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92 Jornada Nacional de la Universidad Católica del Sagrado Corazón: Educar cada vez más a la solidaridad, 11.04.2016

El cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin, ha enviado – en nombre del Santo Padre – una carta al cardenal Angelo Scola, arzobispo de Milán y presidente del Instituto de Estudios Superiores G. Toniolo con motivo de la 92 Jornada Nacional de la Universidad Católica del Sagrado Corazón.

En el texto el purpurado recuerda que la Iglesia confía a las Universidades Católicas “la tarea de formar a las nuevas generaciones a la luz de los principios de la fe cristiana y de la tradición católica para construir redes de solidaridad auténtica y contribuir al bien común”. “Sin una mirada dirigida a los valores fundamentales de la verdad, del bien de la justicia y la paz, que nacen de la verdadera apertura del espíritu -prosigue- no será posible contrarrestar los fuertes empujes al materialismo y al positivismo científico que parecen ser las coordenadas dominantes en que se mueven la cultura y la sociedad de nuestro tiempo. Por eso, es importante redoblar los esfuerzos para asegurar que las nuevas generaciones encuentren personas , instituciones y lugares donde se consiga una formación integral gracias a la educación , al diálogo abierto y constructivo entre la fe y la razón, entre los diferentes campos del saber y la teología. En esta perspectiva, es reconocido por todos el aporte fundamental de la Universidad Católica del Sagrado Corazón, que el padre Agostino Gemelli, con sus colaboradores, quiso que fuera una referencia sólida y competente para la formación de las nuevas generaciones en los diversos campos del saber y en los diferentes ámbitos profesionales”.

“Educar a los jóvenes en esta perspectiva es una tarea fascinante -agrega el cardenal Parolin- que requiere un esfuerzo conjunto y compartido por toda la comunidad eclesial. Pero también es necesaria una capacidad de renovación constante de la misma Institución académica llamada a conjugar los irrenunciables valores originales y constitutivos con las nuevas exigencias de un sistema universitario complejo y abierto a nuevos escenarios internacionales. Sello del Ateneo Católico -además de la oferta de una formación de alto nivel científico- debe ser cada vez más el de una fuerte educación en la solidaridad y en el servicio de los últimos, a través de todas las dimensiones del saber y del vivir humano. Un signo particular de este vínculo inseparable entre la dimensión académica y el servicio a los más necesitados y a los que sufren, como son los enfermos, es el que brinda el Policlínico Universitario Agostino Gemelli que ha representado la realización de un sueño de su fundador y que siempre debería ser más reconocible como un lugar ejemplar de formación y de curación de inspiración cristiana”.