Esta tarde, víspera del domingo de Pentecostés, a las 17:30, el Santo Padre Francisco ha presidido el rezo del Santo Rosario desde la Gruta de Lourdes en los Jardines Vaticanos.
La celebración mariana está promovida por el Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización, y su tema es: "Perseverantes y concordes en la oración, junto con María (Hechos 1:14)". Los santuarios marianos del mundo se han unido al Papa Francisco en este acto de oración, transmitido al mundo en la víspera del domingo de Pentecostés.
Han rezado las decenas algunas mujeres y hombres que representan a diversas categorías de personas particularmente afectadas por la emergencia sanitaria causada por COVID-19: Un médico y una enfermera, por todo el personal médico que trabaja en la primera línea de los hospitales; una persona curada y una que ha perdido un familiar, por todos aquellos personalmente afectados por el coronavirus; un sacerdote, capellán de hospital y una monja enfermera, por todos los sacerdotes y personas consagradas cercanas a los que padecen la enfermedad; un farmacéutico y una periodista, por todos aquellos que, incluso durante el período de la pandemia, siguieron prestando su servicio para los otros; un voluntario de Protección Civil con su familia, por los que han trabajado para hacer frente a esta emergencia y por todo el vasto mundo del voluntariado; y una familia joven, a la que le nació un niño precisamente durante este período.
Al final del rezo del Santo Rosario, después de la bendición apostólica, el Papa Francisco dirigió un breve saludo a todos los santuarios de América Latina conectados con la Gruta de Lourdes:
Saludo del Santo Padre
Me dicen que están conectados tantos santuarios de América Latina y me gustaría saludarlos en español
A todos ustedes en los Santuarios de América Latina, veo Guadalupe y tantos otros, que están comunicados con nosotros, unidos en la oración. En mi lengua materna los saludo. Gracias por estar cerca a todos nosotros. Que nuestra Madre de Guadalupe nos acompañe.