Encuentro con el mundo del trabajo en Piazza Maggiore
Discurso del Santo Padre
Angelus domini
Después de su visita al centro Hub regional, el Papa fue a la Piazza Maggiore, donde a las 12,00 se encontró con el mundo del trabajo, las personas sin trabajo, los representantes de la Unindustria, Sindicatos, Confederación de cooperativas y Legacoop. Entre las delegaciones saludadaqs por el Santo Padre estaba pressente la de los familiares de las víctimas del atentado contra la estación de ferrocarril de Bolonia del 2 de agosto de 1980.
Después del saludo de S.E. Mons. Matteo Maria Zuppi, arzobispo de Bolonia, el Santo Padre ha dirigido a los presentes un discurso y después ha rezado el ángelus con los fieles presentes.
Siguen los textos:
Discurso del Santo Padre
Queridos hermanos y hermanas, ¡Buen Domingo!
Saludo a todos vosotros que pertenecéis al mundo del trabajo, en la variedad de sus expresiones. Desafortunadamente, entre ellas está también la negativa, es decir, la situación difícil, a veces angustiosa, de la falta de trabajo. ¡Gracias por vuestra bienvenida!
Representáis a varios interlocutores sociales, a menudo en contraste, a veces áspera entre sí, pero que han aprendido que solamente juntos se puede superar la crisis y construir el futuro. Sólo el diálogo, según las competencias mutuas, permite encontrar respuestas eficaces e innovadoras para todos, incluida la calidad del trabajo, en particular el welfare indispensable. Eso es lo que algunos llaman el "sistema Emilia". Tratad de llevarlo adelante. Hay una necesidad de soluciones estables y capaces de ayudar a mirar hacia el futuro para responder a las necesidades de las personas y de las familias.
En vuestro territorio se ha desarrollado desde hace mucho tiempo una experiencia cooperativa, que nace del valor fundamental de la solidaridad. Hoy todavía tiene mucho que ofrecer, incluso para ayudar a tantos que atraviesan por dificultades problemas y necesitan ese 'ascensor social' que algunos dicen que ya no funciona. No dobleguemos nunca la solidaridad al beneficio económico, también porque así se la quitamos –podría decir, se la robamos - a los más débiles que la necesitan tanto. Buscar una sociedad más justa no es un sueño del pasado, sino un esfuerzo, una tarea que hoy tiene necesidad de todos.
La situación de desempleo de los jóvenes y la de muchos que han perdido sus puestos de trabajo y son incapaces de reintegrarse son realidades a las que no nos podemos acostumbrar, tratándolos como si fueran sólo estadísticas. Y esta es la tentación.
La acogida y la lucha contra la pobreza pasan, en gran parte, a través del trabajo. No se ayuda realmente a los pobres sin que puedan encontrar trabajo y dignidad. Este es el reto apasionante, como en los años de la reconstrucción después de la guerra, que tanta pobreza había dejado. El reciente "Pacto por el Empleo", que ha visto a todos los interlocutores sociales, y también a la Iglesia, firmar un compromiso conjunto para ayudarse en la búsqueda de respuestas estables, no de limosnas, es un método importante que espero dará frutos.
La crisis económica tiene una dimensión europea y mundial; y, como sabemos, también es una crisis ética, espiritual y humana. En la raíz hay una traición del bien común tanto por los individuos como por los grupos de poder. Por lo tanto, es necesario eliminar la centralidad de la ley del beneficio y asignarla a la persona y al bien común. Pero para que esa centralidad sea real, efectiva y no sólo proclamada con palabras, es necesario aumentar las oportunidades de trabajo decente. Esta es una tarea que pertenece a toda la sociedad: en esta fase, en particular, todo el cuerpo social, en sus diversos componentes, está llamado a hacer todos los esfuerzos posibles para que el trabajo, que es el factor principal de la dignidad, sea una preocupación central.
Estamos frente a San Petronio, recordado como Pater et Protector y siempre representado con la ciudad en sus manos. Desde aquí vemos físicamente tres aspectos constitutivos de vuestra ciudad: la Iglesia, el Ayuntamiento y la Universidad. Cuando dialogan y colaboran entre sí, se fortalece el precioso humanismo que expresan y la ciudad - por así decirlo - "respira", tiene un horizonte, y no tiene miedo a enfrentarse a los retos que se plantean. Os animo a valorizar este humanismo del que sois depositarios cuales para buscar soluciones sabias y de amplias miras a los complejos problemas de nuestro tiempo, viéndolos efectivamente como problemas, pero también como oportunidades de crecimiento y mejora. Y lo que digo vale para Italia en su conjunto y para toda Europa.
Queridos amigos, estoy particularmente cerca de vosotros, y pongo todas vuestras ansiedades y preocupaciones en manos del Señor y de Nuestra Señora de San Lucas. A ella, tan venerada por todos los boloñeses, nos dirigimos ahora en la oración del ángelus.
Angelus domini
Queridos hermanos y hermanas
Ayer en Bratislava (Eslovaquia), fue beatificado Titus Zeman, sacerdote salesiano. Se une al gran cortejo de mártires del siglo XX porque murió en 1969 después de haber estado mucho tiempo en la cárcel por causa de su fe y su servicio pastoral. Que su testimonio nos sostenga en los momentos más difíciles de la vida y nos ayude a reconocer, también en las pruebas, la presencia del Señor.
Este domingo culmina la semana dedicada de forma particular a la Palabra de Dios, con motivo de la festividad, ayer de San Jerónimo, gran maestro de la Sagrada Escritura. Demos gracias a Dios por el don de su Palabra y comprometámonos a leer y meditar la Biblia, especialmente el Evangelio.
En fin, nos unimos espiritualmente a los fieles reunidos en el Santuario de Pompeya para la tradicional Súplica a la Virgen del Rosario, presidida por el Presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, el cardenal Bassetti.
A todos vosotros, boloñeses, nativos y “adoptivos”, deseo un buen domingo. Por favor, no os olvidéis de rezar por mí. Buen almuerzo y hasta pronto.