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Francisco bautiza a 28 niños y niñas en la Capilla Sixtina, 08.01.2017

Por cuarta vez en su pontificado, el Papa Francisco ha administrado esta mañana en la Capilla Sixtina el sacramento del Bautismo a 13 niñas y 15 niños en la festividad del Bautsimo de Jesús y, en la breve homilía pronunciada durante la ceremonia afirmó que los padres de los bautizados habían pedido para sus hijos con ese sacramento la fe, una vida de fe “porque la fe debe ser vivida: caminar por el camino de la fe y dar testimonio de ella. La fe no es rezar el credo los domingos cuando vamos a misa: no es solamente eso. La fe es creer lo que es verdad:  Dios Padre que ha enviado a su Hijo y al Espíritu que nos vivifica.  Pero la  fe  también es confiarse a Dios  y esto es lo que tenéis que enseñarles con vuestro ejemplo y con vuestra vida”

“Y la fe es luz –subrayó-  En la ceremonia del bautismo se os dará una vela encendida como en los primeros tiempos de la Iglesia. Por eso el  bautismo se llamaba en aquellos tiempos “iluminación porque la fe ilumina el corazón, hace ver las cosas con otra luz. Habéis pedido la fe: la Iglesia da la fe con el bautismo a vuestros  hijos, y a vosotros os toca la tarea de hacer que crezca, de custodiarla y de que se convierta en testimonio para todos los demás.  Éste es el sentido de esta ceremonia. Y solamente esto es lo que quería deciros: custodiar la fe, hacerla crecer,  que sea testimonio para los otros”.

En ese momento algunos niños rompieron a llorar y el Papa comentó “Ya ha empezado el concierto porque se encuentran en un sitio que no conocen, se han levantado antes de lo habitual. Empieza uno, da la nota y los otros le siguen…Algunos lloran simplemente porque llora el otro. Jesús también hizo lo mismo ¿sabéis? Me gusta pensar que la primera predicación de Jesús en el pesebre fue un llanto… Y luego,  como la ceremonia es muy larga, algunos lloran de hambre. Si es así, vosotras las madres, no os avergoncéis y dadles  de mamar, como lo más normal del mundo. Como la  Virgen daba de mamar a Jesús”.

 “No os olvidéis: habéis  pedido la fe –reiteró- a vosotros os toca la tarea de custodiarla, de hacer que crezca, de que se convierta en testimonio para todos nosotros:  también para nosotros, saceredotes,  obispos, …todos. Gracias”.