de nuevos Beatos, se pide al menos la colecta en latín.[56]

            En cuanto a los textos bíblicos para el Propio, se debe adoptar la versión de la Sagrada Escritura debidamente aprobada por la Conferencia Episcopal.

            Con respecto a los demás textos litúrgicos, especialmente los eucológicos, los criterios de composición son los que rigen los actuales libros litúrgicos. Para la extensión y la tipología de los textos, el modelo, según el grado celebrativo, es el Missale Romanum y la Liturgia Horarum.

            La disposición de los textos del Propio, incluido su aparato crítico, se inspira en las ediciones de los libros litúrgicos típicos y publicados en las lenguas actuales por las Conferencias Episcopales.

53.       Tras el iter previsto para la revisión o composición del Calendario particular y del Propio, la autoridad competente solicitará la recognitio a la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.

            La solicitud debe ir acompañada de los textos a aprobar, presentados por duplicado y en formato electrónico, con un breve informe detallado de los trabajos realizados, incluyendo los motivos de los cambios o la inserción de celebraciones, a la luz del último Calendario y Propio aprobados y de la normativa vigente.

54.       Los textos del Propio, en latín o en otra lengua, obtenida la recognitio mediante decreto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, deben considerarse típicos; sus versiones en otras lenguas son presentadas por la autoridad competente a la misma Congregación para su confirmatio, acompañadas de un breve informe.

55.       El Propio de las Misas y de la Liturgia de las Horas de las Diócesis y de quienes tengan derecho no constituye un libro litúrgico en sí mismo, ya que se añade al Misal Romano y a la Liturgia de las Horas, de los que depende para el ordinario y los Comunes.[57]

II

VARIATIONES *

 

* Litteris rubris indicantur verba seu partes in libros liturgicos noviter inducta.

Uncis quadris cum punctis rubris […] significantur verba seu phrases, quae e textibus librorum liturgicorum posthac omittenda sunt.

Punctis rubris sine uncis quadris … significantur textus, qui in libris liturgicis manent immutati.

Notae in calce ad textus librorum liturgicorum servantur nisi aliter notetur vel in ipsis quaedam adiungenda vel delenda vel mutanda indicentur.

Novae notae in calce adducendae, donec aliter provideatur, indicantur numero notae praecedentis addito “bis” vel “ter” etc.

In omnibus libris liturgicis, ubi in notis aliqua referentia fit ad numeros Institutionis generalis Missalis Romani, necesse est eos concordare cum hodierna editione.

 

IN MISSALE ROMANUM

IN INSTITUTIONEM GENERALEM MISSALIS ROMANI

Caput I

DE CELEBRATIONIS EUCHARISTICÆ MOMENTO ET DIGNITATE

25.       Insuper in Missali suo loco aptationes quædam innuuntur quæ, iuxta Constitutionem de sacra Liturgia, respective competunt aut Episcopo diœcesano aut Conferentiæ Episcoporum35 (cf. etiam infra, nn. 387, 388-393).

 

CAPUT VI

DE IIS QUÆ AD MISSÆ CELEBRATIONEM REQUIRUNTUR

 

III. DE VASIS SACRIS

329.     De iudicio Conferentiæ Episcoporum […] vasa sacra confici possunt etiam aliis ex materiis …

CAPUT IX

DE APTATIONIBUS QUÆ EPISCOPIS EORUMQUE CONFERENTIIS COMPETUNT

 

389.     Ad Conferentias Episcoporum competit imprimis huius Missalis Romani editionem in probatis linguis vernaculis apparare atque approbare, ut, actis ab Apostolica Sede confirmatis, in regionibus ad quas pertinet adhibeatur.149

                Missale Romanum sive in textu latino sive in versionibus vernaculis legitime approbatis integre edendum est.

390.     Conferentiarum Episcoporum est aptationes definire et […] in ipsum Missale introducere, quæ in hac Institutione generali et in Ordine Missæ indicantur, uti sunt:

            - fidelium gestus et corporis habitus (cf. supra, n. 43);

            - gestus venerationis erga altare et Evangeliarium (cf. supra, n. 273);

            - […]

            - lectiones e Sacra Scriptura peculiaribus in adiunctis desumendæ (cf. supra, n. 362)

391.     Iisdem Conferentiis spectat versionibus textuum biblicorum qui in Missæ
celebratione adhibentur, peculiari cura attendere et approbare atque Lectionarium, ad normam Ordinis lectionum Missæ, a Sede Apostolica confirmatum edere. 149bis

_______________

Nota 149bis: Cf. Codex Iuris Canonici, can. 825 § 1; Missale Romanum, Ordo lectionum Missæ, editio typica altera 1981, Prænotanda, n. 111.

397.     …

            Nostris vero temporibus identitas et expressio unitaria huius Ritus invenitur in editionibus typicis librorum liturgicorum ex auctoritate Summi Pontificis promulgatis et in libris liturgicis illis respondentibus, a Conferentiis Episcoporum pro suis dicionibus probatis atque a Sede Apostolica confirmatis et, si casus fert, ad normam iuris recognitis.160

_______________

Nota 160: […] Cf. Codex Iuris Canonici, can. 838 §§ 2 et 3.

 

IN ORDINEM LECTIONUM MISSÆ

PRÆNOTANDA

79.       In Missis in quibus tres lectiones proponuntur, id est dominicis et sollemnitatibus, hae lectiones stricte adhibeantur. 105 […]

_______________

Nota 105: […] Cf. Institutio generalis Missalis Romani, n. 357.

Nota 106: delenda est […]

84.       …

            b) In sollemnitatibus calendariorum particularium tres lectiones proponantur, quarum prima e Vetere Testamento (tempore autem paschali ex Actibus Apostolorum vel Apocalypsi), altera vero ex Apostolo, tertia denique ex Evangelio […].

_______________

Nota 109: delenda est […]

 

111.     Verbum Dei in coetu liturgico semper nuntiandum est vel e textibus Latinis a Sancta Sede paratis vel ex interpretationibus popularibus ad usum liturgicum a Conferentiis Episcopalibus probatis […]. 119

            Pericoparum autem biblicarum versio textui latino pro usu liturgico, ex Nova Vulgata sumpto, conformis sit oportet.119bis In vertendis textibus Sacræ Scripturæ, servatis principiis sane exegesis atque exquisitæ rationis litteratorum, diligenter attendendum est ad usum liturgicum, ad postulata communicationis oralis, proclamationis et cantus, præsertim pro Psalmis et Canticis biblicis.

            Optandum vero est ut etiam hæ versiones quandam uniformitatem et stabilitatem pedetentim acquirant ita ut, saltem in præcipuis textibus, habeatur unica translatio approbata a pluribus Conferentiis Episcoporum in nationibus quibus eadem lingua utitur.119ter

_______________

Nota 119: […] Cf. Codex Iuris Canonici, can. 825 § 1.

Nota 119bis: Cf. Ioannes Paulus II, Const. Ap. Scripturarum thesaurus, diei 25 aprilis 1979: Nova Vulgata Bibliorum Sacrorum, Typis Polyglottis Vaticanis 1979.

Nota 119ter: Conc. Vat. II, Const. de sacra Liturgia Sacrosanctum Concilium, n. 36.

112.     Lectionarium Missæ ex integro, Praenotandis non praetermissis, transferendum est, in omnibus suis partibus. Si Conferentia Episcopalis quasdam accommodationes afferre necessarium opportunumque duxerit, hae post Apostolicae Sedis recognitionem inducantur. 120

Nota 120: […] Cf. Codex Iuris Canonici, can. 838 § 2.

IN LIBROS PONTIFICALIS ROMANI

IN ORDINEM CONFIRMATIONIS

PRÆNOTANDA

 

17.       Episcoporum Conferentia considerabit num, attentis locorum et rerum adiunctis necnon ingenio et traditionibus populorum, opportunum sit:

            a. convenienter aptare formulas, quibus promissiones et professiones baptismales renoventur, sive ad ipsum textum in Ordine Baptismi occurrentem attendendo, sive ipsas formulas accommodando, quo aptius confirmandorum condicioni respondeant, actis ab Apostolica Sede recognitis;

            b. alium modum inducere ad pacem per ministrum dandam post unctionem sive singulis sive omnibus simul confirmatis, actis ab Apostolica Sede recognitis.

 

IN ORDINEM DEDICATIONIS ECCLESIÆ ET ALTARIS

CAPUT VII

ORDO BENEDICTIONIS CALICIS ET PATENÆ

 

PRÆNOTANDA

3.         Quilibet sacerdos calicem et patenam benedicere potest, dummodo secundum normas, quæ in Institutione generali Missalis Romani, nn. 328-332, indicantur, confecta sint.

 

IN LIBROS SEU TITULOS RITUALIS ROMANI

IN ORDINEM EXSEQUIARUM

PRÆNOTANDA

DE APTATIONIBUS CONFERENTIARUM EPISCOPALIUM CURA PARANDIS

 

21.       Conferentiis Episcopalibus competit, vi Constitutionis de sacra Liturgia (art. 63b), in Ritualibus particularibus parare titulum, qui huic titulo Ritualis Romani respondeat, singularum tamen regionum necessitatibus accommodatum, ut, actis ab Apostolica Sede recognitis, in regionibus ad quas pertinet adhibeatur.

            Qua in aptatione, Conferentiarum Episcopalium erit:

            1) Aptationes definire, intra limites in hoc titulo statutos.

            2)   Sedulo et prudenter considerare quid ex traditionibus ingenioque singulorum populorum opportune admitti possit, ideoque alias aptationes, quæ utiles vel necessariæ existimentur, Apostolicæ Sedi proponere […] et, post ipsius recognitionem, introducere.

            3)  Propria autem Ritualium particularium iam exstantium elementa, si quæ habeantur, retinere, dummodo cum Constitutione de sacra Liturgia et necessitatibus hodiernis componi possint, vel ea aptare, actis ab Apostolica Sede recognitis.

            4)  Versiones textuum parare, ita ut ingenio variarum linguarum culturarumque vere sint accommodatæ, et eas approbare, actis ab Apostolica Sede confirmatis, additis, quotiescumque opportunum fuerit, melodiis cantui aptis.

            5)  Prænotanda, quæ in Rituali Romano habentur, aptare atque complere, ita ut ministri significationem rituum plene intellegant et effectu compleant, actis ab Apostolica Sede recognitis.

            6)  In editionbus librorum liturgicorum cura Conferentiarum Episcopalium parandis, materiam ordinare modo qui ad usum pastoralem aptissimus videatur ita, tamen, ut de materia, quæ in hac editione typica continetur, nihil omittatur.

            Si quæ vero rubricas vel textus adicere opportunum videatur, congruo signo vel charactere typographico distinguantur a rubricis et textibus Ritualis Romani.

 

22.       In parandis Ritualibus particularibus de exsequiis, Conferentiarum Episcopalium erit, actis ab Apostolica Sede confirmatis (cf. supra n. 21, 6) vel recognitis (cf. supra n. 21, 3 et 5):

            …

 

IN ORDINEM BAPTISMI PARVULORUM

DE INITIATIONE CHRISTIANA

PRÆNOTANDA GENERALIA

IV. DE APTATIONIBUS QUÆ CONFERENTIIS EPISCOPALIBUS COMPETUNT

 

30.       Conferentiis Episcopalibus competit, vi Constitutionis de sacra Liturgia (art. 63b), in Ritualibus particularibus parare titulum, qui huic Ritualis Romani titulo respondeat, accommodatum singularum regionum necessitatibus, ut, actis ab Apostolica Sede recognitis, in regionibus ad quas pertinet adhibeatur.

            Qua in re, Conferentiarum Episcopalium erit:

            1) Aptationes definire, de quibus in art. 39 Constitutionis de sacra Liturgia, actis ab Apostolica Sede recognitis.

            2)  Sedulo et prudenter considerare quid ex traditionibus ingenioque singulorum populorum opportune admitti possit; ideoque alias aptationes, quæ utiles vel necessariæ existimantur, Apostolicæ Sedi proponere […] et, post ipsius recognitionem, introducere.

            3) Propria autem Ritualium particularium iam exstantium elementa, si quæ habentur, retinere, dummodo cum Constitutione de sacra Liturgia et necessitatibus hodiernis componi queant, vel ea aptare, actis ab Apostolica Sede recognitis.

            4) Versiones textuum parare, ita ut ingenio variarum linguarum atque culturarum vere sint accommodatæ, necnon eas approbare, actis ab Apostolica Sede confirmatis. Addere possunt, quoties opportunum fuerit, melodias cantui aptas.

            5) Prænotanda, quæ in Rituali Romano habentur, aptare et complere, ita ut ministri significationem rituum plene intellegant et effectu compleant, actis ab Apostolica Sede recognitis.

            6) In editionbus librorum liturgicorum cura Conferentiarum Episcopalium parandis, materiam ordinare modo qui ad usum pastoralem aptissimus videatur.

31.       Attentis præsertim normis in nn. 37-40 et 65 Constitutionis de sacra Liturgia, in terris Missionum, Conferentiarum Episcopalium est iudicare an elementa initiationis, quæ apud aliquos populos in usu esse reperiuntur, ritui Baptismatis christiani accommodari possint, et decernere an sint in eo admittenda, actis ab Apostolica Sede recognitis.

 

32.       Quando Rituale Romanum Baptismi plures exhibet formulas ad libitum, Ritualia particularia possunt alias formulas eiusdem generis adicere, actis ab Apostolica Sede recognitis.

 

IN ORDINEM INITIATIONIS CHRISTIANÆ ADULTORUM

PRÆNOTANDA

 

IV. De aptationibus, quas Conferentiæ Episcopales, hoc Rituali Romano utentes, facere possunt

 

64.       Præter aptationes in Prænotandis generalibus (nn. 30-33) prævisas, Ordo initiationis adultorum alias accommodationes a Conferentiis Episcopalibus definiendas admittit, actis ab Apostolica Sede recognitis.

 

IN ORDINEM CELEBRANDI MATRIMONIUM

Prænotanda

IV. De aptationibus Conferentiarum Episcoporum cura parandis

 

40.       Qua de re, Conferentiarum Episcoporum erit:

                1) Aptationes definire, de quibus infra (nn. 41-44), actis ab Apostolica Sede recognitis.

                2) Prænotanda, quæ in Rituali Romano habentur inde a n. 36 et sequentibus (De ritu adhibendo), si casus fert, aptare et complere ad participationem fidelium consciam et actuosam reddendam, actis ab Apostolica Sede recognitis.

                3) Versiones textuum parare, ita ut indoli variorum sermonum atque ingenio diversarum culturarum vere accommodentur, necnon eas approbare, actis ab Apostolica Sede confirmatis. Possunt præterea addere, quoties opportunum fuerit, melodias cantui aptas.

                4) In editionibus parandis, materiam ordinare modo qui ad usum pastoralem aptior videatur.

 

IN ORDINEM UNCTIONIS INFIRMORUM EORUMQUE PASTORALIS CURÆ

PRÆNOTANDA

 

IV. DE APTATIONIBUS QUÆ CONFERENTIIS EPISCOPALIBUS COMPETUNT

38.       Conferentiis Episcopalibus competit, vi Constitutionis de sacra Liturgia (art. 63b), in Ritualibus particularibus parare titulum qui huic Ritualis Romani titulo congruat, accommodatum singularum regionum necessitatibus, ut […] in regionibus ad quas pertinet adhibeatur.

            Qua in re, Conferentiarum Episcopalium erit:

 

a) Aptationes definire, de quibus in art. 39 Constitutionis de sacra Liturgia, actis ab Apostolica Sede recognitis.

            b)  Sedulo et prudenter considerare quid ex traditionibus ingenioque singulorum populorum opportune admitti possit; ideoque alias aptationes, quæ utiles vel necessariæ existimantur, Apostolicæ Sedi proponere […] et, post ipsius recognitionem, introducere.

            c)  Quædam propria Ritualium particularium circa infirmos iam exstantium elementa, si quæ habentur, retinere, dummodo cum Constitutione de sacra Liturgia et necessitatibus hodiernis componi queant, vel ea aptare, actis ab Apostolica Sede recognitis.

            d)  Versiones textuum parare, ita ut indoli variorum sermonum atque ingenii culturarum vere accommodentur, necnon eas approbare, actis ab Apostolica Sede confirmatis. Præterea addere possunt, quoties opportunum fuerit, melodias cantui aptas.

            e) Prænotanda, quæ in Rituali Romano habentur, si casus fert, aptare et complere ad participationem fidelium consciam et actuosam reddendam, actis ab Apostolica Sede recognitis.

            f)  In editionbus librorum liturgicorum cura Conferentiarum Episcopalium parandis, materiam ordinare modo qui ad usum pastoralem aptissimus videatur.

 

39.       Quando Rituale Romanum Baptismi plures exhibet formulas ad libitum, Ritualia particularia possunt alias formulas eiusdem generis adicere, actis ab Apostolica Sede recognitis.

 

IN ORDINEM PÆNITENTIÆ

PRÆNOTANDA

 

VI. De aptationibus Ritus ad varias regiones et adiuncta

De aptationibus quas Conferentiæ Episcopales facere possunt

 

38.       Conferentiis Episcopalibus competit, in Ritualibus particularibus apparandis, hunc Ordinem Pænitentiæ accommodare singularum regionum necessitatibus, ut, actis ab Apostolica Sede confirmatis vel recognitis, in regionibus ad quas pertinent, adhibeantur. Qua in re Conferentiarum Episcopalium erit:

            a. Normas circa disciplinam sacramenti Pænitentiæ statuere, in iis præsertim quæ ad ministerium sacerdotum et reservationem peccatorum spectant, actis ab Apostolica Sede recognitis.

            b. Normas pressius determinare quoad locum aptum ad ordinariam sacramenti Pænitentiæ celebrationem et quoad signa pænitentiæ a fidelibus exhibenda in absolutione generali (cf. Supra n. 35), actis ab Apostolica Sede recognitis.

            c. Versiones textuum parare, quæ uniuscuiusque populi indoli et sermoni vere sint accommodatæ, atque eas approbare, actis ab Apostolica Sede confirmatis. Itemque novos textus componere pro precibus sive fidelium sive ministri, formula sacramentali integre servata, actis ab Apostolica Sede recognitis.

 

IN DE SACRA COMMUNIONE ET DE CULTU MYSTERII EUCHARISTICI EXTRA MISSAM

PRÆNOTANDA GENERALIA

 

IV. DE IIS QUÆ CONFERENTIIS EPISCOPALIBUS COMPETUNT

12.       Conferentiis Episcopalibus competit, in Ritualibus particularibus, ad normam Constitutionis de sacra Liturgia (n. 63b), hunc Ritualis Romani titulum accommodare singularum regionum necessitatibus, ut, actis ab Apostolica Sede recognitis, in regionibus ad quas pertinet adhibeatur.

            Qua in re Conferentiarum Episcopalium erit:

            a)  sedulo et prudenter considerare quænam elementa, si quæ habeantur, ex traditionibus populorum retineri aut admitti possint, dummodo cum spiritu sacræ Liturgiæ componi queant; ideoque aptationes, quæ utiles vel necessariæ existimantur, Apostolicæ Sedi proponere […] et, post ipsius recognitionem, introducere.

            b)  versiones textuum parare, ita ut indoli variorum sermonum atque ingenio culturarum vere accommodentur, necnon eas approbare, actis ab Apostolica Sede confirmatis. Alios textus, præsertim pro cantu, parare et approbare ad normam iuris.

 

IN DE BENEDICTIONIBUS

PRAENOTANDA GENERALIA

 

V. DE APTATIONIBUS QUÆ CONFERENTIIS EPISCOPORUM COMPETUNT

 

39.       Conferentiis Episcoporum competit, vi Constitutionis de Sacra Liturgia,34 Rituale particulare exarare quod huic titulo Ritualis Romani respondeat, singularum tamen regionum necessitatibus accommodatum ut, actis ab Apostolica Sede recognitis vel confirmatis,35 in regionibus ad quas pertinet adhibeatur.

            Qua in re, Conferentiarum Episcoporum erit:

            a)      Aptationes definire, iuxta principia in hoc libro statuta rituum tamen structura propria servata atque eas, post Apostolicæ Sedis recognitionem, introducere.

            b)      Sedulo ac prudenter considerare quid ex traditionibus ingenioque singulorum populorum opportune admitti possit, ideoque alias aptationes, quæ utiles vel necessariæ existimentur, proponere et, post Apostolicæ Sedis recognitionem, introducere.36

            c)      Proprias autem Ritualium particularium iam exstantium benedictiones si quæ habentur, vel antiqui Ritualis Romani et quæ adhuc in usu sint, retinere, dummodo cum mente Constitutionis de Sacra Liturgia, et principiis in hoc titulo expositis ac necessitatibus hodiernis componi queant; vel ea aptare et, post Apostolicæ Sedis recognitionem, introducere.

            d)     In variis benedictionum Ordinibus, præsertim quando plures formulæ ad libitum eligendæ exhibentur, alias etiam formulas eiusdem generis præter eas quæ in Rituali Romano inveniuntur, adicere et, post Apostolicæ Sedis recognitionem, introducere.

            e)      Prænotanda, sive generalia sive particularia uniuscuiusque Ordinis, quæ in hoc libro habentur, non solum integre vertere, sed, si casus ferat, complere, actis ab Apostolica Sede debite recognitis, ita ut ministri significationem rituum plenius intellegant ac fidelium participatio conscia et actuosa reddatur.

            f)       Illas partes complere quæ in libro desiderantur, ut v. gr. alias lectiones præbere, quæ utiles esse possunt; cantus aptiores indicare.

            g)      Versiones textuum parare, ita ut indoli variorum sermonum atque ingenio diversarum culturarum accommodentur, necnon eas approbare et ad confirmationem Apostolicæ Sedis præbere.

            h)      In editionibus libri materiam ordinare modo qui ad usum pastoralem aptior videatur, partes libri separatim edere, præcipuis prænotandis semper præmissis, actis ab Apostolica Sede confirmatis.

 

IN DE EXORCISMIS ET SUPPLICATIONIBUS QUIBUSDAM

PRAENOTANDA

 

VI. DE APTATIONIBUS QUÆ CONFERENTIIS EPISCOPORUM COMPETUNT

 

37.       Conferentiarum Episcoporum est:

            a)      Versiones textuum parare integras et amussim fideles textui originali authentico apparare, approbare et confirmationi Apostolicæ Sedis præbere.

            b)      Signa et gestus ipsius ritus, si hoc necessarium vel utile iudicatur, attenta cultura et genio ipsius populi, de consensu Sanctæ Sedis aptare, et actis recognitis in hunc Ritualis titulum introducere.

 

IN MARTYROLOGIUM ROMANUM

PRAENOTANDA

 

V.        DE PROPRIIS MARTYROLOGII

38.       Unicuique diœcesi, nationi vel familiæ religiosæ exarare licet Proprium Martyrologii seu Appendicem Martyrologii, in qua Sancti et Beati enuntientur in Calendario Proprio inscripti, qui a Martyrologio Romano absint vel diverso die celebrentur vel alio gradu celebrationis peragantur vel quorum elogium opportune aliquantulum amplificare visum est. Huiusmodi Proprium ad Congregationem de Cultu Divno et Disciplina Sacramentorum transmittatur ad recognitionem et […] confirmationem obtinendam.

VI. DE APTATIONIBUS QUÆ CONFERENTIIS EPISCOPORUM COMPETUNT

 

41.       Convenit ut in Martyrologio edendo elogia cuiusvis diei, quæ totius nationis vel dicionis ex concessione Sanctæ Sedis censenda sunt propria, primo loco ponantur post elogia, quæ ad celebrationes pertinent in Calendario Generali inscriptas, et eisdem imprimantur typis. Illa vero elogia, quæ regionis vel diœcesis sunt propria, in Appendice particulari locum semper habeant. Textus autem cuiuscumque editionis Conferentiæ Episcoporum ad normam iuris approbandus est et Sedi Apostolicæ […] præbendus ad confirmationem obtinendam. Quod valet, mutatis mutandis, pro quavis familia religiosa.

 

* * *

            El presente decreto general ejecutivo, preparado por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos por mandato del Sumo Pontífice Francisco, ha sido aprobado por el mismo Sumo Pontífice, el cual ha ordenado su publicación.

            Sin que obste nada en contrario.

            En la sede de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, a 22 de octubre de 2021, memoria de san Juan Pablo II, papa.

 

X Arthur Roche

Prefecto

 

X Vittorio Francesco Viola, O.F.M.

Arzobispo Secretario

 

_______________________

 

[1] Francisco, Litterae Apostolicae Motu Proprio datae Magnum Principium quibus nonnulla in can. 838 Codicis Iuris Canonici immutantur: AAS 109 (2017) 967-970.

[2] Cf. Magnum Principium: AAS 109 (2017) 969: «Consequenter interpretari oportet sive art. 64 § 3 Constitutionis Apostolicae Pastor bonus sive alias leges, praesertim in libris liturgicis contentas, circa eorum translationes».

[3] Cf. Decretum: Notitiæ 19 (1983) 540-541.

[4] Cf. Conc. Oecum. Vat. II, Const. de sacra Liturgia Sacrosanctum Concilium, n. 63b: AAS 56 (1964) 117; Consilium ad exsequendam Constitutionem de sacra Liturgia, Declaratio circa interpretationes textuum liturgicorum «ad interim» paratas: Notitiae 5 (1969) 68; Sacra Congregatio pro Sacramentis et Cultu Divino, Epistola ad Praesides Conferentiarum Episcopalium de linguis vulgaribus in S. Liturgiam inducendis Decem iam annos, n. 3: Notitiae 12 (1976) 301-302.

[5] Cf. Sacrosanctum Concilium, n. 36 § 1; Codex Iuris Canonici, can. 838 § 2.

[6] Cf. Sacrosanctum Concilium, nn. 48 et 59; Conc. Oecum. Vat. II, Const. dogmatica de divina revelatione Dei Verbum, n. 8: AAS 58 (1966) 821; Sacra Congregatio Rituum, Instructio ad exsecutionem Constitutionis de sacra Liturgia recte ordinandam Inter Oecumenici, n. 6: AAS 56 (1964) 878.

[7] Cf. Secretaria de Estado, Decreto, 13 de mayo de 2005: AAS 97 (2005) 798-799.

[8] Para las ediciones de textos litúrgicos, incluso parciales, para uso no litúrgico (estudio, subsidios) valen también las normas del Codex Iuris Canonici, can. 826 § 3.

[9]Cf. Paulus VI, Allocutio in aula Clementina habita iis qui operam dant liturgicis textibus in vulgares sermones convertendis, cum Romae Conventum agerent, 10 novembris 1965: AAS 57 (1965) 968.

[10] Magnum Principium: AAS 109 (2017) 969.

[11] Ibid. 969.

[12] Ibid. 968-969.

[13] Ibid. 968.

[14] Cf. Conc. Oecum. Vat. II, Const. dogmatica de Ecclesia Lumen gentium, n. 23: AAS 57 (1965) 27; Codex Iuris Canonici, can. 333 § 2.

[15] Cf. Congregatio de Cultu Divino et Disciplina Sacramentorum, De liturgia romana et inculturatione. Instructio Quarta «ad exsecutionem constitutionis Concilii Vaticani Secundi de Sacra Liturgia recte ordinandam» (ad Const. art. 37-40) Varietates legitimae, nn. 31-32: AAS 87 (1995) 300-301.

[16] Cf. Paulus VI, Litterae Apostolicae Motu Proprio datae Normae universales de anno liturgico et novum Calendarium Romanum generale approbantur Mysterii paschalis: AAS 61 (1969) 222-226; Calendarium Romanum ex decreto Sacrosancti Oecumenici Concilii Vaticani II instauratum auctoritate Pauli PP. VI promulgatum, Editio typica, 1969, Normae universales de Anno liturgico et de Calendario, nn. 48-55, pp. 17-19, e anche Missale Romanum ex decreto Sacrosancti Oecumenici Concilii Vaticani II instauratum auctoritate Pauli PP. VI promulgatum Ioannis Pauli PP. II cura recognitum, Editio typica tertia, Typis Vaticanis 2008, pp. 99-100; Sacra Congregatio pro Cultu Divino, Instructio de Calendariis particularibus atque Officiorum et Missarum Propriis recognoscendis Calendaria particularia: AAS 62 (1970) 651-663.

[17] Cf. Varietates legitimae, n. 64.

[18] Cf. ibid., nn. 30, 65.

[19] Cf. ibid., nn. 65-69.

[20] Cf. ibid., n. 28; Decem iam annos, n. 1.

[21] Por ejemplo, lecturas bíblicas, Salmos, cantos, elementos del ordinario de la Misa, fórmulas específicas de los distintos ritos.

[22] Cf. Codex Iuris Canonici, can. 825 § 1; Missale Romanum ex decreto Sacrosancti Oecumenici Concilii Vaticani II instauratum auctoritate Pauli PP. VI promulgatum, Ordo Lectionum Missae, Editio typica altera, Libreria Editrice Vaticana 1981, Praenotanda, n. 111; cf. Institutio generalis Missalis Romani, n. 391.

[23] Cf. Sacrosanctum Concilium, n. 24.

[24] Cf. Sacra Congregatio pro Cultu Divino, Instructio tertia ad Constitutionem de Sacra Liturgia recte exsequendam Liturgicae instaurationes, n. 2: AAS 62 (1970) 695-696; Varietates legitimae, nn. 23, 28, 53; Institutio generalis Missalis Romani, n. 391.

[25] Cf. Sacrosanctum Concilium 36 § 3; Decem iam annos, n. 1.

[26] Cf. Pontificia Commissio Decretis Concilii Vaticani II interpretandis, Responsa ad proposita dubia I. De Conferentiis Episcopalibus: AAS 60 (1968) 361-362; Ioannes Paulus II, Litterae Apostolicae Motu Proprio datae de theologica et iuridica natura Conferentiarum Episcoporum Apostolos suos, n. 15: AAS 90 (1998) 651.

[27] Cf. Inter Oecumenici, n. 40b.

[28] Cf. Sacrosanctum Concilium, n. 44.

[29] Magnum Principium: AAS 109 (2017) 968.

[30] Institutio generalis Missalis Romani, n. 392.

[31] Cf. Sacra Congregatio pro Cultu Divino, Litterae circulares de normis servandis quoad libros litúrgicos in vulgus edendos, illorum translatione in linguas hodiernas peracta Dum toto terrarum, n. 3: AAS 66 (1974) 99.

[32] Magnum Principium: AAS 109 (2017) 968.

[33] Cf. Sacrosanctum Concilium, n. 22, § 3; Liturgicae instaurationes, n. 3a.

[34] Cf. Sacra Congregatio pro Cultu Divino, Litterae circulares ad Conferentiarum Episcopalium Praesides de Precibus eucharisticis Eucharistiae participationem: AAS 65 (1973) 340-347.

[35] El texto de las fórmulas sacramentales es presentado a la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos con una traducción palabra por palabra. En el caso de lenguas menos conocidas, el significado de cada palabra del texto en la lengua hablada debe traducirse en una de las lenguas más conocidas, es decir, francés, inglés, italiano, portugués, español, alemán, junto con un informe en el que se indican las razones lingüísticas y teológicas de las elecciones realizadas; tras el “nihil obstat” de la Congregación para la Doctrina de la Fe, son aprobadas por el Santo Padre (cf. Dum toto terrarum, n. 1; Decem iam annos, n. 5),

[36] Cf. Sacra Congregatio pro Cultu Divino, De unica interpretatione populari textuum liturgicorum: Notitiae 6 (1970) 84-85; De unica interpretatione populari textuum liturgicorum: Notitiae 9 (1973) 70-71.

[37] Cf. Sacra Congregatio pro Cultu Divino, De unica interpretatione populari textuum liturgicorum: Notitiae 6 (1970) 84-85.

[38] Cf. Codex Iuris Canonici, can. 825 § 1; Ordo lectionum Missae, Praenotanda, n. 111.

[39] Por ejemplo, para el Leccionario de la Misa, la referencia es el’Ordo lectionum Missae, con las indicaciones previstas en los Praenotanda, nn. 111-125, e “Lectiones biblicae pro celebrationibus post annum 1981 in Calendarium Romanum Generale insertis Ordini lectionum Missae adiciendae”: Notitiae 51 (2015) 349-360; para la Liturgia Horarum las indicaciones de la Institutio generalis de Liturgia Horarum, nn. 121-125, 136-158, además, Notitiae 7 (1971) 393-408; 12 (1976) 238-248; 324-333; 378-388; para el Pontificale y el Rituale cada Ordo indica los Textus varii.

[40] Cf. Sacrosanctum Concilium, nn. 36 § 4 e 63; Codex Iuris Canonici, can. 455 § 2.

[41] Cf. Institutio generalis Missalis Romani, nn. 48, 74, 87; Institutio generalis de Liturgia Horarum, n. 178.

[42] Cf. Varietates legitimae, nn. 53-70.

[43] Cf. Codex Iuris Canonici, can. 455 § 2.

[44] Cf. Inter Oecumenici, n. 29.

[45] Cf. Codex Iuris Canonici, can. 826 § 2.

[46] Cf. Sacrosanctum Concilium, nn. 37-40; Varietates legitimae, n. 33.

[47] Cf. Varietates legitimae, nn. 28-30.

[48] Por ejemplo, celebraciones propias en el Calendario litúrgico (cf. Normae universales de Anno liturgico et de Calendario, n. 49); praxis rituales en el Ordo Exsequiarum, Ordo celebrandi Matrimonium y en el Ordo Professionis Religiosae.

[49]  Por ejemplo, particulares misas votivas o para una determinada necesidad; selección de lecturas (Institutio generalis Missalis Romani, n. 362); ritos de bendición (Rituale Romanum ex decreto Sacrosancti Oecumenici Concilii Vaticani II instauratum auctoritate Ioannis Pauli II promulgatum, De Benedictionibus, Editio typica, Typis polyglottis Vaticanis 1984, Praenotanda generalia, n. 39d, p. 19).

[50] Cf. supra nota 35.

[51] Cf. Magnum Principium: AAS 109 (2017) 968: «quaedam peculiaria verba perpendenda sunt etiam ex integra fide catholica, quia quaevis translatio textuum liturgicorum congruere debet cum sana doctrina».

[52] Cf. Martyrologium Romanum ex decreto Sacrosancti Oecumenici Concilii Vaticani II instauratum auctoritate Ioannis Pauli PP. II promulgatum, Editio typica altera, Typis Vaticanis 2004, Praenotanda, n. 38, p. 20.

[53] Cf. Ordo Professionis Religiosae ex decreto Sacrosancti Oecumenici Concilii Vaticani II instauratus auctoritate Pauli PP. VI promulgatus, Editio typica, Typis Polyglottis Vaticanis 1975, Praenotanda, nn. 12-15, p. 10; y también el Documentum III (Indications pour l’adaptation de l’«Ordo Professionis Religiosae»): Notitiae 6 (1970) 319-322.

[54]  Cf. Normae universales de Anno liturgico et de Calendario, nn. 49 e 55.

[55] La materia está regulada por la Istrucción Calendaria particularia (24 de junio de 1970: cf. supra nota n. 16); cf. también Congregatio de Cultu Divino et Disciplina Sacramentorum, Notificazione su alcuni aspetti dei lezionari ecclesiastici propri della «Liturgia Horarum» (27 giugno 2002): Notitiae 38 (2002) 555-568.

[56] Cf. Congregatio de Cultu Divino et Disciplina Sacramentorum, Notificatio de cultu Beatorum (21 maggio 1999) n. 8: Notitiae 35 (1999) 445.

[57] La impresión del Propio de las Misas o de la Liturgia de las Horas no debe llevar, por tanto, el título de “Misal propio” y “Liturgia de las Horas propia”.