Audiencia a los participantes en la reunión del Comité Permanente para el Diálogo con personalidades religiosas de Palestina, 06.12.2017
Esta mañana, a las 9.00, en la sala adyacente al Aula Pablo VI el Santo Padre ha recibido en audiencia a los participantes en la reunión del Comité Permanente de Diálogo con personalidades religiosas de Palestina, organizado por el Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso. La delegación palestina estaba formada por S.E. Mahmoud Al-Habbash, S.E. Ziad Al-Bandak, S.E. Adman Al-Husseini, S.E. Isaa Kassinieh, y por Ammar Al-Nisous. Además de los miembros de la delegación palestina también estaba presente la embajadora del Estado de Palestina en Italia, Sra. May Al-Kaila. Por parte del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso participaron en la audiencia S.E. el cardenal Jean-Louis Tauran, S.E.Mons. Miguel Ayuso y Mons. Khaled Akasheh
Publicamos a continuación el texto del discurso que el Santo Padre ha dirigido a los presntes durante el encuentro.
Discurso del Santo Padre
Distinguidos señores y señoras:
Me complace recibir a su delegación, invitada por el Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, venida al Vaticano para explorar los caminos para instituir un Grupo de trabajo permanente de diálogo entre ese dicasterio y la Comisión Palestina de Diálogo Interreligioso.
Si para la Iglesia Católica es siempre una alegría construir puentes de diálogo con comunidades, personas y organizaciones, ciertamente es una alegría especial hacerlo con personalidades religiosas e intelectuales palestinas.
Para nosotros, los cristianos, la Tierra Santa es la tierra por excelencia del diálogo entre Dios y la humanidad. Un diálogo culminado en Nazaret entre el ángel Gabriel y la Virgen María, un evento al que también se refiere el Corán.
El diálogo continúa después de manera singular entre Jesús y su pueblo en representación de toda la humanidad. De hecho, Jesús es la Palabra de Dios y su hablar con hombres y mujeres es, para retomar las palabras de un exponente musulmán, "el diálogo de Dios con la humanidad".
El diálogo se instaura en todos los niveles: con uno mismo, a través de la reflexión y la oración, en la familia, en la comunidad religiosa, entre las diferentes comunidades religiosas y también con la sociedad civil. Su condición principal es el respeto mutuo y, al mismo tiempo, la aspiración a consolidar este respeto con el fin de reconocer a todas las personas, estén donde estén, sus derechos. Del diálogo surge un mayor conocimiento mutuo, una mayor estima mutua y una colaboración para el logro del bien común y para una acción sinérgica hacia los necesitados, brindándoles toda la asistencia necesaria.
Espero que sus consultas desemboquen en la creación de un espacio de diálogo sincero a favor de todas las componentes de la sociedad palestina, en particular de la cristiana, dada su exigua consistencia numérica y los desafíos a los que está llamada a responder, especialmente en lo que respecta a la emigración.
Soy consciente de la atención que las Autoridades del Estado de Palestina, en particular el Presidente Mahmoud Abbas, reservan a la comunidad cristiana, reconociendo su lugar y su papel en la sociedad palestina.
Invoco abundantes bendiciones sobre todos ustedes y deseo paz y prosperidad para el pueblo palestino, para Tierra Santa y para todo el Medio Oriente, tan querido para mí y para la Iglesia Católica.
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