Ayer tarde en la capilla Redemptoris Mater del Palacio Apostólico, el Santo Padre celebró una misa con motivo del 25 aniversario del Centro Aletti y del 20 aniversario del Taller de Arte Espiritual del mismo. El Centro, que forma parte de misión que la Compañía de Jesús desempeña en el Pontificio Instituto Oriental, es un lugar de encuentro y reflexión intercultural, dedicado principalmente a los estudiosos y artistas de inspiración cristiana de Europa central y oriental y promueve la convivencia de ortodoxos y católicos de rito oriental y latino, con el enfoque del crecimiento de cada persona en la propia Iglesia en la caridad del único Cristo.

Por ejemplo, la primera gran obra del Taller de Arte Espiritual del Centro fueron los mosaicos de la mayor parte de la capilla Redemptoris Mater, realizados en 1990 bajo la guía del padre Marko Rupnik S.I. A la misa asistieron unas ochenta personas, miembros de la comunidad del Centro, artistas del Taller de Arte Espiritual y componentes del Taller de Teología del cardenal Tomas Spidlik, éste último iniciativa de reflexión cultural promovida por el Aletti.

Los textos litúrgicos fueron los propios del día. El Papa comentó las lecturas según su estilo habitual, característico de las homilías en Santa Marta, deteniéndose en particular sobre la alegría de los apóstoles, “contentos de ser dignos de padecer ultrajes por el nombre de Jesús” y del camino de servicio que emprenden los que siguen a Cristo y es fuente de paz y felicidad. Francisco habló también de la Virgen María al final de la ceremonia, refiriéndose a un icono que le regaló el Centro Aletti, donde la Virgen ocupa el centro, pero en realidad en el centro está Jesús que baja hacia nosotros desde las manos de la Madre. La oración de los fieles se efectuó en un sencillo estilo oriental, informa el padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede.