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MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO
A LOS PARTICIPANTES EN LA VIII CONFERENCIA GLOBAL DEL FORO RURAL MUNDIAL

[Vitoria-Gasteiz, España, 19-21 de febrero de 2024]

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Ilustrísimo señor Martín Uriarte Zugazabeitia
Presidente del Foro Rural Mundial:

Saludo atentamente a los participantes en la VIII Conferencia Global del Foro Rural Mundial, que lleva por título «Agricultura Familiar: sostenibilidad de nuestro planeta». Las familias que se dedican a la agricultura son encomiables por la forma solidaria de su trabajo, así como por el estilo respetuoso y delicado con el que cultivan la tierra. En este sentido, son clave para hacer que los sistemas agroalimentarios sean más inclusivos, resilientes y eficientes. Por desgracia, no obstante su protagonismo en el progreso de sus pueblos y su considerable aporte en la producción global de alimentos, siguen siendo golpeadas por la pobreza y la escasez de oportunidades.

Consciente de los complejos retos que han de encarar cotidianamente, quisiera dirigir a las familias de los pequeños agricultores una palabra de aliento y hacerles llegar la cercanía de la Iglesia, reiterando la llamada a prestar atención a sus necesidades humanas, espirituales y sociales, además de las propiamente técnicas (cf. Mensaje con ocasión de la Jornada Mundial de la Alimentación 2014).

La empresa familiar, más allá de ser un ente productivo, es el lugar al que pertenecen las personas, aquel espacio en el que se sienten comprendidas y valoradas en sí mismas por su dignidad, y no únicamente por lo que producen o por los resultados que consiguen. De ahí la importancia de fortalecer los vínculos que unen a sus miembros, de respetar sus tradiciones religiosas, depósitos culturales y prácticas agrícolas.

Me gustaría igualmente resaltar el papel insustituible del genio femenino en este contexto. Las mujeres rurales representan una brújula segura para sus familias, un punto de apoyo firme para el progreso de la economía, especialmente en los países en desarrollo, donde no sólo son beneficiarias sino verdaderas impulsoras del progreso de las sociedades en las que viven.

No puedo olvidar tampoco el puesto de los jóvenes en la agricultura. La verdadera revolución para un futuro alimentario comienza con formar y potenciar a las nuevas generaciones. El regalo que los jóvenes nos proporcionan «consiste en aportar soluciones innovadoras para abordar viejos problemas y en la valentía para no dejarse limitar por un pensamiento miope que se resiste a cambiar» (Mensaje al Director General de la FAO con ocasión de la inauguración del Foro Mundial de la Alimentación, 1 octubre 2021).

Señor Presidente, Dios bendiga las deliberaciones de este encuentro, para que, reconociéndose el papel de la familia rural, avancemos en la erradicación del hambre, la reducción de las desigualdades, así como en el cuidado y la salvaguarda de nuestro planeta.

Vaticano, 12 de febrero de 2024
 

FRANCISCO



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