Ayer tarde el Santo Padre fue a merendar con los niños y niñas de una Aldea infantil SOS en Roma. Como se recordará las Aldeas infantiles SOS, son una organización internacional, intergubernamental y sin ánimo de lucro que, siguiendo un modelo familiar, sirve de hogar a los niños y niñas en situaciones de riesgo, sea por haber perdido a sus padres o porque estos no pueden hacerse cargo de ellos. Los niños llegan a las aldeas señalados por los Servicios Sociales o los Tribunales.
La aldea visitada por el Papa , en la zona de Boccea, está formada por cinco casas en cada una de las cuales hay, como máximo, seis niños o niñas hasta los doce años a cargo de una responsable, una mamá SOS. La aldea está estructurada para acompañar a los niños a lo largo de su crecimiento, siguiéndolos como una verdadera familia, a través de las diversas etapas de desarrollo e inserción en la sociedad. Así, se les lleva a la escuela, frecuentan la parroquia y hacen deporte. Los profesionales, residentes, no residentes o voluntarios, que trabajan en el centro siguen a los niños durante varios años, contribuyendo a crear relaciones humanas estables que los ayuden a lograr una autonomía apropiada. También hay chicos y chicas más grandes que han decidido no alejarse del Centro para seguir teniendo una ayuda y un punto de referencia, además de echar una mano en las actividades cotidianas.
La aldea SOS retoma el modelo pedagógico y organizativo de la primera de ellas, fundada en 1949 en Austria por Hermann Gmeiner, un estudiante de medicina que, profundamente afectado por la situación de cientos de niños y niñas que se habían quedado huérfanos a causa de la guerra, abrió en Imst, en la región del Tirol, la primera de estas aldeas, siguiendo un modelo educativo muy próximo por humanidad al calor de una verdadera familia, en contraposición al modelo del orfanato, difundido en aquella época. Los directores de la aldea de Roma, Paolo y María, explicaron al Papa la historia de las aldeas Sos.
Durante la visita los niños y niñas del centro llevaron al Papa a la zona verde de la aldea donde hay un campo de fútbol y varios juegos al aire libre. Después le enseñaron sus habitaciones y sus juguetes, mientras Francisco escuchaba cuanto le contaban durante la visita y mientras merendó con ellos.
Después de despedirse de la aldea SOS, el Santo Padre fue a ver al cardenal Andrea Cordero Lanza de Montezemolo que está ingresado en la Casa de Cura Villa Betania y regresó al Vaticano hacia las 17,30.