Después de rezar el ángelus el Papa pidió a los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro que rezasen por los niños que acababa de bautizar y por el joven catecúmeno que bautizó el sábado. “Y me gustaría hacer extensiva mi oración –añadió- a todos los padres que en este período se preparan para el bautizo de un hijo suyo o acaban de celebrarlo. Invoco sobre ellos y sobre sus hijos al Espíritu Santo para que este sacramento tan sencillo y al mismo tiempo tan importante se viva con fe y con alegría”.  Asimismo invitó a todos a que se unieran a la Red Mundial de Oración del Papa que difunde, a través de las redes sociales, las inteciones de oración que el Pontífice propone cada mes a toda la Iglesia. “Así- dijo- se hace apostolado de oración y se incrementa la comunión”.

En estos días Italia está atravesada por una ola de frío que ha causado ya varias víctimas entre los que viven sin domicilio fijo y el Santo Padre instó por eso a pensar “en las personas que están en la calle, golpeadas por el frío y  tantas veces por la indiferencia. Desgraciadamente algunas han sucumbido. Recemos por ellas y pidamos al Señor que caliente nuestros corazones para que las ayudemos”.

Por último saludó a los fieles de Roma y a los peregrinos llegados de diversos países, en particular a a un grupo de jóvenes de la región italiana de Cagliari a quienes animó a proseguir el camino iniciado con el sacramento de la Confirmación. “Y se lo agradezco porque me ofrecen la ocasión de subrayar que la Confirmación no es solamente un punto de llegada –como algunos dicen el ‘sacramento del adiós’ ¡no!: es sobre todo, un punto de partida en la vida cristiana. ¡Adelante con la alegría del Evangelio!”, terminó Francisco, deseando a todos como ya es habitual un buen almuerzo dominical y pidiéndoles que rezasen por él".