Esta mañana, en el Aula Pablo VI, el Santo Padre Francisco ha recibido en audiencia al grupo de la Asociación Lazare de Francia con motivo del décimo aniversario de su fundación.

Publicamos a continuación el discurso del Papa  a los presentes en la audiencia:

Discurso del Santo Padre

¡Queridos amigos!

Os doy la bienvenida a Roma con motivo del décimo aniversario de la Asociación Lazare. Doy las gracias a vuestro representante por sus amables palabras. Saludo a cada uno con afecto y, a través de vosotros, expreso mi cercanía espiritual a todos los miembros de vuestra asociación de diferentes países.

Doy gracias a Dios por la hermosa experiencia que estáis viviendo en la convivencia y la fraternidad que experimentáis a diario. Tenéis la oportunidad de ser, no sólo para vosotros, sino también para el mundo, un escaparate de la amistad social que todos estamos llamados a vivir. En un entorno lleno de indiferencia, individualismo y egoísmo, nos hacéis comprender que los valores de la vida auténtica se encuentran en la acogida de las diferencias, el respeto de la dignidad humana, la escucha, la atención y el servicio a los más humildes. En efecto, el " amor al otro por ser quien es nos lleva a buscar lo mejor para su vida ".Sólo en el cultivo de esta forma de relacionarnos haremos posibles la amistad social que no excluye a nadie y la fraternidad abierta a todos.

En la sociedad, podéis sentiros aislados, rechazados y sufrir la exclusión. Pero no os rindáis, no os desaniméis. Seguid adelante, cultivando en vuestros corazones la esperanza de una alegría contagiosa (cf. Evangelii gaudium, 88). Vuestro testimonio de vida nos recuerda que "los pobres son verdaderos evangelizadores porque fueron los primeros en ser evangelizados y llamados a compartir la bienaventuranza del Señor y su Reino " (Mensaje con motivo de la V Jornada Mundial de los Pobres, 13 de junio de 2021).

Queridos amigos, os invito a permanecer firmes en vuestras convicciones y en vuestra fe. Sois el rostro amoroso de Cristo. Por eso, difundid a vuestro alrededor este fuego de amor que calienta los corazones fríos y áridos. No os conforméis solamente con una vida de amistad y de compartición entre los miembros de vuestra asociación, sino id más allá. Atreveos a apostar por el amor dado y recibido gratuitamente. Ir a las periferias, que suelen estar llenas de soledad, tristeza, heridas interiores y pérdida del gusto por la vida. Con vuestras palabras y acciones, derramad el aceite de la consolación y la curación en los corazones heridos. No lo olvidéis nunca: sois un regalo de Dios, el día de hoy de Dios, tenéis un lugar especial en su corazón amoroso. Incluso si el mundo os mira con desprecio, sois valiosos, contáis mucho a los ojos del Señor. Me gustaría repetirlo: Dios os ama, sois sus privilegiados. Así que no dejéis que os roben la alegría de vivir y de hacer que otros vivan.

Encomendando al Señor a cada uno de vosotros y a vuestras familias, por intercesión de la Virgen María, os imparto de corazón mi bendición apostólica a vosotros y a vuestros dirigentes aquí presentes y a los miembros de la asociación en todo el mundo.

Por favor, no os olvidéis de rezar por mí.