Al Círculo de San Pedro: Sed instrumentos de la ternura de Dios especialmente con las personas más frágiles y descartadas, 09.05.2016
El Papa Francisco ha recibido esta mañana a los miembros del Círculo de San Pedro, fundado en Roma en 1869 bajo el papado de Pío IX, que confío a la asociación, formada por antiguas familias romanas, la tarea de ayudar y prestar asistencia a las franjas más vulnerables de la capital italiana. Una tarea que el Santo Padre les ha agradecido hoy, observando al mismo tiempo que el Círculo, “insertado en la realidad eclesial de la diócesis de Roma es expresión de una Iglesia “en salida”: una Iglesia que camina para buscar, visitar, encontrar, escuchar, compartir y permanecer al lado de las personas más pobres”.
“A cada uno de vosotros no se os pide simplemente que salgáis al encuentro de los más necesitados, sino que salgáis llevando a Jesús. Es el salir de los discípulos, de los amigos del Señor -afirmó- se trata de compartir su palabra, la del evangelio, de repetir sus gestos de perdón, de amor, de don, de no buscar el prestigio propio, sino el bien de los demás”.
El Papa puso como ejemplo de esa actitud a María, que no se cansó de salir, de “ir de prisa para encontrar y llevar la visita de Dios”, como hizo cuando fue a visitar a su prima Isabel. “María es icono de la fe -reiteró- Sólo en la fe se lleva a Jesús y no a uno mismo. En este Año Santo de la Misericordia, mientras nos esforzamos en recorrer el camino de las obras de misericordia, estamos llamados a renovarnos en la fe. Para llevar la visita del Señor a los que sufren en el cuerpo y en el espíritu debemos cultivar la fe, esa fe que nace de la escucha de la palabra de Dios y crea una comunión profunda con Jesús. Os animo a proseguir vuestro testimonio al servicio del evangelio de la caridad, a ser cada vez más signo e instrumento de la ternura de Dios hacia cada persona, especialmente las más frágiles y las descartadas”.
“También os doy las gracias -acabó- por el Óbolo de San Pedro, que recogéis en todas las iglesias como signo de vuestra participación en la solicitud del Obispo de Roma por las pobrezas de esta ciudad. ¡Que vuestra benemérita actividad caritativa sea sostenida por la oración, para obtener del corazón de Cristo el amor qué llevar a los hermanos!”.
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