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Viaggio Apostolico di Sua Santità Francesco in Portogallo in occasione della XXXVII Giornata Mondiale della Gioventù (2 – 6 agosto 2023) – Confessione di alcuni Giovani della GMG e Incontro con i Rappresentanti di alcuni Centri di Assistenza e di Carità nel Centro Paroquial da Serafina, 04.08.2023


Confessione di alcuni Giovani della GMG presso il Giardino Vasco de Gama

Incontro con i Rappresentanti di alcuni Centri di Assistenza e di Carità nel Centro Paroquial de Serafina

Confessione di alcuni Giovani della GMG presso il Giardino Vasco de Gama

Questa mattina, dopo aver celebrato la Santa Messa in privato, il Santo Padre Francesco si è trasferito in auto al Giardino Vasco de Gama dove, alle ore 9.00 (10.00 ora di Roma), ha confessato alcuni Giovani della GMG. Quindi si è trasferito in auto al Centro Paroquial de Serafina.

Prima di lasciare la Nunziatura, questa mattina Papa Francesco ha incontrato brevemente una signora di 106 anni, Maria da Conceição Brito Mendonça, nata il giorno delle apparizioni di Fatima, il 13 maggio 1917, e la giovane Edna Pina Lopes Rodrigues, che soffre di una grave malattia e alla quale il Papa aveva inviato un messaggio di affetto e di preghiera nel giugno scorso.

[01204-IT.02]

Incontro con i Rappresentanti di alcuni Centri di Assistenza e di Carità nel Centro Paroquial de Serafina

Discorso del Santo Padre

Traduzione in lingua portoghese

Traduzione in lingua italiana

Traduzione in lingua francese

Traduzione in lingua inglese

Traduzione in lingua tedesca

Traduzione in lingua polacca

Traduzione in lingua araba

Questa mattina, dopo la Confessione di alcuni Giovani della GMG, alle ore 9.45 (10.45 ora di Roma), il Santo Padre Francesco ha incontrato i Rappresentanti di alcuni Centri di Assistenza e di Carità nel Centro Paroquial de Serafina. Erano presenti all’incontro il Centro Paroquial de Serafina, la Casa Famiglia Ajuda de Berço e l’Associazione Acreditar.

Dopo il canto iniziale e l’accoglienza del Parroco e Direttore del Centro, hanno avuto luogo le presentazioni del Centro Paroquial de Serafina, della Casa Famiglia Ajuda de Berço e dell’Associazione Acreditar. Quindi il Papa ha pronunciato il Suo discorso.

Al termine dell’incontro, dopo la recita del Padre Nostro, la Benedizione finale e l’esecuzione di un canto, il Santo Padre è rientrato nella Nunziatura Apostolica di Lisbona dove, alle ore 12.00 (13.00 ora di Roma), ha pranzato con il Patriarca di Lisbona, Em.mo Card. Manuel Clemente, e con 10 giovani di diverse nazionalità. Prima del pranzo con i giovani, inoltre, Papa Francesco ha incontrato brevemente il giornalista israeliano Henrique Cymerman.

Al rientro in Nunziatura, al termine della mattinata, Papa Francesco ha ricevuto la visita di una delegazione del centro internazionale di dialogo KAICIID, accompagnata dal Card. Ayuso.

Nel salutarla, ha espresso la sua gratitudine per la visita e rivolto ai presenti alcune parole sul valore della fraternità e del dialogo e il pericolo del monologo e del proselitismo.

Successivamente Papa Francesco si è intrattenuto in conversazione con Rahim Aga Khan, figlio della guida della comunità ismaelita, che ha il suo centro a Lisbona.

Infine, il Papa ha ricevuto un gruppo di religiosi e persone di diverse fedi e confessioni cristiane coinvolte nell’impegno ecumenico ed interreligioso della Chiesa portoghese.

Papa Francesco ha ringraziato i presenti per la fraternità vissuta, per gli sforzi di dialogo, raccomandando loro di prendersi cura dei giovani, che “sono allegri, ma non superficiali”, e rischiano di essere “anestetizzati” dal mondo che li circonda.

Pubblichiamo di seguito il discorso e le parole a braccio che Papa Francesco ha pronunciato nel corso dell’incontro con i Rappresentanti di alcuni Centri di Assistenza e di Carità:

Discorso del Santo Padre

Queridos hermanos y hermanas: Bom dia!

Le agradezco al párroco sus palabras y los saludo a todos ustedes, en particular a los amigos del Centro Paroquial da Serafina, de la Casa Famiglia Ajuda de Berço y de la Asociación Acreditar. Y agradezco las palabras de ustedes que han mostrado el trabajo que se hace. Gracias. Es lindo estar juntos, en el contexto de la Jornada Mundial de la Juventud, mientras contemplamos a la Virgen que se levanta para ir a ayudar (cf. Lc 1,39). La caridad, de hecho, es el origen y la meta del camino cristiano, y la presencia de ustedes, realidad concreta de “amor en acción”, nos ayuda a no olvidar la ruta, el sentido de lo que estamos haciendo siempre. Gracias por sus testimonios, de los que quisiera subrayar tres aspectos: hacer el bien juntos, actuar concretamente y estar cerca de los más frágiles. O sea, hacer el bien juntos, actuar concretamente —no sólo con ideas, sino concretamente— y estar cerca de los más frágiles.

Primero: hacer el bien juntos. “Juntos” es la palabra clave, que se ha repetido muchas veces en las intervenciones. Vivir, ayudar y amar juntos; jóvenes y adultos, sanos y enfermos, juntos. João nos ha dicho algo muy importante, que uno no se debe dejar “definir” por la enfermedad, sino hacerla parte viva del aporte que nosotros damos al conjunto de la comunidad. Es verdad, no debemos dejarnos “definir” por la enfermedad, o por los problemas, porque no somos nosotros una enfermedad, no somos un problema. Cada uno de nosotros es un regalo, es un don, un don único —con sus límites—, pero un don, un don valioso y sagrado para Dios, para la comunidad cristiana y para la comunidad humana. Entonces, así como somos, enriquezcamos el conjunto y dejémonos enriquecer por el conjunto.

Segundo: actuar concretamente. También esto es importante. Como nos ha recordado don Francisco, citando a san Juan XXIII, la Iglesia «no es un museo de arqueología —algunos la piensan así, pero no es—, es la antigua fuente del pueblo que suministra el agua a las generaciones actuales» (Homilía después de la Misa eslavo bizantina, 13 noviembre 1960) igual que a las futuras. La fuente sirve para apagar la sed de las personas que llegan, con el peso del viaje o de la vida. Y son concreción, por tanto, atención al “aquí y ahora”, como ya están haciendo ustedes con un esmero en los detalles y un sentido práctico, hermosas virtudes típicas del pueblo portugués.

Cuando no se pierde tiempo en lamentarse de la realidad, sino que nos preocupamos por afrontar las necesidades concretas, con alegría y confianza en la Providencia, ocurren cosas maravillosas. Lo atestigua vuestra historia. Del cruce de miradas con un anciano en la calle nace un centro de caridad integral, como este en el que nos encontramos; de un desafío moral y social, la “campaña por la vida”, nace una asociación que ayuda a las madres y a las familias que esperan un bebé, así como a niños, adolescentes y jóvenes en dificultad, para que, como nos ha dicho Sandra, encuentren un proyecto de vida seguro; de la experiencia de la enfermedad nace una comunidad de apoyo a quien afronta la batalla contra el cáncer, especialmente los niños, para que, como nos ha dicho João, “el progreso del tratamiento y una mejor calidad de vida sean para ellos una realidad”. Gracias por todo lo que hacen. Con mansedumbre y amabilidad, sigan dejándose interpelar por la realidad, con sus pobrezas antiguas y nuevas, y respondan de manera concreta, con creatividad y valentía.

El tercer aspecto: estar cerca de los más frágiles. Todos somos frágiles y menesterosos, pero la mirada de compasión del Evangelio nos lleva a ver lo que le falta a quien más necesita. Y a servir a los pobres, los predilectos de Dios, que se hizo pobre por nosotros (cf. 2 Co 8,9), a los excluidos, los marginados, los descartados, los pequeños, los indefensos. Ellos son el tesoro de la Iglesia, son los preferidos de Dios. Y, entre ellos, recordemos que no debemos hacer distinciones. Para un cristiano, en efecto, no hay preferencias ante el necesitado que llama a nuestra puerta, ya sean connacionales o extranjeros, pertenecientes a un grupo o a otro, jóvenes o ancianos, simpáticos o antipáticos.

Y, a propósito de caridad, quisiera contarles ahora una historia, especialmente a ustedes los más pequeños, que puede que no la conozcan. Es la historia real de un joven portugués que vivió hace mucho tiempo. Se llamaba Juan Ciudad y habitaba en Montemor-o-Novo. Soñaba con una vida de aventuras y por eso, siendo un muchacho, se fue de casa buscando la felicidad. La encontró después de muchos años y peripecias, cuando halló a Jesús. Y se alegró tanto de ese descubrimiento que decidió incluso cambiarse el nombre y no llamarse más Juan Ciudad, sino Juan de Dios. E hizo una cosa audaz, fue a la ciudad y se puso a pedir limosna por la calle, diciendo a la gente: “Hermanos, haced bien a vosotros mismos”. ¿Entienden? Pedía caridad, y a quienes le daban les decía que, ayudándolo a él, en realidad se ayudaban ante todo a ellos mismos. Es decir, explicaba que los gestos de amor son, en primer lugar, un don para el que los hace, antes incluso que para quien los recibe; porque todo lo que se acapara para uno mismo se perderá, mientras que lo que se da por amor no se desperdiciará nunca, sino que será nuestro tesoro en el cielo.

Por eso decía: “Hermanos, haced bien a vosotros mismos”. Pero el amor no nos hará felices sólo cuando estemos en el cielo, sino que lo hace ya aquí en la tierra, porque dilata el corazón y nos permite abrazar el sentido de la existencia. Si queremos ser verdaderamente felices, aprendamos a trasformar todo en amor, ofreciendo a los demás nuestro trabajo y nuestro tiempo, pronunciando palabras y realizando gestos buenos; incluso con una sonrisa, con un abrazo, con la escucha, con una mirada. Queridos chicos, hermanos y hermanas, vivamos de ese modo. Todos podemos hacerlo y todos lo necesitamos, aquí y en cualquier parte del mundo.

¿Saben lo que le sucedió a Juan? Que no lo entendieron. Pensaban que estaba loco y lo encerraron en un manicomio. Pero él no se desmoralizó, porque el amor no se rinde, porque quien sigue a Jesús no pierde la paz ni se lamenta. Y precisamente allí, en el manicomio, llevando la cruz, llegó la inspiración de Dios. Juan se dio cuenta de las necesidades que tenían los enfermos y, cuando finalmente lo dejaron salir, después de algunos meses, comenzó a hacerse cargo de ellos con otros compañeros, fundando una orden religiosa: los Hermanos Hospitalarios. Pero algunos empezaron a llamarlos de otro modo, con las palabras que aquel joven repetía a todos, “Hermanos, haced bien”. Nosotros en Roma los llamamos así: Fatebenefratelli. Qué hermoso nombre, qué enseñanza importante. Ayudar a los demás es un don para uno mismo y hace bien a todos. Sí, amar es un don para todos. Recordemos que “o amor é um presente para todos!”. Repitámoslo juntos: o amor é um presente para todos!

Amémonos así. Sigan haciendo de sus vidas un regalo de amor y de alegría. Les agradezco y los animo a todos, especialmente a los niños, a seguir adelante y a rezar por mí. Obrigado!

***

[Palabras espontáneas después de entregar el discurso]

Son muchas las cosas que quisiera decirles ahora, pero sucede que no me están funcionando los “reflectores”. Y no puedo leer bien, y así que se los voy a dar para que lo hagan público esto después, y no forzar la vista y leer mal. Eso no se puede hacer.

Solamente quiero detenerme ya en algo que no está escrito, pero está en el espíritu del encuentro: lo concreto. No hay amor abstracto, no existe. El amor platónico está en órbita, no está en la realidad. El amor concreto, ese que se ensucia las manos, y cada uno de nosotros puede preguntar: ¿el amor que yo siento a todos los de aquí, lo que siento sobre los demás, es concreto o abstracto? Yo, cuando le doy la mano a una persona necesitada, a un enfermo, a un marginado, después de dar la mano, ¿hago así enseguida, para que no se me “contagie”? ¿Le tengo asco a la pobreza, a la pobreza de los demás? ¿Busco siempre la vida destilada, esa que existe en mi fantasía, pero no existe en la realidad? ¡Cuántas vidas destiladas, inútiles, que pasan por la vida sin dejar huella, porque su vida no tiene peso!

Y aquí tenemos una realidad que deja huella, una realidad de tantos años, que está dejando una huella que es de inspiración a los demás. No podría existir una Jornada Mundial de la Juventud sin tener en cuenta esta realidad, porque esto también es juventud, en el sentido de que ustedes generan vida nueva continuamente. Ustedes, con esta conducta de ustedes, con el compromiso de ustedes, con el ensuciarse las manos de ustedes por tocar la realidad y la miseria de los demás, están generando inspiración, están generando vida, y gracias por eso. Se los agradezco de todo corazón. ¡Sigan adelante y no se desanimen! Y si se desaniman, tomen un vaso de agua y sigan para adelante.

[01189-ES.02] [Texto original: Español]

Traduzione in lingua portoghese

Queridos irmãos e irmãs, bom dia!

Agradeço ao pároco as suas palavras, e saúdo a todos os presentes, em particular aos amigos do Centro Paroquial da Serafina, da Casa Família Ajuda de Berço e da Associação Acreditar. E agradeço as vossas palavras que ilustraram o trabalho que aqui se faz. Obrigado! É bom estarmos aqui juntos no contexto da Jornada Mundial da Juventude, enquanto olhamos para a Virgem que Se levanta para ir ajudar. De facto, a caridade é a origem e a meta do caminho cristão, e a vossa presença, realidade concreta de «amor em ação», ajuda-nos a não esquecer a rota, o sentido daquilo que sempre estamos a fazer. Obrigado pelos vossos testemunhos, dos quais quero destacar três aspetos: fazer juntos o bem, agir no concreto e estar próximo dos mais frágeis. Por outras palavras, fazer o bem juntos, agir concretamente, isto é, não só com ideias mas concretamente, estar perto dos mais frágeis.

Primeiro, fazer juntos o bem. «Juntos» é a palavra-chave, que foi repetida muitas vezes nas intervenções. Viver, ajudar e amar juntos: jovens e adultos, sãos e doentes… juntos. O João disse-nos uma coisa importante: é preciso não se deixar «definir» pela doença, mas fazer dela parte viva do contributo que prestamos ao conjunto da comunidade. É verdade! Não devemos deixar-nos «definir» pela doença ou pelos problemas, porque não somos uma doença, não somos um problema. Cada um de nós é um presente, é um dom único, com os seus limites mas um dom precioso e sagrado para Deus, para a comunidade cristã e para a comunidade humana. E, assim como somos, enriquecemos o conjunto e deixamo-nos enriquecer pelo conjunto!

Segundo, agir no concreto. Também isto é importante. Como nos recordou o padre Francisco, inspirando-se em São João XXIII, a Igreja «não é um museu de arqueologia – alguns imaginam-na assim, mas não o é –; a Igreja é o antigo fontanário da aldeia que fornece água à geração de hoje» (São João XXIII, Homilia depois da Missa eslavo-bizantina, 13/XI/1960) como às futuras gerações. O fontanário serve para matar a sede das pessoas que chegam com o peso da viagem ou da vida, na sua dimensão concreta. Por conseguinte é necessária concretização, atenção ao «aqui e agora», como aliás já fazeis com o cuidado dos pormenores e sentido prático, belas virtudes típicas do povo português.

Quando não se perde tempo a lamentar-se da realidade, mas se tem a preocupação de ir ao encontro das carências concretas, com alegria e confiança na Providência, acontecem coisas maravilhosas. Assim o testemunha a vossa história: do encontro com o olhar de um idoso na rua, nasce um centro de caridade «de todo o respeito», como este em que nos encontramos; de um desafio moral e social qual é a «campanha pela vida», nasce uma associação que ajuda grávidas e sua família, crianças, adolescentes e jovens em dificuldade, para encontrarem um projeto de vida seguro, como nos contou Sandra; da experiência da doença nasce uma comunidade de apoio a quem luta contra o cancro, especialmente crianças, de modo que «os progressos no tratamento e a melhor qualidade de vida se tornem realidade para eles», como nos disse o João. Obrigado pelo que fazeis! Continuai com mansidão e gentileza a deixar-vos interpelar pela realidade, com as suas pobrezas antigas e novas, e a responder de forma concreta, com criatividade e coragem.

O terceiro aspeto: estar próximo dos mais frágeis. Todos somos frágeis e necessitados, mas o olhar feito de compaixão, próprio do Evangelho, leva-nos a ver as necessidades de quem mais precisa. Leva-nos a servir os pobres, os prediletos de Deus que Se fez pobre por nós (cf. 2 Cor 8, 9): os excluídos, os marginalizados, os descartados, os humildes, os indefesos. São eles o tesouro da Igreja, são os preferidos de Deus! E recordemo-nos sempre de não estabelecer diferenças entre eles; de facto, para um cristão, não há preferências face a quem, necessitado, bate à nossa porta: compatriotas ou estrangeiros, pertencentes a este ou àquele grupo, jovens ou idosos, simpáticos ou antipáticos...

A propósito de caridade, quero agora contar-vos uma história, especialmente a vós, crianças, que talvez não conheçais. É a história real dum jovem português que viveu há muito tempo. Chamava-se João Cidade e habitava em Montemor-o-Novo. Sonhava com uma vida aventureira; por isso, adolescente ainda, partiu de casa à procura da felicidade. Achou-a depois de vários anos e muitas aventuras, quando encontrou Jesus. E ficou tão contente com a descoberta que até decidiu mudar o nome, chamando-se a partir de então, não João Cidade, mas João de Deus. E fez uma coisa ousada: foi pela cidade e começou a pedir esmola pelas ruas, dizendo às pessoas: «Fazei bem, irmãos, a vós mesmos!» Compreendeis? Pedia a esmola, mas dizia a quantos lha davam que, ajudando-o a ele, na realidade estavam a ajudar primariamente a si próprios! Ou seja, explicava que os gestos de amor são um dom primariamente para quem os cumpre, antes mesmo de o serem para quem os recebe; porque tudo o que se acumula para si mesmo perder-se-á, enquanto aquilo que se dá por amor nunca se desperdiça, mas será o nosso tesouro no céu.

Por isso dizia: «Fazei bem, irmãos, a vós mesmos!» Porém o amor não torna felizes só no céu, mas já aqui na terra, porque dilata o coração e permite abraçar o sentido da vida. Se queremos ser verdadeiramente felizes, aprendamos a transformar tudo em amor, oferecendo aos outros o nosso trabalho e o nosso tempo, dizendo palavras edificantes e realizando boas ações, mesmo com um sorriso, com um abraço, com a escuta, com o olhar. Queridos adolescentes, irmãos e irmãs, vivamos assim! Todos podemos fazê-lo e disto mesmo todos precisamos, aqui e em qualquer lugar do mundo.

Sabeis o que aconteceu depois a João? Não o entenderam! Pensavam que estava maluco e fecharam-no num manicómio. Mas ele não se desmoralizou, porque o amor não se arrende e quem segue Jesus não perde a paz nem se põe a lamentar a sua sorte. E foi precisamente lá, no manicómio, carregando a cruz, que chegou a inspiração de Deus. João deu-se conta de quanto aqueles doentes precisavam de ajuda e, quando finalmente o deixaram sair, depois de alguns meses, começou a cuidar deles com outros companheiros, fundando uma Ordem Religiosa: os Irmãos Hospitaleiros. Alguns, porém, começaram a designá-los doutro modo, ou seja, com as palavras «fazei bem, irmãos…» que aquele jovem ia repetindo a todos. Assim são chamados em Roma: Fatebenefratelli. É um belo nome, e um ensinamento importante! Ajudar os outros é um dom para si próprio e faz bem a todos. É verdade! Amar é um dom para todos! Recordemo-nos: o amor é um presente para todos! Vamos repetir juntos: «o amor é um presente para todos»!

Amemo-nos assim! Continuai a fazer da vida um presente de amor e de alegria. Fico-vos grato e recomendo a todos, mas especialmente às crianças: continuai a rezar por mim. Obrigado!

***

[Palavras improvisadas]

Há muitas coisas que gostaria de vos dizer agora, mas os meus «holofotes» [os olhos] – acontece – não estão a funcionar como deviam e não consigo ler bem. Por isso entrego-vos o discurso para o publicardes depois. Não se pode forçar a vista e ler mal.

Quero deter-me apenas em algo que não está escrito, mas está no espírito do encontro: a concretização. Não existe amor abstrato; não existe! O amor platónico vive em órbita, não está na realidade. Real é o amor concreto, aquele em que se sujam as mãos. Cada um de nós pode perguntar-se: o amor que sinto por todos aqueles que estão aqui, o amor que sinto pelos outros, é concreto ou abstrato? Depois de estenderes a mão a uma pessoa necessitada, a um doente, a um marginalizado… fazes logo assim [esfrega a mão na roupa] para não te contagiar? Enoja-me a pobreza, a pobreza dos outros? Procuro sempre a vida «destilada», a vida que existe na minha fantasia, não na realidade? Quantas vidas destiladas, inúteis que passam sem deixar uma marca, porque tais vidas não têm peso!

E aqui temos uma realidade que deixa uma marca, uma realidade de muitos anos, tantos anos, que vai deixando uma marca que serve de inspiração para os outros. Não poderia haver uma Jornada Mundial da Juventude sem ter em conta esta realidade. Porque também isto é juventude, no sentido de que vós gerais continuamente vida nova. Com a vossa conduta, o vosso empenho, as vossas mãos sujas por tocarem a realidade da miséria dos outros, estais a gerar inspiração, estais a gerar vida. Obrigado por isso! Agradeço-vos de todo o coração. Continuai para diante e não desanimeis! E se desanimardes, bebei um copo de água e segui para a frente!

[01189-PO.02] [Texto original: Espanhol]

Traduzione in lingua italiana

Cari fratelli e sorelle, buongiorno!

Ringrazio il Parroco per le sue parole e saluto tutti voi, in particolare gli amici del Centro Paroquial da Serafina, della Casa Famiglia Ajuda de Berço e dell’Associazione Acreditar. E ringrazio per le vostre parole che hanno illustrato il lavoro che si fa, grazie! È bello essere qui insieme nel contesto della Giornata Mondiale della Gioventù, mentre guardiamo alla Vergine che si alza per andare ad aiutare. La carità, infatti, è l’origine e la meta del cammino cristiano, e la vostra presenza, realtà concreta di “amore in azione”, ci aiuta a non dimenticare la rotta, il senso di quello che stiamo facendo sempre. Grazie per le vostre testimonianze, delle quali vorrei sottolineare tre aspetti: fare il bene insieme, agire concretamente e stare vicini ai più fragili. Ossia, fare il bene insieme, agire concretamente, non solo con idee, bensì concretamente, stare vicino ai più fragili.

Primo: fare il bene insieme. “Insieme” è la parola chiave, che è stata ripetuta tante volte negli interventi. Vivere, aiutare e amare insieme: giovani e adulti, sani e malati, insieme. João ci ha detto una cosa molto importante: che non bisogna lasciarsi “definire” dalla malattia, ma farne parte viva del contributo che diamo all’insieme della comunità. È vero: non dobbiamo lasciarci “definire” dalla malattia o dai problemi, perché noi non siamo una malattia, non siamo o un problema: ciascuno di noi è un regalo, è un dono, un dono unico, con i suoi limiti, ma un dono, un dono prezioso e sacro per Dio, per la comunità cristiana e per la comunità umana. Allora, così come siamo, arricchiamo l’insieme e lasciamoci arricchire dall’insieme!

Secondo: agire concretamente. Anche questo è importante. Come ci ha ricordato don Francisco, citando San Giovanni XXIII, la Chiesa non è un museo di archeologia. Alcuni la pensano così, ma non lo è. È l’antica fontana del villaggio che dà l’acqua alle generazioni di oggi come a quelle future (cfr Omelia nella Liturgia in Rito Bizantino-Slavo in onore di S. Giovanni Crisostomo, 13 novembre 1960). La fontana serve per placare la sete delle persone che arrivano, con il peso del viaggio o della vita e sono concretezza. Concretezza, dunque, attenzione al “qui e ora”, come già fate, con cura dei particolari e senso pratico, belle virtù tipiche del popolo portoghese.

Quando non si perde tempo a lamentarsi della realtà, ma ci si preoccupa di andare incontro ai bisogni concreti, con gioia e fiducia nella Provvidenza, accadono cose meravigliose. Lo testimonia la vostra storia: dall’incontro con lo sguardo di un anziano sulla strada nasce un centro di carità “a tutto tondo”, come quello in cui ci troviamo; da una sfida morale e sociale, la “campagna per la vita”, nasce un’associazione che aiuta mamme e famiglie in attesa, bambini, ragazzi e giovani in difficoltà, perché, come ci ha raccontato Sandra, trovino un progetto di vita sicuro; dall’esperienza della malattia nasce una comunità di sostegno a chi affronta la battaglia contro il cancro, specialmente ai bambini, affinché, come ci ha detto João, «l’evoluzione della cura e la migliore qualità della vita diventino per loro una realtà». Grazie per quello che fate! Continuate con mitezza e gentilezza a lasciarvi interrogare dalla realtà, con le sue povertà antiche e nuove, e a rispondere in modo concreto, con creatività e coraggio.

Il terzo aspetto: stare vicini ai più fragili. Tutti siamo fragili e bisognosi, ma lo sguardo di compassione del Vangelo ci porta a vedere le necessità di chi ha più bisogno. E a servire i poveri, i prediletti di Dio che si è fatto povero per noi (cfr 2 Cor 8,9): gli esclusi, gli emarginati, gli scartati, i piccoli, gli indifesi. Sono loro il tesoro della Chiesa, sono i preferiti di Dio! E, tra di loro, ricordiamoci di non fare differenze. Per un cristiano, infatti, non ci sono preferenze di fronte a chi bussa bisognoso alla porta: connazionali o stranieri, appartenenti a un gruppo o ad un altro, giovani o anziani, simpatici o antipatici...

E, a proposito di carità, vorrei ora raccontarvi una storia, specialmente a voi bambini, che forse non la conoscete. È la storia, veramente accaduta, di un giovane portoghese vissuto molto tempo fa. Si chiamava Giovanni Ciudad e abitava a Montemor-o-Novo. Sognava una vita avventurosa e così, da ragazzo, partì da casa in cerca della felicità. La trovò dopo tanti anni e molte avventure, quando incontrò Gesù. E fu così felice della scoperta che decise di cambiare perfino il nome e di chiamarsi, da allora in poi, non più Giovanni Ciudad, ma Giovanni di Dio. E fece una cosa ardita: andò in città e si mise a chiedere l’elemosina per strada, dicendo alla gente: «Fate del bene, fratelli, a voi stessi!». Capite? Chiedeva la carità, ma diceva a quelli che gliela facevano che, aiutando lui, in realtà aiutavano prima di tutto sé stessi! Spiegava, cioè, che i gesti d’amore sono un dono anzitutto per chi li fa, prima ancora che per chi li riceve; perché tutto quello che si accaparra per sé andrà perso, mentre quello che si dona per amore non andrà mai sprecato, ma sarà il nostro tesoro in cielo.

Per questo diceva: «Fate del bene, fratelli, a voi stessi!». Ma l’amore non rende felici solo in cielo, bensì già qui in terra, perché dilata il cuore e permette di abbracciare il senso della vita. Se vogliamo essere davvero felici, impariamo a trasformare tutto in amore, offrendo agli altri il nostro lavoro e il nostro tempo, dicendo parole e compiendo gesti buoni, anche con un sorriso, con un abbraccio, con l’ascolto, con lo sguardo. Cari ragazzi, fratelli e sorelle, viviamo così! Tutti possiamo farlo e tutti ne abbiamo bisogno, qui e ovunque nel mondo.

Sapete poi cosa successe a Giovanni? Che non lo capirono! Pensavano che fosse matto e lo chiusero in un manicomio. Ma lui non si demoralizzò, perché l’amore non si arrende, perché chi segue Gesù non perde la pace e non si piange addosso. E proprio lì, in manicomio, portando la croce, arrivò l’ispirazione di Dio. Giovanni si rese conto di quanto i malati avessero bisogno di aiuto e, quando finalmente lo lasciarono uscire, dopo alcuni mesi, cominciò a prendersi cura di loro con altri compagni, fondando un ordine religioso: i Fratelli Ospedalieri. Alcuni, però, cominciarono a chiamarli in un altro modo, proprio con le parole di quel giovane che diceva a tutti: “Fate-del-bene-fratelli”! A Roma noi li chiamiamo così: i “Fatebenefratelli”. Che bel nome, che insegnamento importante! Aiutare gli altri è un dono per sé e fa bene a tutti. Sì, amare è un dono per tutti! Ricordiamoci: “o amor é um presente para todos!”. Ripetiamolo insieme: o amor é um presente para todos!

Amiamoci così! Continuate a fare della vita un regalo d’amore e di gioia. Io vi ringrazio e vi raccomando, tutti quanti ma specialmente i bambini, andate avanti a pregare per me. Obrigado!

***

[Parole a braccio]

Sono molte le cose che vorrei dirvi ora, ma succede che non mi stanno funzionando “i riflettori” e non posso leggere bene. Perciò ve lo consegno, perché lo rendiate pubblico poi. Non si può forzare la vista e leggere male.

Voglio solo soffermarmi su qualcosa che non è scritto, ma che sta nello spirito dell’incontro: la concretezza. Non esiste amore astratto, non esiste. L’amore platonico sta in orbita, non sta nella realtà. L’amore concreto, quello che si sporca le mani. Ognuno di noi può chiedere: l’amore che io sento per tutti quelli che stanno qui, quello che sento per gli altri, è concreto o astratto? Quando io do la mano a una persona bisognosa, a un malato, a un emarginato, dopo aver dato la mano, faccio subito così [strofina la mano sulla veste] per non contagiarmi? Mi disgusta la povertà, la povertà degli altri? Cerco sempre la vita “distillata”, quella che esiste nella mia fantasia, ma non esiste nella realtà? Quante vite distillate, inutili, che passano senza lasciare un’impronta, perché quelle vite non hanno peso!

E qui abbiamo una realtà che lascia un’impronta, una realtà di tanti anni, tanti anni, che sta lasciando un’impronta che è d’ispirazione per gli altri. Non potrebbe esistere una Giornata Mondiale della Gioventù senza tener conto di questa realtà. Perché anche questo è gioventù, nel senso che voi generate vita nuova continuamente. Con la vostra condotta, con il vostro impegno, con il vostro sporcarvi le mani per toccare la realtà della miseria degli altri, state generando ispirazione, state generando vita. Grazie per questo! Vi ringrazio con tutto il cuore. Andate avanti e non vi scoraggiate! E se vi scoraggiate, prendete un bicchiere d’acqua e andate avanti!

[01189-IT.02] [Testo originale: Spagnolo]

Traduzione in lingua francese

Chers frères et sœurs, bonjour !

Je remercie le Curé pour ses paroles et je salue chacun, en particulier les amis du Centro Paroquial da Serafina, de la Casa Famiglia Ajuda de Berço et de l’Association Acreditar. Et je vous remercie pour vos paroles qui ont décrit le travail que vous faites.  Il est bon d’être ensemble ici à l’occasion des Journées Mondiales de la Jeunesse. Nous voyons la Vierge qui se lève pour aller aider. La charité, en effet, est l’origine et le but du cheminement chrétien, et votre présence, réalité concrète d’ “amour en action”, nous aide à ne pas perdre le cap, le sens de ce que nous faisons. Je vous remercie pour vos témoignages dont je voudrais souligner trois aspects : faire le bien ensemble, agir concrètement et être proches des plus fragiles ; c’est-à-dire faire le bien ensemble, agir concrètement, pas seulement avec des idées mais concrètement, être proche des plu fragiles.

Premièrement : faire le bien ensemble. “Ensemble” est le mot clé qui a été répété de nombreuses fois dans vos interventions. Vivre, aider et aimer ensemble : jeunes et adultes, en bonne santé et malades, ensemble. João nous a dit une chose de très importante : nous ne devons pas nous laisser “définir” par la maladie mais en faire une partie vivante de la contribution que nous apportons à l’ensemble de la communauté. C’est vrai : nous ne devons pas nous laisser “définir” par la maladie ou par les problèmes, parce que nous ne sommes ni une maladie, nous ne sommes pas un problème : chacun est un cadeau, un don, un don unique, avec ses limites, mais un don, un don précieux et sacré pour Dieu, pour la communauté chrétienne et pour la communauté humaine. Alors, tels que nous sommes, enrichissons l’ensemble et laissons-nous enrichir par l’ensemble !

Deuxièmement : agir concrètement. Cela aussi est important. Comme nous l’a rappelé l’abbé Francisco, en citant saint Jean XXIII, l’Église « n’est pas un musée d’archéologie. Certains la pensent de cette manière, mais elle ne l’est pas. Elle est l’ancienne fontaine du village qui donne de l’eau aux générations d’aujourd’hui come à celles du futur (cf. Homélie de la liturgie en rite byzantin-slave en l’honneur de saint Jean Chrysostome, 13 novembre 1960). La fontaine sert à désaltérer la soif des personnes concrètes qui arrivent, avec le poids du voyage et de la vie. Du concret, donc, une attention au “ici et maintenant”, comme vous le faites déjà, avec le souci du détail et le sens pratique, de belles vertus typiques du peuple portugais. Lorsqu’on ne perd pas son temps à se plaindre de la réalité, mais que l’on se préoccupe de répondre aux besoins concrets, avec joie et confiance en la Providence, il se passe des choses merveilleuses. Votre histoire en témoigne : de la rencontre avec le regard d’une personne âgée dans la rue, naît un centre de charité “polyvalent” comme celui dans lequel nous nous trouvons. D’un défi moral et social, la “campagne pour la vie”, naît une association qui aide les mamans et les familles en attente, les enfants et les jeunes en difficulté, afin que, comme nous l’a dit Sandra, ils trouvent un projet de vie fiable. De l’expérience de la maladie naît une communauté de soutien à ceux qui mènent la lutte contre le cancer, en particulier des enfants, afin que, comme nous l’a dit João, « l’évolution du soin et une meilleure qualité de vie deviennent une réalité pour eux ». Merci pour ce que vous faites ! Continuez avec douceur et patience à vous laisser interpeller par la réalité, avec ses pauvretés anciennes et nouvelles, et à y répondre de manière concrète, avec créativité et courage.

Le troisième aspect : être proche des plus fragiles. Nous sommes tous fragiles et nécessiteux, mais le regard de compassion de l’Évangile nous pousse à voir les besoins des plus nécessiteux ; et à servir les pauvres, les bien-aimés de Dieu qui s’est fait pauvre pour nous (cf. 2 Co 8, 9) : les exclus, les marginalisés, les laissés-pour-compte, les petits, les personnes sans-défense. Ils sont le trésor de l’Église, ils sont les préférés de Dieu ! Et, parmi eux, souvenons-nous de ne pas faire de différence. Pour un chrétien, il n’y a pas de préférences entre ceux qui frappent à la porte dans le besoin: compatriotes ou étrangers, appartenant à un groupe ou à un autre, jeunes ou vieux, sympathiques ou antipathiques...

Et, en parlant de charité, je voudrais maintenant vous raconter une histoire, surtout à vous, les enfants qui ne la connaissez peut-être pas. C’est l’histoire, qui s’est réellement passée, d’un jeune homme portugais qui a vécu il y a très longtemps. Il s’appelait Jean Ciudad et vivait à Montemor-o-Novo. Il rêvait d’une vie pleine d’aventures et, tout jeune, il partit de la maison en quête du bonheur. Il le trouva après de nombreuses années et de nombreuses aventures, lorsqu’il rencontra Jésus. Et il fut tellement heureux de cette découverte qu’il décida même de changer de nom et de s’appeler désormais non plus Jean Ciudad, mais Jean de Dieu. Et il fit une chose audacieuse : il alla dans la ville et se mit à mendier dans les rues en disant aux gens : « Faites du bien à vous-mêmes, mes frères ».  Vous comprenez ? Il demandait la charité, mais il disait à ceux qui la lui donnaient qu’en l’aidant, ils s’aidaient d’abord eux-mêmes ! Il expliquait donc que les gestes d’amour sont d’abord un don pour celui qui les pose, avant même que pour celui qui les reçoit ; parce que tout ce que l’on amasse pour soi sera perdu, tandis que ce que l’on donne par amour ne sera jamais perdu, mais sera notre trésor dans le ciel.

C’est pourquoi il disait : « Faites du bien à vous-mêmes, mes frères ». Mais l’amour ne rend pas heureux seulement au ciel, il le fait déjà sur terre, parce qu’il élargit le cœur et permet d’embrasser le sens de la vie. Si nous voulons vraiment être heureux, apprenons à tout transformer en amour, en offrant aux autres notre travail et notre temps, en disant des paroles bonnes et en accomplissant de bonnes actions ; et avec un sourire, avec une accolade, avec une écoute, avec un regard. Chers jeunes, frères et sœurs, vivons ainsi ! Nous pouvons tous le faire et nous en avons tous besoin, ici et partout dans le monde.

Savez-vous ce qui est arrivé à Jean ? Ils ne l’ont pas compris ! Ils l’ont pris pour un fou et l’ont enfermé dans un asile. Mais il ne s’est pas découragé, parce que l’amour n’abandonne pas, parce que celui qui suit Jésus ne perd pas la paix et ne pleure pas sur lui-même. Et c’est là précisément, dans l’asile, en portant la croix, que s’est manifestée l’inspiration de Dieu. Jean se rendit compte à quel point les malades avaient besoin d’aide et, lorsqu’on le laissa enfin sortir, après quelques mois, il commença à s’occuper d’eux avec d’autres compagnons, en fondant un ordre religieux : les Frères Hospitaliers. Cependant, certains commencèrent à les appeler autrement, selon les termes mêmes de ce jeune homme qui disait à tout le monde : « Faites du bien mes frères » ! À Rome nous les appelons ainsi : les “Fatebenefratelli”. Quel beau nom, quelle importante leçon! Aider les autres est un cadeau pour soi-même et fait du bien tout le monde. Oui, aimer est un don pour tous ! Souvenons-nous : “o amor é um presente para todos !”. Répétons-le ensemble : o amor é um presente para todos !

Aimons-nous ainsi ! Continuez à faire de votre vie un cadeau d’amour et de joie. Je vous remercie et je vous recommande, à vous tous, mais surtout aux enfants : allez de l’avant et de priez pour moi. Obrigado !

***

[Paroles improvisées]

Il y a beaucoup de choses que je voudrais vous dire maintenant, mais il se trouve que mes "réflecteurs" ne fonctionne pas et je ne peux pas bien lire. Je vous le donne donc, pour que vous le rendiez public par la suite. On ne peut pas se forcer la vue et lire mal.

Je veux juste m'arrêter sur quelque chose qui n'est pas écrit, mais qui est dans l'esprit de la rencontre : le concret. L'amour abstrait n'existe pas. L'amour platonique est dans les nuages, il n'est pas une réalité. L'amour concret, celui qui se salit les mains. Chacun de nous peut se demander : l'amour que je ressens pour tous ceux qui sont ici, l'amour que je ressens pour les autres, est-il concret ou abstrait ? Quand je donne la main à une personne dans le besoin, à un malade, à un marginal, après avoir donné la main, est-ce que je fais tout de suite comme ceci [il se frotter ma main sur son vêtement] pour ne pas être infecté ? La pauvreté me dégoûte-t-elle, la pauvreté des autres ? Est-ce que je cherche toujours une vie "distillée", qui existe dans mon imagination mais qui n'existe pas dans la réalité ? Combien de vies distillées, inutiles, qui passent sans laisser d'empreinte, parce que ces vies n'ont pas de poids !

Or nous avons ici une réalité qui laisse une empreinte, une réalité depuis tant années, tant d’années, qui laisse une empreinte, source d'inspiration pour les autres. Les Journées Mondiale de la Jeunesse ne pourraient pas exister sans tenir compte de cette réalité. Car c'est aussi cela la jeunesse, dans le sens où vous générez sans cesse une nouvelle vie. Par votre conduite, par votre engagement, par le fait que vous vous salissez les mains pour toucher la réalité de la misère des autres, vous générez de l'inspiration, vous générez de la vie. Je vous en remercie ! Je vous remercie de tout mon cœur. Continuez et ne vous découragez pas ! Et si vous vous découragez, prenez un verre d'eau et en avant !

[01189-FR.01] [Texte original: Espagnol]

Traduzione in lingua inglese

Dear brothers and sisters, good morning!

I thank the Parish Priest for his words, and I greet all of you, especially the friends of the Centro Paroquial da Serafina of the Casa Famiglia Ajuda de Berço and the Associazione Acreditar.  And I thank those of you who spoke of the work being done here.  It is nice to be here together, during the celebration of this World Youth Day, as we reflect on the Virgin Mary setting out to help another person (cf. Lk 1:39).  Indeed, charity is the origin and goal of our Christian journey, and your presence, which is a concrete reminder of “love in action”, helps us remember the meaning of what we do and how we are to do it.  Thank you for your testimonies.  I would like to emphasize three aspects of them: doing good together, acting concretely and being close to the most vulnerable.  Doing good together, that is, by acting concretely, not only with ideas but concretely, and being close to those who are most in need.

First, doing good together.  “Together” is the key word, and I have heard you repeat it many times in the testimonies.  Living, helping and loving together: young and old, the healthy and sick, all together.  João told us something very important: that we must not allow ourselves to be “defined” by our sickness, but instead make it a constructive part of our contribution to the wider community.  That is true: we must not let ourselves be “defined” by sickness or difficulty, for none of us “is” an illness or problem: each of us is a gift, a unique gift, with our own limitations, a precious and sacred gift for God, and for the Christian and human community.  In this way, let us enrich everyone together, and may everyone together enrich us, just as we are!

Second, acting concretely.  This too is vital.  As Father Francisco reminded us, with the words of Saint John XXIII, the Church “is not an archaeological museum.  Some people think that, but it isn’t true.  It is the ancient village well that provides water for the people of today and for those of the future” (cf. Homily for the Liturgy in the Byzantine-Slavic Rite in honour of Saint John Chrysostom, 13 November 1960).  That well is for quenching the thirst of those who come to it, bearing the burden and fatigue of their journey!  Acting concretely, paying attention to the “here and now”, as you are already doing, with an eye for detail and practical sense, are fine virtues typical of the Portuguese people.  

When we do not waste time complaining about things, but instead focus on meeting people’s concrete needs, with joy and trust in God’s providence, then wonderful things can happen.  Indeed, your stories testify to this: from the encounter with the glance of an elderly man by the roadside, an “all-round” charity centre was founded, just like this one here; from the response to a moral and social challenge, and from the “campaign for life”, an association was born that helps expectant mothers and families, babies, children and young people in difficulty, so that, as Sandra told us, they may find the possibility of a secure life; from the experience of illness, a community was formed to support those facing the battle with cancer, especially children, so that, as João told us, “the development of treatment and a better quality of life will become a reality for them”.  Thank you for all that you do!  Carry on, with gentleness and kindness, taking up challenges, with their old and new forms of poverty, and responding in concrete ways, with creativity and courage.

The third aspect: being close to the most vulnerable.  While we are all fragile and in need, the Gospel’s compassionate outlook leads us to see the needs of the most vulnerable.  It likewise impels us to serve the poor – the excluded, the outcast, the discarded, the little ones, the defenceless – those most beloved of God, who made himself poor for us (cf. 2 Cor 8:9).  They are the Church’s real treasure, they are God’s “favourites”!  Let us also remember not to differentiate between them, since we Christians can never express preferences when faced with those in need who knock at our door: fellow citizens or foreigners, those belonging to one group or another, young or old, likeable or disagreeable, and so on.

With regard to charity, I would now like to tell you a story, especially to those young people who may not be familiar with it.  It is a true story of a young Portuguese man who lived long ago.  His name was John Ciudad, and he lived in Montemor-o-Novo.  He dreamed of an adventurous life and so, as a youngster, he left home in search of happiness.  He found it, after many years and many adventures, when he encountered Jesus.  He was so happy to have discovered the Lord, that he even decided to change his name.  From then on, he was no longer called John Ciudad, but John of God.  He then did something daring: he went into the city and started begging in the streets, saying to people: “Do good, brothers, to yourselves!”  Do you see?  He was asking for charity, but told those who gave it that, by helping him, they were in fact helping themselves first!  In other words, he was explaining how, first and foremost, loving gestures are a gift for those who make them, even before they benefit those who receive them; for whatever we hoard for ourselves will be lost, while whatever we give out of love will never be wasted, but will be treasure for us in heaven.

That is why John of God said: “Do some good, brothers, to yourselves!”.  Moreover, love makes us happy not only in heaven but here on earth too, because it expands our hearts and allows us to embrace the meaning of life.  If we want to be truly happy, then, let us learn to transform everything into love, offering to others our work and our time, speaking kindly words and doing good deeds with a smile, an

Finally, do you know what happened to John?  They did not understand him!  They thought he was crazy and put him in an asylum.  Yet he did not lose heart, for love never gives up, and those who follow Jesus never lose their peace of mind and do not weep for themselves.  And it was right there, in the asylum, as he carried his cross, that God inspired him.  John realized how much the sick needed help, and when they finally let him out, after a few months, he began to care for the sick together with some companions, and he founded a religious order: the Brothers Hospitallers.  Some, however, started referring to them by a different name, with the very words which that young man had used when he said to everyone: “Do-some-good-brothers”!  In Rome, that is what we call them: the “Fatebenefratelli” [“Do-Good Brothers”].  What a marvellous name, what an important lesson!  Helping others is a gift for ourselves and does everyone some good.  Yes, loving is a gift for all!  Let us remember: “o amor é um presente para todos!”.  Let us repeat it together: o amor é um presente para todos!

Let us love in that way!  Please, carry on making life a gift of love and joy.  I thank you, and ask you – everyone, but especially the young – to continue praying for me.  Obrigado!

***

[The Pope consigned the address and then spoke off the cuff]

There are many things I would like to tell you now, but, as it turns out, my “headlights” are not doing the job and I cannot read well.  So I am going to hand over this address so that it can be published later, and not strain my eyes and read it poorly.  That is not something I want to do.

I just want to mention something that wasn’t written there, but is part of the spirit of this meeting: and that is concreteness.  There is no such thing as love in the abstract; it doesn’t exist.  Platonic love is somewhere out in space, not here in the real world.  Love is concrete; it dirties its hands.  Each of us can ask: is the love that I feel for everyone here, that I feel for others, concrete or abstract?  When I offer my hand to a person in need, to a sick person or an outcast, do I immediately do this after [wipe my hand on my clothing], so I am not infected?  Do I feel repelled by poverty, the poverty of other people?  Am I constantly seeking an antiseptic, “distilled” life, a life that exists in my dreams, but not in reality.  How many lives are there that are distilled and useless.  Lives lived without leaving behind a single trace, since those lives have no weight!

 And here we have something that does leave a trace, something that has been going on for many years and has left a trace that is inspiring to others.  There could be no World Youth Day without realizing this, because it is also part of being young, the fact that you are constantly generating new life.  By your way of living, your involvement with others, your willingness to dirty your hands to touch the real situations and the poverty in which others are living: all these things are a source of inspiration; they generate life, and I thank you for that.  Keep moving ahead and never lose heart!  And if ever you grow discouraged, stop and drink a glass of water, and then keep moving ahead.

[01189-EN.02] [Original text: Spanish]

Traduzione in lingua tedesca

Liebe Brüder und Schwestern, guten Tag!

Ich danke dem Pfarrer für seine Worte und grüße euch alle, besonders die Freunde des Centro Paroquial da Serafina, des Familienhauses Ajuda de Berço und des Vereins Acreditar. Und ich danke für eure Worte, mit welchen ihr die Arbeit, die ihr tut, veranschaulicht habt, danke! Es ist schön, hier anlässlich des Weltjugendtags zusammen zu sein, während wir die Jungfrau betrachten, die sich aufmacht, um zu helfen. Die Nächstenliebe ist nämlich der Ursprung und das Ziel des christlichen Weges, und eure Anwesenheit, als eine konkrete Wirklichkeit der „tätigen Liebe“, hilft uns, die Wegrichtung und den Sinn dessen, was wir immer tun, nicht zu vergessen. Ich danke euch für eure Zeugnisse, bei denen ich drei Aspekte hervorheben möchte: gemeinsam Gutes tun, konkret handeln und den Schwächsten nahe sein. Also: gemeinsam Gutes tun, konkret handeln, nicht nur mit Ideen, sondern konkret, den Schwächsten nahe sein.

Erstens: gemeinsam Gutes tun. „Gemeinsam“ ist das Schlüsselwort, das so oft in den Ansprachen wiederholt worden ist. Gemeinsam leben, helfen und lieben: Junge und Erwachsene, Gesunde und Kranke, gemeinsam. João hat uns etwas sehr Wichtiges gesagt: Wir dürfen uns nicht von der Krankheit „definieren“ lassen, sondern müssen sie zu einem lebendigen Teil des Beitrags machen, den wir für das Ganze der Gemeinschaft leisten. Es ist wahr: Wir dürfen uns nicht durch Krankheit oder Probleme „definieren“ lassen, denn wir sind keine Krankheit und kein Problem; jeder von uns ist ein Geschenk, eine Gabe, eine einzigartige Gabe mit ihren Grenzen, aber eine Gabe, eine kostbare und heilige Gabe für Gott, für die christliche Gemeinschaft und für die menschliche Gemeinschaft. So, wie wir sind, sollen wir also das Ganze bereichern und uns vom Ganzen bereichern lassen!

Zweitens: konkret handeln. Auch das ist wichtig. Don Francisco erinnerte uns mit einem Zitat des heiligen Johannes XXIII. daran, dass die Kirche kein Archäologiemuseum ist. Einigen meinen das, aber dem ist nicht so. Sie ist der alte Dorfbrunnen, der die heutigen Generationen ebenso mit Wasser versorgt wie auch die zukünftigen (vgl. Predigt während der Liturgie im byzantinisch-slawischen Ritus zu Ehren des heiligen Johannes Chrysostomos, 13. November 1960). Der Brunnen dient dazu, den Durst der Menschen zu stillen, die mit der Last ihrer Reise oder des Lebens ankommen; und sie sind konkret. Also Konkretheit, Aufmerksamkeit für das „Hier und Jetzt“, wie ihr es bereits tut, mit Liebe zum Detail und praktischem Sinn, welches schöne Tugenden sind, typisch für das portugiesische Volk. Wenn man keine Zeit damit verschwendet, sich über die Wirklichkeit zu beschweren, sondern sich darum sorgt, konkreten Bedürfnissen zu entsprechen, mit Freude und Vertrauen in die Vorsehung, geschieht Wunderbares. Eure Geschichte zeugt davon: Aus der Begegnung mit dem Blick eines älteren Mannes auf der Straße entsteht ein allumfassendes karitatives Zentrum wie das, in dem wir uns befinden; aus einer moralischen und sozialen Herausforderung, der „Kampagne für das Leben“, entsteht ein Verein, der werdenden Müttern und Familien, Kindern und Jugendlichen in Not hilft, damit sie, wie Sandra uns berichtet hat, ein stabiles Lebensprojekt finden können; aus der Erfahrung von Krankheit entsteht eine Hilfsgemeinschaft für Krebskranke, insbesondere für Kinder, damit, wie João uns sagte, „der Fortschritt in der Behandlung und eine bessere Lebensqualität für sie Wirklichkeit werden“. Danke für das, was ihr tut! Lasst euch weiterhin mit Demut und Güte von der Wirklichkeit mit ihren alten und neuen Armutsformen in Frage stellen und antwortet konkret, mit Kreativität und Mut.

Der dritte Aspekt: den Schwächsten nahe sein. Wir sind alle zerbrechlich und bedürftig, aber der mitfühlende Blick des Evangeliums führt uns dazu, die Bedürfnisse derer zu erkennen, die am meisten leiden; und den Armen zu dienen, den Bevorzugten Gottes, der für uns arm wurde (vgl. 2 Kor 8,9): den Ausgeschlossenen, den Ausgegrenzten, den Ausgestoßenen, den Kleinen, den Wehrlosen. Sie sind der Schatz der Kirche, sie sind Gottes Lieblinge! Und dabei sollten wir daran denken, keine Unterschiede unter ihnen zu machen. Für einen Christen gibt es nämlich keine Bevorzugungen unter denen, die in Not an die Tür klopfen: Landsleute oder Ausländer, Angehörige der einen oder anderen Gruppierung, jung oder alt, sympathisch oder unsympathisch...

Und da wir gerade von der Nächstenliebe sprechen, möchte ich euch jetzt eine Geschichte erzählen, besonders euch Kindern, die ihr vielleicht nicht kennt. Es ist die wahre Geschichte eines jungen Portugiesen, der vor langer Zeit lebte. Sein Name war Johannes Ciudad und er lebte in Montemor-o-Novo. Er träumte von einem Abenteurerleben und so machte er sich als Jugendlicher von zu Hause aus auf die Suche nach dem Glück. Er fand es nach vielen Jahren und vielen Abenteuern, als er Jesus begegnete. Und er war so glücklich über die Entdeckung, dass er sogar beschloss, seinen Namen zu ändern und sich fortan nicht mehr Johannes Ciudad, sondern Johannes von Gott zu nennen. Und er tat etwas Kühnes: Er ging in die Stadt und begann auf der Straße zu betteln und sagte zu den Menschen: »Brüder, tut euch selbst Gutes!« Versteht ihr? Er bat um Almosen, aber er sagte denjenigen, die es ihm gaben, dass sie, indem sie ihm halfen, in Wirklichkeit an erster Stelle sich selbst halfen! Das heißt, er erklärte, dass die Gesten der Liebe noch vor ihren Empfängern vor allem ein Geschenk für diejenigen seien, die sie tun; denn alles, was du für dich selbst hortest, wird verloren gehen, während das, was du aus Liebe gibst, niemals verschwendet, sondern unser Schatz im Himmel sein wird.

Deshalb sagte er: „Brüder, tut euch selbst Gutes!“. Aber die Liebe macht nicht nur im Himmel glücklich, sondern schon hier auf Erden, denn sie weitet das Herz und ermöglicht es, den Sinn des Lebens zu erfassen. Wenn wir wirklich glücklich sein wollen, müssen wir lernen, alles in Liebe zu verwandeln, indem wir unsere Arbeit und unsere Zeit anderen anbieten, gute Worte sagen und gute Taten vollbringen, auch mit einem Lächeln, einer Umarmung, durch Zuhören, durch Blicke. Liebe Jugendliche, Brüder und Schwestern, lasst uns so leben! Wir alle können es und wir alle brauchen das, hier und überall auf der Welt.

Wisst ihr, was damals mit Johannes passiert ist? Sie haben ihn nicht verstanden! Sie hielten ihn für verrückt und sperrten ihn in eine Anstalt. Aber er ließ sich nicht entmutigen, denn die Liebe gibt nicht auf, denn, wer Jesus nachfolgt, verliert nicht den Frieden und bemitleidet sich nicht selbst. Und genau dort, in der Anstalt, als er das Kreuz trug, kam Gottes Eingebung. Johannes erkannte, wie sehr die Kranken Hilfe brauchten, und als sie ihn nach ein paar Monaten endlich entließen, begann er, sich zusammen mit anderen Gefährten um sie zu kümmern, und gründete einen Orden: die Barmherzigen Brüder. Einige jedoch begannen, sie anders zu nennen, nämlich mit den Worten jenes jungen Mannes, der zu allen sagte: „Tut-Gutes-Brüder“! Und so nannten sie sie: die „Fatebenefratelli“. Was für ein schöner Name, was für eine wichtige Lehre! Anderen zu helfen ist ein Geschenk an sich selbst und tut allen gut. Ja, zu lieben ist ein Geschenk für alle! Erinnern wir uns: „O amor é um presente para todos!“. Wiederholen wir es gemeinsam: o amor é um presente para todos!

Lasst uns einander so lieben! Macht aus dem Leben weiterhin ein Geschenk der Liebe und der Freude. Ich danke euch und bitte euch alle, besonders die Kinder, weiter für mich zu beten. Obrigadoè!

***

[Frei gehaltene Ansprache]

Es gibt Vieles, das ich euch jetzt noch gerne sagen würde, aber leider funktionieren meine „Scheinwerfer“ nicht und ich kann nicht gut lesen. Deshalb übergebe ich es euch, damit ihr es später veröffentlichen könnt. Man kann das Augenlicht nicht zwingen und schlecht vorlesen.

Ich möchte nur auf etwas eingehen, das nicht geschrieben steht, aber im Sinne des Treffens ist: Konkretheit. So etwas wie abstrakte Liebe gibt es nicht. Die platonische Liebe befindet sich im Weltraum, nicht in der Wirklichkeit. Konkrete Liebe, die Liebe, die sich die Hände schmutzig macht. Jeder von uns kann sich fragen: Ist die Liebe, die ich für alle hier empfinde, die Liebe, die ich für andere empfinde, konkret oder abstrakt? Wenn ich einem Bedürftigen, einem Kranken, einem Ausgegrenzten die Hand reiche, tue ich dann sofort dies [er reibt seine Hand an der Soutane], um mich nicht anzustecken? Ekelt mich die Armut an, die Armut der anderen? Suche ich immer nach dem „destillierten“ Leben, dem Leben, das in meiner Fantasie existiert, aber in der Wirklichkeit nicht existiert? Wie viele destillierte, nutzlose Leben, die vorbeigehen, ohne Spuren zu hinterlassen, weil diese Leben kein Gewicht haben!

Und hier haben wir eine Wirklichkeit, die ihre Spur hinterlässt, eine Wirklichkeit von vielen, vielen Jahren, die eine Spur hinterlässt, die andere inspiriert. Es könnte keinen Weltjugendtag geben, ohne diese Wirklichkeit zu berücksichtigen. Denn auch das ist Jugend, in dem Sinne, dass ihr ständig neues Leben hervorbringt. Durch euer Verhalten, durch euer Engagement, dadurch, dass ihr euch die Hände schmutzig macht, um die Wirklichkeit des Elends der anderen zu berühren, schafft ihr Inspiration, schafft ihr Leben. Ich danke euch dafür! Ich danke euch von ganzem Herzen. Geht weiter und lasst euch nicht entmutigen! Und wenn ihr den Mut verliert, nehmt ein Glas Wasser und geht weiter![01189-DE.01] [Originalsprache: Spanisch]

Traduzione in lingua polacca

Drodzy bracia i siostry, dzień dobry!

Dziękuję księdzu proboszczowi za jego słowa i pozdrawiam was wszystkich, zwłaszcza przyjaciół Centro paroquial da Serafina, Casa Famiglia Ajuda de Berço i Associazione Acreditar. I dziękuję za wasze słowa, które ukazały wykonywaną pracę, dziękuję! Dobrze że jesteśmy tutaj razem w kontekście Światowych Dni Młodzieży, spoglądając na Maryję Pannę, która wstaje, aby iść z pomocą. Miłosierdzie jest bowiem źródłem i celem chrześcijańskiego pielgrzymowania, a wasza obecność, konkretna rzeczywistość „czynnej miłości”, pomaga nam nie zapomnieć o celu, o sensie tego, co stale robimy. Dziękuję za wasze świadectwa, w których chciałbym podkreślić trzy aspekty: czynienie dobra razem, konkretne działanie i bycie blisko najsłabszych. Czyli, czynić dobro razem, działać konkretnie, nie tylko z ideami, ale konkretnie, być blisko najsłabszych.

Po pierwsze: czynienie dobra razem. „Razem” jest słowem kluczowym, które wiele razy było powtarzane w wystąpieniach. Żyć, pomagać i miłować razem: młodzi i starzy, zdrowi i chorzy, razem. João powiedział nam coś bardzo ważnego: nie możemy pozwolić, żeby „określała nas” choroba, ale winna być ona żywą częścią wkładu, jaką dajemy razem wspólnocie. To prawda: nie możemy dać się „zdefiniować” przez chorobę czy problemy, ponieważ nie jesteśmy chorobą, nie jesteśmy problemem: każdy z nas jest podarunkiem, jest darem, wyjątkowym darem ze swoimi ograniczeniami, ale darem, darem cennym i świętym dla Boga, dla wspólnoty chrześcijańskiej i dla wspólnoty ludzkiej. Zatem, tacy jacy jesteśmy, ubogacajmy wszystkich i pozwólmy się ubogacać razem!

Po drugie: działać konkretnie. To również jest ważne. Jak przypomniał nam ks. Francisco, cytując św. Jana XXIII, Kościół nie jest muzeum archeologicznym. Niektórzy tak o nim myślą, ale on takim nie jest. Jest starożytną wiejską studnią, która dostarcza wodę dzisiejszym pokoleniom jak i przyszłym (por. Homilia podczas liturgii w rycie bizantyjsko-słowiańskim ku czci św. Jana Chryzostoma, 13 listopada 1960 r.). Studnia służy gaszeniu pragnienia osób, które przybywają z ciężarem drogi czy też życia, i są czymś konkretnym! Zatem konkretność, uwaga na „tu i teraz”, jak to już czynicie, z troską o szczegóły i zmysł praktyczny, piękne cnoty typowe dla narodu portugalskiego.

Kiedy nie traci się czasu, by narzekać na rzeczywistość, ale wychodzi się naprzeciw konkretnym potrzebom, z radością i ufnością w Bożą Opatrzność, dzieją się wspaniałe rzeczy. Świadczy o tym wasza historia: ze spotkania ze spojrzeniem osoby starszej na ulicy rodzi się „wszechstronny” ośrodek charytatywny, taki jak ten, w którym jesteśmy; z wyzwania moralnego i społecznego, „kampanii na rzecz życia”, rodzi się stowarzyszenie, które pomaga przyszłym matkom i rodzinom, dzieciom, młodzieży i ludziom młodym w trudnej sytuacji, aby – jak powiedziała nam Sandra – mogli znaleźć bezpieczny projekt życia; z doświadczenia choroby rodzi się wspólnota wsparcia dla tych, którzy stoją w obliczu walki z rakiem, zwłaszcza dzieci, aby, jak powiedział nam João, „postępy w leczeniu i najlepsza jakość życia stały się dla nich rzeczywistością”. Dziękujemy za to, co robicie! Nadal z łagodnością i życzliwością pozwalajcie, by wyzwaniem dla was była rzeczywistość, z jej starymi i nowymi biedami, aby odpowiedzieć w sposób konkretny, z kreatywnością i odwagą.

Trzeci aspekt: bycie blisko najsłabszych. Wszyscy jesteśmy słabi i potrzebujący, ale ewangeliczne spojrzenie współczucia prowadzi nas do dostrzegania potrzeb najbardziej potrzebujących. I służenia ubogim, szczególnie umiłowanym przez Boga, który dla nas stał się ubogim (por. 2 Kor 8, 9): wykluczonym, zepchniętym na margines, odrzuconym, maluczkim, bezbronnym. To oni są skarbem Kościoła, są ulubieńcami Boga! I pamiętajmy, aby nie czynić różnic między nimi. Dla chrześcijanina bowiem nie ma przywilejów w obliczu tych, którzy pukają do drzwi w potrzebie: rodaków lub obcokrajowców, należących do tej czy innej grupy, młodych czy starych, sympatycznych czy antypatycznych...

Mówiąc odnośnie do miłosierdzia, chciałbym teraz opowiedzieć pewną historię, zwłaszcza dzieciom, które mogą jej nie znać. Jest to historia, która wydarzyła się naprawdę, o młodym Portugalczyku, żyjącym dawno temu. Nazywał się Jan Ciudad i mieszkał w pobliskim Montemor-o-Novo. Marzył o życiu pełnym przygód, więc jako chłopiec opuścił dom w poszukiwaniu szczęścia. Znalazł je po wielu latach i wielu przygodach, kiedy spotkał Jezusa. Był tak szczęśliwy z tego odkrycia, że postanowił nawet zmienić swoje imię i odtąd nie nazywał się już Jan Ciudad, ale Jan Boży. I dokonał śmiałej rzeczy: poszedł do miasta i zaczął żebrać na ulicach, mówiąc ludziom: „Bracia, czyńcie dla siebie dobrze!”. Rozumiecie? Prosił o jałmużnę, ale powiedział tym, którzy mu ją dali, że pomagając jemu, w rzeczywistości najpierw pomagają sobie! To znaczy, wyjaśniał, że czyny miłości są darem przede wszystkim dla tych, którzy je czynią, nawet przed tymi, którzy je otrzymują; ponieważ wszystko, co się gromadzi dla siebie, zostanie stracone, podczas gdy wszystko, co daje się z miłości, nigdy nie będzie zmarnowane, ale będzie naszym skarbem w niebie.

Dlatego mawiał: „Bracia, czyńcie dla siebie dobrze!”. Lecz miłość nie czyni szczęśliwymi tylko w niebie, ale już tu na ziemi, ponieważ poszerza serce i pozwala zrozumieć sens życia. Jeśli chcemy być naprawdę szczęśliwi, nauczmy się przekształcać wszystko w miłość, ofiarowując innym naszą pracę i nasz czas, mówiąc słowa i pełniąc dobre uczynki, także poprzez uśmiech, uścisk, słuchanie, spojrzenie. Drogie dzieci, bracia i siostry, żyjmy w ten sposób! Wszyscy możemy to uczynić i wszyscy tego potrzebujemy, tutaj i wszędzie na świecie.

Czy wiecie, co się stało z Janem? Nie zrozumieli go! Myśleli, że oszalał i zamknęli go w przytułku. Ale on się nie zniechęcał, ponieważ miłość się nie poddaje, bo ten, kto podąża za Jezusem, nie traci pokoju i nie użala się nad sobą. I właśnie tam, w przytułku, niosąc krzyż, przyszło natchnienie od Boga. Jan zdał sobie sprawę, jak bardzo chorzy potrzebują pomocy, a kiedy w końcu wypuścili go po kilku miesiącach, zaczął opiekować się nimi wraz z innymi towarzyszami, zakładając zakon: Braci Szpitalnych. Jednak niektórzy zaczęli ich nazywać inaczej, zgodnie ze słowami tego młodego człowieka, który mówił do wszystkich: „Bracia, czyńcie dla siebie dobrze!”. W Rzymie my tak ich właśnie nazywamy: „Fatebenefratelli” [Bonifratrzy]. Cóż za piękna nazwa, cóż za ważna lekcja! Pomaganie innym jest darem dla nas samych i jest dobre dla wszystkich. Tak, miłość jest darem dla wszystkich! Pamiętajmy: „o amor é um presente para todos!”. Powtórzmy to razem: „o amor é um presente para todos!” [miłość jest darem dla wszystkich].

Miłujmy się w ten sposób! Czyńcie nadal życie darem miłości i radości. Dziękuję wam i polecam wam, wszystkim, a zwłaszcza dzieciom, idźcie naprzód i módlcie się za mnie. Obrigado! [Dziękuję]

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Słowa improwizowane

Jest wiele rzeczy, które chciałbym wam teraz powiedzieć, ale dzieje się teraz, że nie działają na mnie dobrze reflektory i nie mogę dobrze czytać. Więc przekazuję wam tekst, abyście później go upublicznili. Nie można nadwyrężać wzroku i źle czytać.

Chciałbym tylko zatrzymać się nad czymś, co nie jest napisane, ale co jest zgodne z duchem spotkania: konkretność. Nie istnieje abstrakcyjna miłość, nie istnieje. Miłość platoniczna jest na orbicie, nie ma jej w rzeczywistości. Konkretna miłość, miłość, którą brudzi się ręce. Każdy z nas może zapytać: miłość, którą czuję do wszystkich tych, którzy są tutaj, ta, którą czuję do innych, czy jest konkretna czy abstrakcyjna? Kiedy podaję dłoń osobie potrzebującej, chorej, wykluczonej, czy po podaniu ręki natychmiast to robię [pocieram rękę o ubranie], żeby się nie zarazić? Czy odraża mnie ubóstwo, ubóstwo innych? Czy zawsze szukam „oczyszczonego” życia, takiego, które istnieje w mojej fantazji, ale nie istnieje w rzeczywistości? Ile istnień wydestylowanych, bezużytecznych, które przemijają, nie pozostawiając po sobie śladu, ponieważ te istnienia nie mają żadnego znaczenia!

A tutaj mamy rzeczywistość, która pozostawia ślad, rzeczywistość wielu lat, wielu lat, która pozostawia ślad będący inspiracją dla innych. Światowe Dni Młodzieży nie mogłyby się odbyć bez uwzględnienia tej rzeczywistości. Bo to też jest młodość, w tym sensie, że wy nieustannie generujecie nowe życie. Swoim postępowaniem, zaangażowaniem, brudzeniem sobie rąk, aby dotknąć rzeczywistości nędzy innych, generujecie inspirację, generujecie życie. Dziękuję wam za to! Dziękuję wam z całego serca. Idźcie naprzód i nie zniechęcajcie się! A jeśli się zniechęcicie, napijcie się szklankę wody i idźcie dalej!

[01189-PL.02] [Testo originale: Spagnolo]

Traduzione in lingua araba

الزيارة الرّسوليّة إلى البرتغال

في مناسبة اليوم العالمي للشّبيبة

كلمة قداسة البابا فرنسيس

في اللقاء مع مُمثّلي بعض مراكز الإغاثة والإعانة والمحبّة

في مركز سيرافينا الرّعوي - لشبونة

الجمعة 4 آب/أغسطس 2023

 

أيّها الإخوة والأخوات الأعزّاء، صباح الخير!

أشكر كاهن الرّعية على كلماته وأحيّيكم جميعًا، ولاسيّما أصدقاء مركز سيرافينا الرّعوي، وبيت عائلة مساعدة الأطفال (Ajuda de Berço)، وجمعيّة Acreditar. وأشكر كلماتكم التي بيَّنت العمل الذي تقومون به، شكرًا! حسنٌ أن نكون هنا معًا، في لقاء اليوم العالمي للشّبيبة، بينما ننظر إلى مريم العذراء التي قامت وذهبت لتساعد. في الواقع، المحبّة هي أصل وهدف المسيرة المسيحيّة، وحضوركم، أنتم واقع نراه، أنتم ”المحبّة التي تعمل“، يساعدنا على ألّا ننسى اتجاهنا ومعنى ما نعمله دائمًا. أشكركم على شهاداتكم، وأريد أن أركِّز على ثلاثة أوجه فيها: عمل الخير معًا، والعمل بصورة واقعيّة، وأن تكونوا قريبين من الضّعفاء. أيْ، عمل الخير معًا، والعمل بصورة واقعيّة، ليس فقط مع الأفكار، بل بصورة واقعيّة، أن تكونوا قريبين من الضّعفاء.

أوّلًا: عمل الخير معًا. ”معًا“ هي الكلمة المفتاح التي تكرّرت عدّة مرات في المداخلات. أن نعيش ونساعد ونحبّ معًا: الشّباب والبالغين، الأصحاء والمرضى، معًا. قال لنا جُوَان (João) شيئًا مهمًا جدًّا: يجب ألّا نسمح بأن يحدِّدَنا المرض، بل نجعله جزءًا حيًّا من المساهمة التي نقدّمها للجميع معًا، للجماعة. هذا صحيح: يجب ألّا نترك أنفسنا ”تُعَرَّف“ انطلاقًا من المرض أو المشاكل، لأنّنا لسنا مرضًا أو مشكلة: كلّ واحد منّا هو عطيّة، عطيّة فريدة بالرّغم من حدودنا، ولكن عطيّة ثمينة ومقدّسة لله، وللجماعة المسيحيّة وللجماعة البشريّة. وهكذا، كما نحن، نُغنِي الجماعة ونترك الجماعة تُغنينا.

ثانيًا: العمل بصورة واقعيّة. هذا مهمّ أيضًا. وكما ذكّرنا الأب فرنسيسكو، نقلًا عن القدّيس يوحنا الثّالث والعشرين، فإنّ الكنيسة ليست متحفًا للآثار. البعض يفكّر أنّها متحفًا للآثار، لكنّها ليست كذلك. إنّها نبع القرية القدّيم الذي يعطي الماء لأجيال اليوم، كما سيعطيها لأجيال المستقبل (راجع عظة في صلاة الليتورجيّة البيزنطيّة السّلافيّة لتكريم القدّيس يوحنا الذّهبي الفم، 13 تشرين الثّاني/نوفمبر 1960). النّبع يخدم ليُطفئ عطش الأشخاص الذين يصِلُون مع أحمال السّفر أو الحياة وهي واقعيّة. الواقعيّة، أيّ الانتباه إلى الأمور كما هي ”هنا والآن“، وهذا ما تفعلونه أصلًا، مع الاهتمامّ بالتّفاصيل ومع الحس العمليّ، وهي فضائل جميلة تميِّز الشّعب البرتغالي.

عندما لا نضيّع الوقت في الشّكوى من الواقع، بل نهتمّ بمواجهة الاحتياجات العمليّة، بفرح وثقة بالعناية الإلهيّة، تحدث أمور عجيبة. الواقع يشهد على قصتكم: من لقاء مع نظرة رجل في الشّارع متقدّم في السّن، ينشأ مركز محبّة لكلّ الحاجات، مثل المركز الذي نحن فيه. ومن تحدٍ أخلاقيّ واجتماعيّ، تنشأ ”الحملة من أجل الحياة“، جمعيّة تساعد الأمهات الحوامل والعائلات والأطفال والفتيان والشّباب الذين يواجهون الصّعوبات، حتى يتمكّنوا من إيجاد مشروع حياة آمنة، كما قالت لنا ساندرا. ومن خبرة المرض، تنشأ جماعةٌ مسانِدة للذين يواجهون المعركة مع السّرطان، وخاصّة الأطفال، وكما قال جُوان (João)، "حتّى يصير لهم العلاج المتطوّر وأفضل نوعيّة للحياة حقيقة وواقعًا". شكرًا على ما تصنعونه! استمرّوا في الوداعة واللطف واتركوا الواقع يسألكم، بكلّ ما فيه من فقر قديم وجديد، وأجيبوا عليه بشكل عمليّ، بإبداع وشجاعة.

الوجه الثّالث: كونوا قريبين من الضّعفاء. كلّنا ضعفاء ومحتاجون، لكن نظرة الإنجيل المليئة بالرّأفة تقودنا إلى أن نرى احتياجات الذين هم أكثر حاجةً منّا. وإلى أن نخدم الفقراء، أعزّاء الله الذي افتَقَرَ لأجلنا (راجع 2 قورنتس 8، 9): الفقراء المستبعدين، والمهمّشين، والمنبوذين، والصّغار، والذين لا حامِيَ لهم. إنّهم كنز الكنيسة، وهم المفضّلون لدى الله! ولنتذكّر هذا: ألّا نفرِّق بينهم. في الواقع، بالنسبة للمسيحيّ، لا توجد أفضليّات أمام المحتاجين الذين يطرقون الباب: مواطنين أم غرباء، ينتمون إلى مجموعة أو أخرى، شبابًا أو كبارًا في السّن، نعطف عليهم أو ننفر منهم...

وبالحديث عن أعمال المحبّة، أودّ الآن أن أَروِيَ لكم قصة، خصّوصًا لكم أنتم الأطفال، لرّبما لا تعرفونها. إنّها قصة شاب برتغالي، حدثت حقيقة، عاش منذ زمن بعيد. كان اسمه جوفاني سيوداد وكان يقيم في ”مونتيمور-أُو-نوفو“. كان يحلم بحياة مليئة بالمغامرات. وهكذا، عندما كان شابًا، ترك بيته بحثًا عن السّعادة. ووجدها بعد سنوات كثيرة ومغامرات عديدة، عندما التقى بيسوع. وكان سعيدًا جدًّا بهذا الاكتشاف حتّى أنّه قرّر تغيّير اسمه، ومنذ ذلك الحين، لم يَعُدْ يُسَمِّي نفسه جوفاني سيوداد، بل جوفاني لله (Giovanni di Dio). وصنع شيئًا جريئًا: ذهب إلى المدينة وأخذ يتسوّل في الشّوارع ويقول للنّاس: "اصنعوا الخير، إخوتي، لأنفسكم!". هل فهمتم؟ كان يطلب الصّدقة لنفسه، لكنّه كان يقول للذين يعطونه إنّهم، بمساعدته، كانوا في الواقع يساعدون أنفسهم أوّلًا وقبل كلّ شيء! وأوضح أنّ أعمال المحبّة هي عطيّة أوّلًا لمن يعطيها، قبل أن تكون عطيّة للذين يقبلونها. لأنّ كلّ ما تخزنه لنفسك يضيع، بينما ما تقدّمه بدافع الحبّ لن يضيع أبدًا، بل يكون كنزنا في السّماء.

ولهذا كان يقول: "اصنعوا الخير، إخوتي، لأنفسكم". والمحبّة لا تجعلك سعيدًا في السّماء فقط، بل تجعلك سعيدًا هنا على الأرض أيضًا، لأنّها توسّع قلبك وتسمح لك بـأن ترحّب بمعنى الحياة. إن أردنا أن نكون سعداء حقًا، فلنتعلّم أن نحوّل كلّ شيء إلى محبّة، فنقدّم عملنا ووقتنا للآخرين، ونقول كلامًا لطيفًا ونقوم بأعمال صالحة، بابتسامة، بعناق، وإصغاء، ونظرة. أيّها الشّباب الأعزّاء، الإخوة والأخوات، لنعش هكذا! يمكننا جميعًا أن نقوم بهذا وكلّنا بحاجة إليه، هنا وفي كلّ مكان في العالم.

هل تعلَمون ماذا حدث لجوفاني بعد ذلك؟ لم يفهمه النّاس! ظنّوا أنّه مجنون وحبسوه في مصحّة. لكنّه لم يُصَب بالإحباط، لأنّ الحبّ لا يستسلِم، ولأنّ الذي يتبع يسوع لا يفقد السّلام ولا يأخذ بالبكاء على نفسه. وهناك، في المصحّة، وهو يحمل الصّليب، جاءه إلهام من الله. أدرك جوفاني كم يحتاج المرضى إلى المساعدة، وعندما تركوه يخرج أخيرًا، بعد بضعة أشهر، بدأ يعتني بهم مع رفاق آخرين، وأسّس رهبنة: ”رهبان المستشفيّات“ (Fratelli Ospedalieri). لكن البعض بدأ بتسميتهم بطريقة أخرى، وبالتّحديد بحسب كلمات ذلك الشّاب الذي كان يقول للجميع: ”اصنعوا الخير يا إخوتي“ / “Fate-del-bene-fratelli”. في روما نُطلِقُ عليهم اسم: ”“Fatebenefratelli. يا له من اسم جميل، يا له من تعلِيم مهمّ! مساعدة الآخرين هي عطيّة بحدّ ذاتها وتفيد الجميع. نَعم، الحبّ عطيّة للجميع! لنتذكّر: ”الحبّ عطيّة للجميع“. لنكرّر ذلك معًا: ”الحبّ عطيّة للجميع“.

لنحبّ بعضنا بعضًا بهذه الطّريقة! استمرّوا في جعل الحياة عطيّة حبّ وفرح. أشكركم وأسألكم جميعًا، وعلى وجه الخصّوص الأطفال، أن تواصلوا الصّلاة من أجلي. شكرًا!

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(كلام ارتجالي من قبل قداسة البابا:)

هناك أمورٌ كثيرة أودّ أن أقولها لكم الآن، لكن حصل لِي أنّ ”عدسات نظّارتي“ لا تعمل ولا يمكنني أن أقرأ جيّدًا. لذلك سأسلّم النصّ لكم، حتّى تنشروه لاحقًا. لا يمكننا أن نضغط على النّظر ونقرأ بشكل سيّء.

أريد فقط أن أتوقّف عند شيء غير مكتوب، لكنّه موجود في روح اللقاء: الواقعيّة. لا يوجد حبٌّ مجرَّد، لا يوجد. الحبّ الأفلاطونيّ يكون في المدار الفلكي، وليس في الواقع. الحبّ الواقعي، الذي يوسّخ اليدين. يمكن لكلّ واحدٍ منّا أن يسأل: هل الحب الذي أشعر به نحو الجميع هنا، والذي أشعر به نحو الآخرين، هو حبّ واقعيّ أم مجرَّد؟ عندما أُصافح شخصًا مُحتاج، أو مريض، أو منبوذ، وبعد أن أصافحه، هل أمسح يدي بثيابي على الفور حتّى لا أُصاب بالعدوى؟ هل الفقر، وفقر الآخرين يُثير اشمئزازي؟ هل أبحث دائمًا عن الحياة ”الصّافية“، تلك الموجودة في خيالي ولكنّها غير موجودة في الحقيقة؟ كَم حياة نقيّة وغير مفيدة تمرُّ دون أن تترك أثرًا، لأنّ هذه الحياة ليس لها وزن!

وهنا عندنا حقيقة تترك أثرًا، وحقيقة سنوات كثيرة، سنوات كثيرة، التي تترك أثرًا وهو إلهام للآخرين. لا يمكن أن يكون هناك يوم عالمي للشّبيبة من دون الأخذ بعين الاعتبار هذه الحقيقة. لأن هذا الأمر أيضًا يخص الشّبيبة، بمعنى أنّكم تولّدون باستمرار حياة جديدة. بِحُسن سلوككم، والتزامكم، وبتوسيخكم لأيديكم لكي تلمسوا حقيقة بؤس الآخرين، أنتم تولّدون الإلهام، وتولّدون الحياة. شكرًا لهذا! أشكركم من كلّ قلبي. سيروا إلى الأمام ولا تُصابوا بالإحباط! وإن شعرتم بالإحباط، خذوا كأس ماء وسيروا إلى الأمام!

[01189-AR.02] [Testo originale: Spagnolo]

[B0546-XX.02]