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Audiencia general , 24.10.2018

La audiencia general de esta mañana ha tenido lugar  a las 9:30 en la Plaza de San Pedro  donde el Santo Padre Francisco ha encontrado grupos de peregrinos y fieles de Italia y de todo el mundo.

El Santo Padre, continuando el ciclo de catequesis sobre los mandamientos ha hablado hoy del sexto mandamiento: “No cometerás adulterio” (Pasaje bíblico, Evangelio según San Marcos, 10, 2-9)

Tras resumir su discurso en diversas lenguas, el Santo Padre ha saludado en particular a los grupos de fieles presentes procedentes de todo el mundo.

La audiencia general ha terminado con el canto del  Pater Noster  y la  bendición apostólica.

Catequesis del Santo Padre

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

En nuestro itinerario de catequesis sobre los Mandamientos, llegamos hoy a la Sexta Palabra, que concierne a la dimensión emocional y sexual, y dice: "No cometerás adulterio".La llamada  inmediata es a la fidelidad, y de hecho, ninguna relación humana es auténtica sin fidelidad y lealtad.

Uno no puede amar solo mientras "conviene". El amor se manifiesta más allá del umbral del propio interés, cuando se da todo sin reservas. Como dice el Catecismo: "El amor quiere ser definitivo. No puede ser "hasta nuevo aviso" (No. 1646). La fidelidad es la característica de una relación humana libre, madura y responsable. También un amigo demuestra que es auténtico cuando sigue siéndolo en todas las circunstancias; de lo contrario no es un amigo. Cristo revela el amor verdadero, Él, que vive del amor ilimitado del Padre, y en virtud de esto, es el Amigo fiel que nos acoge incluso cuando cometemos errores y siempre quiere nuestro bien, incluso cuando no lo merecemos.

El ser humano necesita ser amado sin condiciones, y quien no recibe esta acogida a menudo se siente incompleto, incluso sin saberlo. El corazón humano trata de llenar este vacío con sucedáneos, aceptando componendas y mediocridades  que del amor tienen solo un vago sabor. El riesgo es llamar "amor" a las relaciones acerbas e inmaduras, con la ilusión de encontrar luz de vida en algo que, en el mejor de los casos, es solo un reflejo de ello.

Sucede entonces que se sobrestima, por ejemplo,  la atracción física, que en sí misma es un don de Dios, pero que está orientada a allanar el camino para una relación auténtica y fiel con la persona. Como decía San Juan Pablo II, el ser humano "está llamado a la plena y madura espontaneidad de las relaciones", que "es el fruto gradual del discernimiento de los impulsos del corazón". Es algo que se conquista, ya que todo ser humano "debe aprender con perseverancia y coherencia cual es el significado del cuerpo" (cf. Catequesis, 12 de noviembre de 1980).

La llamada a la vida conyugal requiere, por lo tanto, un discernimiento cuidadoso sobre la calidad de la relación y un tiempo de noviazgo para verificarla. Para acceder al sacramento del matrimonio, los novios deben madurar la certeza de que en su vínculo está la mano de Dios, que los precede y los acompaña, y les permitirá decir: "Con la gracia de Cristo, prometo serte fiel siempre " . No pueden prometerse fidelidad  "en la alegría y en las penas, en la salud y en la enfermedad", y amarse y honrarse todos los días de sus vidas, solo sobre la base de la buena voluntad o la esperanza de que "la cosa funcione". Necesitan construir sobre el terreno sólido del amor fiel de Dios. Y por eso, antes de recibir el sacramento del matrimonio, hace falta una preparación cuidadosa, diría un catecumenado, porque se juega toda la vida en el amor, y con el amor no se bromea. No se puede definir como “preparación al matrimonio”, tres o cuatro conferencias dadas en la parroquia; no, eso no es preparación: esa es falsa preparación. Y la responsabilidad de quien lo hace recae sobre él: sobre el párroco, sobre el obispo que tolera estas cosas. La preparación debe ser madura y hace falta tiempo. No es un acto formal; es un Sacramento. Pero hay que prepararlo como un auténtico catecumenado.

La fidelidad es, en efecto, una forma de ser, una forma de vida. Se  trabaja con lealtad, se habla con sinceridad, se permanece fiel a la verdad en los propios pensamientos y acciones. Una vida tejida de fidelidad se expresa en todas las dimensiones y conduce a ser hombres y mujeres fieles y confiables en todas las circunstancias.

Pero para llegar a una vida tan hermosa, nuestra naturaleza humana no es suficiente, es necesario que la fidelidad de Dios entre en nuestra existencia, que nos contagie.  Esta Sexta Palabra nos llama a dirigir nuestra mirada a Cristo, quien con su fidelidad puede quitarnos un corazón adúltero y darnos un corazón fiel. En él, y solo en él, hay amor sin reservas ni replanteamientos, entrega completa sin paréntesis y tenacidad de la aceptación hasta el final.

De su muerte y resurrección se deriva nuestra fidelidad, de su amor incondicional se deriva la constancia en las relaciones. De la comunión con Él, con el Padre y con el Espíritu Santo se deriva la comunión entre nosotros y la capacidad de vivir con fidelidad nuestros lazos.

Saludos en las diversas lenguas

Saludos en francés

Me complace saludar a los peregrinos procedentes de Francia y de los diversos países francófonos, en particular a los peregrinos de Rennes, Coutances y Bayeux-Lisieux, con sus obispos Mons. D'Ornellas, Mons. Le Boulc'h y Mons. Boulanger, a los jóvenes presentes, a los miembros de la capellanía católica india Tamil de Francia, al grupo Bayard Press, al movimiento Sève, así como a los peregrinos de Suiza y Quebec. En Jesucristo, y solo en Él, está el amor sin reservas, el don total sin paréntesis, la perseverancia de la acogida hasta el final. ¡Que la comunión con Él, con el Padre y el Espíritu Santo, aumente la comunión entre nosotros y el saber vivir en fidelidad! ¡Dios os bendiga!

Saludos en inglés

Saludo a los peregrinos de habla inglesa presentes en la audiencia de hoy, especialmente a los de Inglaterra, Escocia, Irlanda, Noruega, Indonesia, Israel, Japón, Malasia, Filipinas, Canadá y Estados Unidos de América. Sobre todos vosotros  y vuestras familias, invoco el gozo y la paz del Señor. ¡Dios os bendiga!

Saludos en alemán

Saludo con afecto a los peregrinos de habla alemana, especialmente a los muchos jóvenes. Donde hay caridad entre nosotros, crecen también el acuerdo y el perdón. ¡Que el Señor os bendiga así como a vuestros seres queridos!.

Saludos en español

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española  provenientes de España y América Latina, y en especial a los participantes en el Encuentro sobre la doctrina social de la Iglesia, organizado por la Pontificia Universidad de la Santa Cruz. Pidamos a la Virgen María, Madre de Dios y madre nuestra, que nos ayude a todos, y de modo especial a los jóvenes, a saber descubrir y vivir la belleza del amor humano como una llamada a la entrega y a la donación total de sí mismos, libre de egoísmos y superficialidades. Que el Señor los bendiga. Muchas gracias.

Saludos en portugués

Con gran afecto, saludo a los peregrinos de habla portuguesa, especialmente a los de la diócesis de Januária, acompañados por el obispo, Mons. José Moreira da Silva, y a los de la parroquia de Nossa Senhora de Fátima de Jundiaí. ¡Que la Virgen María vele vuestro camino y os ayude a ser signo de confianza y esperanza entre vuestros hermanos!. La bendición de Dios descienda sobre vosotros y vuestras familias.


Saludos en árabe

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua árabe, especialmente a los de Tierra Santa y Oriente Medio. "No cometerás adulterio" es la invitación a mantener la fidelidad y proteger al amor de la herida de la traición. Solo el amor basado en la roca de la fe en Dios y la confianza en el otro puede resistir al viento de las tentaciones, a  las tormentas de los cambios de humor y a las seducciones del mundo. La palabra "Te amo", en realidad, contiene en sí misma la promesa de fidelidad permanente. ¡Que el Señor os bendiga a todos y os proteja del maligno!

Saludos en croata

Saludo de todo corazón a los peregrinos croatas, en particular al grupo de once ciclistas que han recorrido 1160 km en bicicleta desde Zagreb a Roma. Os agradezco este testimonio de fe y adhesión al Sucesor de Pedro. ¡Alabados sean Jesús y María!

Saludos en polaco

Doy la bienvenida a los peregrinos polacos. Saludo especialmente a los maestros y alumnos del Liceo "Norvid" de Stargard, promotores de la iniciativa llamada "Carta de la Paz". Es un llamamiento a la paz, redactado después de un detallado estudio de la enseñanza de los Papas de los siglos XX y XXI, que, con motivo del centenario de la independencia de Polonia, se enviará a los jefes de todos los países del mundo. El próximo domingo, la Iglesia en Polonia celebrará el X Día de Solidaridad con la Iglesia perseguida, organizada por la Fundación Papal "Ayuda a la Iglesia que sufre", junto con la Conferencia Episcopal de Polonia. La ayuda económica se entregará este año a los cristianos en Pakistán. Gracias por estas iniciativas de paz y solidaridad. ¡Dios os bendiga!

Saludos en italiano

Doy una cordial bienvenida a los peregrinos de habla italiana.

Me alegra recibir a las Capitulares de las Hermanitas de los Ancianos Abandonados y a  las Religiosas que participan en la reunión organizada por la Unión de Superioras Mayores de Italia (USMI).

Saludo a los grupos parroquiales, a los jóvenes de la diócesis de Faenza-Modigliana, con el obispo monseñor Mario Toso, a la peregrinación de las Hijas de los Sagrados Corazones de Jesús y María (Instituto Ravasco); al grupo de  hemodializados y trasplantados de Chioggia-Padova y a los institutos escolares, en particular al Polo técnico profesional de Lugo y al Instituto de Ripi.

Dirijo un pensamiento especial a los jóvenes, los ancianos, los enfermos y los recién casados.

Queridos amigos, el mensaje del evangelio de Cristo no nos pide que hagamos cosas extraordinarias, sino que dejemos que Dios actúe en nuestras vidas. Él nos dijo: "Sin mí no podéis hacer nada" (Jn 15, 5). La vida cristiana es el encuentro de nuestra debilidad con la fortaleza de la gracia de Dios, que nos permite vivir una vida plena y feliz cada día, donde la caridad significa hacer todo con alegría y humildad, para gloria de Dios y para el bien de los hombres.