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PAPA FRANCISCO

MISAS MATUTINAS EN LA CAPILLA
DE LA DOMUS SANCTAE MARTHAE

Amigo hasta el final

Lunes, 14 de mayo de 2018

 

Fuente: L’Osservatore Romano, ed. sem. en lengua española, n. 22, viernes 1 de junio de 2018.

 

Todos los cristianos han recibido en don la amistad de Jesús: «nuestro destino es ser amigos» suyos y Él permanece «fiel a este don» también cuando «nosotros por nuestra debilidad nos alejamos de Él». Es la enseñanza que el Papa Francisco ha tomado de las lecturas litúrgicas del día durante la misa celebrada en Santa Marta en la mañana del lunes 14 de mayo, fiesta de san Matías apostol. «En la liturgia del hoy —inició el Pontífice— hay una palabra que se repite muchas veces»: es «la palabra “suerte”». Pero, advirtió enseguida, «no tenemos que tomarla como sinónimo de “casualidad”, no. No es “por casualidad” por suerte, en esto»; sin embargo «aquí es sinónimo de destino». De hecho, observó, «en la oración colecta hemos rezado así: “Oh Señor, a nosotros que hemos recibido en suerte el don de tu amistad concede progresar en este amor, ser elegidos, permanecer fieles en la elección”». De aquí el matiz para la reflexión sobre el tema de la amistad de cada cristiano con Jesús. «Nosotros —explicó— hemos recibido este don como destino: la amistad del Señor. Esta es nuestra vocación: vivir amigos del Señor, amigos del Señor», repitió dos veces. Y el mismo don, hizo notar, había sido recibido por los apóstoles: «más fuerte todavía, pero lo mismo».

Por tanto, actualizando el concepto Francisco subrayó que «todos nosotros cristianos hemos recibido este don: la apertura, el acceso al corazón de Jesús, a la amistad de Jesús. Hemos recibido por suerte el don de tu amistad. Nuestro destino es ser amigos tuyos».

Deteniéndose después sobre las características de este don, el Papa sobre todo evidenció que se trata de «un don que el Señor conserva siempre» y que «él es fiel a este don». Mientras al contrario, «muchas veces nosotros no lo somos y nos alejamos, con nuestros pecados, con nuestros caprichos y muchas otras cosas». Sin embargo, «él es fiel a la amistad porque nos ha llamado a vivirla. Nos ha elegido por esto, para ser sus amigos: “Ya no os llamaré siervos —dice en el Evangelio (Juan 15, 9-17)— os llamaré amigos”. Y esta palabra la conserva hasta el final». Al respecto el Pontífice pidió pensar con atención en «cuál es la última palabra» que Jesús «dirige a Judas, precisamente en el momento de la traición». Y la respuesta es sorprendente: «“Judas, amigo”. Cuando precisamente Judas iba a entregarlo, Él le dice “amigo”, le recuerda esto. Porque Él es fiel». El Señor «no dice: “Vete porque tú te has alejado de mí. Vete”. ¡No! Él hasta el final es fiel a este don que nos ha dado a todos: el don de la amistad».

Como consecuencia, continuó el Papa en su razonamiento, «Jesús es nuestro amigo. Y Judas, como dice aquí, fue a su nueva suerte, por su destino que él eligió libremente, se alejó de Jesús». Y este «alejarse de Jesús», aclaró Francisco, se llama «apostasía. Un amigo que se convertía en enemigo o un amigo que se convierte en indiferente o un amigo que se convierte en traidor». Mientras al contrario «el Señor no reniega, sino que hasta el final Él está allí: “Judas, amigo”. Hasta el final». Y esto, es el consejo de Francisco, «nos debe hacer pensar».

Por otro lado, también la primera lectura, tomada de los Hechos de los apóstoles (1, 15-17.20-26), destaca que «Matías fue elegido en el lugar de Judas para ser testigo de la Resurrección, testigo de este don de amor, de amistad, más que amor, es amistad, que dice familiaridad en el amor. Porque Jesús mismo dice: “Vosotros sois mis amigos, ya no os llamo siervos porque el siervo no sabe lo que hace su amo. Pero os he llamado amigos porque todo lo que he oído de mi Padre os lo he hecho conocer a vosotros”». De hecho «el amigo es el que comparte precisamente los secretos con el otro». Y ya que «nosotros hemos recibido por suerte, es decir como destino, el don de la amistad de Jesús, como lo había recibido Judas, como lo había recibido Matías», el Papa invitó a pensar «en esto»: en el hecho de que Cristo «no reniega este don, no nos reniega, nos espera hasta el final. Y cuando nosotros por nuestra debilidad nos alejamos de Él, Él espera, Él espera, Él continúa diciendo: “Amigo, te espero. ¿Amigo qué quieres? Amigo, ¿por qué me traicionas con un beso?”». Porque, concluyó el Pontífice, Jesús «es el fiel en la amistad». Y «nosotros debemos pedirle esta gracia de permanecer en su amor, permanecer en su amistad, esa amistad que nosotros hemos recibido como don en suerte con él».

 



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