Nella mattina di venerdì 2 dicembre il Santo Padre Francesco ha ricevuto in Udienza una Delegazione del Seminario Rabbinico Latino Americano.
Pubblichiamo di seguito il discorso che il Papa ha rivolto ai presenti nel corso dell’Udienza:
Discorso del Santo Padre
Yo en broma te dije eso, pero es verdad. Cuando uno dice estas cosas de justicia, que los profetas continuamente repiten: lo del huérfano, la viuda, el forastero, el pobre, ¿no es cierto? Te dicen que sos comunista. Y mirá, a mí me lo dicen: “Este Papa, en vez de hablar de Dios, está hablando de cosas sociales”. Y van juntas: la justicia, la justicia del corazón, en toda la Biblia, es siempre con Dios y con el prójimo. Van juntas. O sea, adorar y servir, adorar y ayudar.
El que solamente ayuda y no adora es un ateo bueno, nada más. El que adora y no ayuda, es un cínico, un mentiroso. Las dos cosas juntas. Y tenemos que luchar por eso, que nuestra fe se haga obras y que nuestras obras nos lleven a la fe. Es un círculo. Me gusta esto que dijiste y tenemos que subrayarlo, ya que el método de malinterpretar las cosas que los agentes de pastoral decimos es el pan nuestro de cada día: nos sacan un pedacito de lo que dijimos, y no todo lo demás; y lo descontextualizan todo.
Y una palabrita pensando en esto de tu bisabuelo, tu abuelo: un crimen no tiene marcha atrás. Podrás perdonar, te podrás resignar, pero la huella queda. Como en una operación, te queda la cicatriz.
A mí me molesta esto de la guerra, me hace sufrir. Hermanos contra hermanos, pero no sólo esta. Pensar que en un siglo hubo tres guerras mundiales: 39-45, 14-18, y esta. Pensar que, si no se hicieran armas durante un año, se acabaría el hambre en el mundo, pues creo que es la industria más grande. Pensar que una guerra se hace cuando un imperio se siente débil, entonces mata para sentirse fuerte y para usar las armas que tiene que vender o dar para hacerlas nuevas. Me hace sufrir ver probar esos drones que estaban dando vueltas por Ucrania. Que son armas nuevas que están probando, a costillas de gente que muere.
Una cultura de la mansedumbre, del hombre justo. ¿Cuál es el hombre justo? Y ahí Jeremías lo expresa muy bien. Contra una cultura de la crueldad, del hombre lobo para el hombre, trabajemos desde nuestra fe, con estos libros sagrados comunes y dando ejemplo de fraternidad.
Les agradezco esta visita, en serio. Además, me trae aires buenos porteños, que se extrañan por aquí. Se lo agradezco desde el alma. Y adelante.
[01893-ES.01] [Texto original: Español]
[B0906-XX.01]