Al final de la celebración, el Papa se desplazó al Mausoleo de las Fosas Ardeatinas, donde fue recibido por el Comisario de “Onorcaduti”, Alessandro Veltri, por el director del Mausoleo Francesco Sardone, por la presidente de la Comunidad Judía de Roma, Ruth Dureghello, y por el Rabino Jefe, Riccardo Di Segni, que luego entraron con él en el Mausoleo. También estaban presentes los miembros de la Asociación Nacional de las familias italianas de mártires caídos por la libertad de la patria(ANFIM).
Antes de la oración en el mausoleo, el Santo Padre saludó a las víctimas de la masacre del 24 de marzo de 1944 que lo esperaban en el interior. Después habló brevemente con los jefes de las Fuerzas Armadas Italianas que custodian el mausoleo. A continuación rezó en silencio ante la verja de bronce que delimita el lugar de las ejecuciones. Tras una breve visita a las Fosas Ardeatinas, el Papa se recogió de nuevo en oración, depositando una rosa blanca sobre diez de las 335 tumbas. Sucesivamente, el Santo Padre leyó una oración al lado del Rabino Jefe, Riccardo Di Segni, que le había precedido pronunciando una plegaria en hebreo.
Por último, el Papa firmó en el Libro de Honor, con esta frase : "Estos son los frutos de la guerra: odio, muerte, venganza…Perdónanos, Señor”.
El Papa regresó al Vaticano alrededor de las 18.00
Sigue la oración del Santo Padre en el Mausoleo de las Fosas Ardeatinas:
Oración del Santo Padre
Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob,(cfr. Éxodo 3, 6)
Con este nombre te has presentado a Moisés,
cuando le revelaste la voluntad de liberar a Tu pueblo de la esclavitud en Egipto.
Dios de Abraham, Dios de Isaac Dios de Jacob:
Dios que estrecha alianza con el hombre.;
Dios que se une con un pacto de amor fiel para siempre.
Misericordioso y compasivo con cada hombre y cada pueblo que sufre la opresión.
« He visto la aflicción de mi pueblo, […] He escuchado su clamor […] conozco sus sufrimientos” (Éxodo, 3, 7)
Dios de los rostros y de los nombres.
Dios de cada uno de los 335 hombres asesinados aquí, el 24 de marzo de 1944,
cuyos restos descansan en estas tumbas.
Tú conoces sus rostros y sus nombres.
Todos, incluso el de los doce desconocidos para nosotros: para Ti, nadie es desconocido.
Dios de Jesús, Padre nuestro que estás en los cielos.
Gracias a Él, el Crucificado resucitado,
sabemos que Tu nombre
“Dios de Abraham, Dios de Isaac , Dios de Jacob
significa que no eres Dios de los muertos, sino de los vivos (cfr, Mateo 22,32)
que tu fiel alianza de amor es más fuerte que la muerte y es garantía de resurrección.
Haz, oh Señor, que en este lugar
consagrado a la memoria de los caídos por la libertad y la justicia,
nos quitemos las sandalias del egoísmo y de la indiferencia,
y a través de la zarza ardiente de este mausoleo
escuchemos en silencio tu nombre:
“ Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob”,
Dios de Jesús,
Dios de los vivos.
Amén.