Después de la catequesis el Papa saludó a los fieles procedentes de diversos países presentes en el Aula Pablo VI. Entre ellos a los de lengua francesa, especialmente a los de la diócesis de Arras. “En este día en que recordamos la conversión del apóstol Pablo, que nos invita a dejarnos guiar por el Espíritu Santo, Él nos ayudará a crecer en la confianza en la Providencia de Dios, y a convertirnos en testigos de esperanza”, dijo el Santo Padre.
También dio la bienvenida a los fieles de habla inglesa, en particular a los grupos de Estados Unidos y, en el marco de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, dirigió un saludo a los alumnos del Instituto Ecuménico de Bossey y al coro de la Abadía de Westminster, “a quien agradezco la alabanza a Dios a través del canto”, afirmó.
A los de lengua alemana recordó que Judit, mujer llena de fe y valor, es proclamada "bienaventurada ante Dios más que todas las mujeres". “Recuerda a la Virgen María, Madre de Cristo y Madre de la Esperanza –señaló- Aprendemos de María a caminar por los caminos de la esperanza y a confiar en el Señor que nos lleva de la oscuridad a su luz pascual”.
“Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica –continuó- Hoy celebramos la fiesta de la Conversión de san Pablo y se concluye la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. Les invito a que, conscientes de que el amor de Cristo nos apremia, no dejen nunca de rezar para que los cristianos trabajemos, con respeto fraterno y caridad activa, por llegar a la tan deseada unidad”.
Al final se dirigió a los peregrinos de lengua italiana, comenzando por las familias religiosas presentes, entre ellas los superiores provinciales de los Frailes Menores, a la Asociación de la Policía del Estado de Caserta y a la hermandad de Santo Stefano de Rieti, animando a todos a ser “fieles a Cristo, para que en la sociedad resplandenzca la alegría del Evangelio”.
“Un pensamiento especial a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados –terminó- Hoy celebramos la fiesta de la Conversión de San Pablo. Queridos jóvenes, la figura de Pablo sea para vosotros un modelo de discipulado misionero. Queridos enfermos, ofreced vuestros sufrimientos por la causa de la unidad de la Iglesia de Cristo. Y vosotros, queridos recién casados, inspiraos en el ejemplo del Apóstol de las gentes, reconociendo la primacía de Dios y de su amor en vuestra vida familiar”.