PAPA FRANCISCO
MISAS MATUTINAS EN LA CAPILLA
DE LA DOMUS SANCTAE MARTHAE
Dio a luz la Iglesia
Viernes 15 de septiembre de 2017
Fuente: www.osservatoreromano.va
María bajo la cruz de Jesús es un icono para «contemplar»: no son necesarias muchas palabras para reconocer la esencial del testimonio de «una mujer» que es «madre de todos nosotros». Lo afirmó el Papa celebrando el viernes por la mañana 15 de septiembre, memoria de la Beata Virgen María de los Dolores, la misa en la capilla de la Casa Santa Marta.
«Este pasaje del Evangelio es más para contemplar que para reflexionar» confió Francisco refiriéndose al pasaje de Juan (19, 25-27), propuesto en la liturgia del día, que presenta a María bajo la cruz de Jesús. Sí, explicó, «contemplar a la madre de Jesús, contemplar este signo de contradicción, porque Jesús es el vencedor pero en la cruz». Y esta, añadió, «es una contradicción, no se entiende: es necesaria la fe para entender» o «al menos para acercarse a este misterio». Y la madre de Dios «sabía», afirmó el Papa, «porque toda la vida vivió con el alma atravesada, lo dijo Simeón». Y «seguía Jesús y escucha las palabras que la gente decía: “¡qué grande!” — “¡Pero esto no es de Dios!”— “¡Este no, no es un verdadero creyente!”». María «escuchaba todo: todas las palabras a favor y en contra» de Jesús.
Por otro lado, María, hizo presente Francisco, estaba «siempre detrás de su Hijo: por esto decimos que es la primera discípula». Y «siempre con la inquietud que hacía nacer en su corazón este signo de contradicción». Siempre, insistió el Pontífice, hasta «el final está allí, de pie, mirando al Hijo». Y «quizá, ella escuchó los comentarios: “Mira, esa es la madre de uno de los tres delincuentes”». Pero se quedó «callada: es la madre, no renegó del Hijo, dio la cara por el Hijo».
«Esto que yo digo ahora —confió el Papa— son pequeñas palabras para ayudar a contemplar, en silencio, este misterio: en ese momento, ella nos dio a luz a todos nosotros, dio a luz a la Iglesia». Y repitiendo las palabras del Evangelio de Juan, el Pontífice hizo notar que Jesús llama a su madre «mujer» y le dice «ahí tienes a tus hijos». Sí, Jesús «no dice “madre”, dice “mujer”». Y María es una «mujer fuerte, valiente: una mujer que estaba allí para decir “este es mi Hijo: no lo reniego”».
En conclusión Francisco invitó «solamente, en silencio, a contemplar, a mirar: que sea el Espíritu Santo —deseó— a decir a cada uno de nosotros lo que necesitamos».
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