Hoy, el Santo Padre dejó el  Vaticano para una visita sorpresa a la Fundación Santa Lucia, un conocido centro de excelencia en Roma, especializado en la rehabilitación neurológica de pacientes con  déficit de movimiento y cognitivo, donde se tratan patologías derivadas de  ictus, lesiones de médula, Parkinson y esclerosis múltiple.

El Papa continúa así  la experiencia de los "Viernes de la Misericordia": gestos de proximidad y de apoyo dedicados a las personas con menos medios  y a los menos afortunados, que caracterizaron el Jubileo de la Misericordia.

Alrededor de las 16,00, el Papa Francisco cruzó las puertas de Via Ardeatina 306 y fue recibido con alegría por la gente que estaba en ese momento en el aparcamiento del  complejo de edificios del hospital.

Poco después, el Santo Padre fue saludado por la presidenta de la Asociación, la Dra. María Adriana Amadio, y el director general el Dr. Edoardo Alesse, así como  por el personal del Centro.

Fue muy emocionante la visita al Departamento de Rehabilitación de niños con patologías neurológicas. El Papa Francisco se detuvo y bromeó con ellos para  intercambiar después algunas palabras de conforto con los padres que asisten a la rehabilitación motora de sus hijos, a menudo fatigosa ​​y dolorosa. El Santo Padre prestó gran atención a los ejercicios que permiten a los niños adquirir o recuperar su estabilidad motora.

Posteriormente, el Papa visitó el departamento en el que hay pacientes entre 15 y 25 años tetrapléjicos y parapléjicos, algunos de los cuales a causa de  accidentes de carretera, y el gimnasio donde las personas ancianas hacían  actividades de rehabilitación motora.

El Santo Padre animó a todos a practicar los  ejercicios físicos y subrayó lo importante que es esperar en el futuro y confiar en la investigación científica y en sus grandes  progresos en este campo.

Después de visitar la capilla del edificio, el Santo Padre regresó a la Casa Santa Marta.