En ocasión del viaje apostólico que efectuará a Armenia del 24 al 26 de julio, el Papa ha enviado un vídeo mensaje a ese país, transmitido ayer tarde, en el que manifiesta su alegría y pide a los armenios que recen por su inminente visita. “Con la ayuda de Dios –dice – voy a vosotros para hacer , como dice el lema del viaje “una visita al primer país cristiano”.Voy como peregrino, en este Año Jubilar, para sumergirme en la antigua sabiduría de vuestro pueblo y beber en las fuentes de vuestra fe, rocosa, como vuestras famosas cruces talladas en piedra”.
“Voy a las alturas místicas de Armenia como vuestro hermano, animado por el deseo de ver vuestros rostros, de rezar juntos y compartir el don de la amistad. Vuestra historia y los acontecimientos de vuestro amado pueblo despiertan en mí admiración y dolor: admiración, porque habéis encontrado en la cruz de Jesús y en vuestro ingenio la fuerza de levantaros siempre, incluso tras haber pasado por sufrimientos que se encuentran entre los recuerdos más terribles de la humanidad ; dolor, por las tragedia que vuestros padres vivieron en su carne.
No dejemos que los recuerdos dolorosos se apoderen de nuestros corazones; no nos rindamos frente a los repetidos ataques del mal. Hagamos como Noé que, después del diluvio, no se cansó de mirar al cielo y de soltar varias veces a la paloma hasta que un día regresó, trayendo una hoja tierna de oliva: era la señal de que la vida podía reanudarse y de que la esperanza tenía que resurgir.
Como servidor del Evangelio y mensajero de paz quiero ir en medio de vosotros, para apoyar todo esfuerzo en el camino de la paz y compartir vuestros pasos por el sendero de la reconciliación que genera la esperanza.
¡Que los grandes santos de vuestra gente, especialmente el doctor de la Iglesia, Gregorio de Narek, bendigan nuestros encuentros, que espero con vivo deseo! –exclama el Pontífice al final de su mensaje- Espero, en particular, volver a abrazar a mi hermano Karekin y, junto con él, dar un nuevo impulso a nuestro camino hacia la unidad plena.
El año pasado, vinistéis a Roma de diversos países y en la tumba de San Pedro, rezamos todos juntos. Ahora voy yo a vuestra tierra bendita para fortalecer nuestra comunión, avanzar por el camino de la reconciliación y dejarnos animar por la esperanza.
Gracias y hasta pronto! Tsdesutiun! “.