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Viaggio Apostolico del Santo Padre Francesco in Colombia (6-11 settembre 2017) – La recita dell’Angelus presso la Chiesa di San Pietro Claver a Cartagena e la visita alla Casa Santuario di San Pietro Claver, 10.09.2017


La recita dell’Angelus presso la Chiesa di San Pietro Claver a Cartagena

Visita alla Casa Santuario di San Pietro Claver di Cartagena

La recita dell’Angelus presso la Chiesa di San Pietro Claver a Cartagena

Prima dell’Angelus

Dopo l’Angelus

Alle ore 12 di questa mattina, il Santo Padre Francesco ha guidato la recita dell’Angelus presso la Chiesa di San Pietro Claver a Cartagena.

Queste le parole del Papa nell’introdurre la preghiera mariana:

Prima dell’Angelus

Parole del Santo Padre

Traduzione in lingua italiana

Traduzione in lingua francese

Traduzione in lingua inglese

Traduzione in lingua tedesca

Traduzione in lingua portoghese

Parole del Santo Padre

Queridos hermanos y hermanas:

Poco antes de entrar en esta iglesia donde se conservan las reliquias de san Pedro Claver, he bendecido las primeras piedras de dos instituciones destinadas a atender a personas con grave necesidad y visité la casa de la señora Lorenza, donde acoge cada día a muchos hermanos y hermanas nuestras para darles alimento y cariño. Estos encuentros me han hecho mucho bien porque allí se puede comprobar cómo el amor de Dios se hace concreto, se hace cotidiano.

Todos juntos rezaremos el Ángelus, recordando la encarnación del Verbo. Y pensamos en María, que concibió a Jesús y lo trajo al mundo. La contemplamos esta mañana bajo la advocación de Nuestra Señora de Chiquinquirá. Como saben, durante un periodo largo de tiempo esta imagen estuvo abandonada, perdió el color estaba rota y agujereada. Era tratada como un trozo de saco viejo, usándola sin ningún respeto hasta que acabaron desechándola.

Fue entonces cuando una mujer sencilla, que según la tradición se llamaba María Ramos, la primera devota de la Virgen de Chiquinquirá, vio en esa tela algo diferente. Tuvo el valor y la fe de colocar esa imagen borrosa y rajada en un lugar destacado, devolviéndole su dignidad perdida. Supo encontrar y honrar a María, que sostenía a su Hijo en sus brazos, precisamente en lo que para los demás era despreciable e inútil.

De ese modo, se hizo paradigma de todos aquellos que, de diversas maneras, buscan recuperar la dignidad del hermano caído por el dolor de las heridas de la vida, de aquellos que no se conforman y trabajan por construirles una habitación digna, por atender sus necesidades perentorias y, sobre todo, rezan con perseverancia para que puedan recuperar el esplendor de hijos de Dios que les ha sido arrebatado.

El Señor nos enseña a través del ejemplo de los humildes y de los que no cuentan. Si a María Ramos, una mujer sencilla, le concedió la gracia de acoger la imagen de la Virgen en la pobreza de esa tela rota, a Isabel, una mujer indígena, y a su hijo Miguel, les dio la capacidad de ser los primeros en ver trasformada y renovada esa tela de la Virgen. Ellos fueron los primeros en mirar con ojos sencillos ese trozo de paño totalmente nuevo y ver en éste el resplandor de la luz divina, que transforma y hace nuevas todas las cosas. Son los pobres, los humildes, los que contemplan la presencia de Dios, a quienes se revela el misterio del amor de Dios con mayor nitidez. Ellos, pobres y sencillos, fueron los primeros en ver a la Virgen de Chinquinquirá y se convirtieron en sus misioneros, anunciadores de la belleza y santidad de la Virgen.

Y en esta iglesia le rezaremos a María, que se llamó a sí misma «la esclava del Señor», y a san Pedro Claver, el «esclavo de los negros para siempre», como se hizo llamar desde el día de su profesión solemne. Él esperaba las naves que llegaban desde África al principal mercado de esclavos del Nuevo Mundo. Muchas veces los atendía solamente con gestos, gestos evangelizadores, por la imposibilidad de comunicarse, por la diversidad de los idiomas. Pero una caricia trasciende todos los idiomas. Sin embargo, Pedro Claver sabía que el lenguaje de la caridad, y de la misericordia era comprendido por todos. De hecho, la caridad ayuda a comprender la verdad y la verdad reclama gestos de caridad: van juntas, no se pueden separar. Cuando sentía repugnancia hacia ellos -porque pobrecitos venían en un estado que repugnaba- Pedro Claver le besaba las llagas.

Austero y caritativo hasta el heroísmo, después de haber confortado la soledad de centenares de miles de personas, no murió honrado, se olvidaron de él y transcurrió los últimos cuatro años de su vida enfermo y en su celda y en un espantoso estado de abandono. Así paga el mundo; Dios le pagó de otra manera.

Efectivamente, san Pedro Claver ha testimoniado en modo formidable la responsabilidad y el interés que cada uno de nosotros debe tener por sus hermanos. Este santo fue, por lo demás, acusado injustamente de ser indiscreto por su celo y debió enfrentar duras críticas y una pertinaz oposición por parte de quienes temían que su ministerio socavase el lucrativo comercio de los esclavos.

Todavía hoy, en Colombia y en el mundo, millones de personas son vendidas como esclavos, o bien mendigan un poco de humanidad, un momento de ternura, se hacen a la mar o emprenden el camino porque lo han perdido todo, empezando por su dignidad y sus propios derechos.

María de Chiquinquirá y Pedro Claver nos invitan a trabajar por la dignidad de todos nuestros hermanos, en especial por los pobres y descartados de la sociedad, por aquellos que son abandonados, por los emigrantes, por los que sufren la violencia y la trata. Todos ellos tienen su dignidad y son imagen viva de Dios. Todos hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios, y a todos nosotros, la Virgen nos sostiene en sus brazos como a hijos queridos.

Dirijamos nuestra oración a la Virgen Madre, para que nos haga descubrir en cada uno de los hombres y mujeres de nuestro tiempo el rostro de Dios.

Angelus Domini…

[01237-ES.02] [Texto original: Español]

Traduzione in lingua italiana

Cari fratelli e sorelle!

Poco prima di entrare in questa chiesa, dove si conservano le reliquie di san Pietro Claver, ho benedetto le prime pietre di due istituzioni destinate a persone con gravi necessità e ho visitato la casa della signora Lorenza, dove accoglie ogni giorno molti nostri fratelli e sorelle per dare loro cibo e affetto. Questi incontri mi hanno fatto tanto bene perché lì si può toccare con mano l’amore di Dio che si fa concreto, si fa quotidiano.

Tutti insieme pregheremo l’Angelus, ricordando l’incarnazione del Verbo. E pensiamo a Maria, che ha concepito Gesù e lo ha portato al mondo. La contempliamo stamattina invocandola come Nostra Signora di Chiquinquirá. Come sapete, per un lungo periodo di tempo questa immagine è stata abbandonata, ha perso il colore ed era rotta e bucata. Era trattata come un pezzo di sacco vecchio, usata senza alcun rispetto finché finì tra le cose scartate.

Fu allora che una donna semplice, che secondo la tradizione si chiamava María Ramos, la prima devota della Vergine di Chiquinquirá, vide in quella tela qualcosa di diverso. Ebbe il coraggio e la fede di collocare quell’immagine rovinata e corrosa in un luogo a parte, restituendole la sua dignità perduta. Seppe trovare e onorare Maria, che portava il Figlio tra le braccia, proprio in quell’oggetto che per gli altri era spregevole e inutile.

In tal modo, si fece paradigma di tutti coloro che, in vari modi, cercano di recuperare la dignità del fratello caduto per il dolore delle ferite della vita, di quelli che non si rassegnano e lavorano per costruire loro un’abitazione dignitosa, per assisterli nei bisogni impellenti e, soprattutto, pregano con perseveranza perché possano recuperare lo splendore di figli di Dio che è stato loro strappato.

Il Signore ci insegna mediante l’esempio degli umili e di quelli che non contano. Se a María Ramos, una donna semplice, ha concesso la grazia di accogliere l’immagine della Vergine nella povertà di quella tela rotta, a Isabel, una donna indigena, e a suo figlio Miguel, ha dato la capacità di essere i primi a vedere trasformata e rinnovata quella tela della Vergine. Essi furono i primi a vedere con occhi semplici quel pezzo di panno totalmente nuovo, e in esso lo splendore della luce divina, che trasforma e fa nuove tutte le cose. Sono i poveri, gli umili, quelli che contemplano la presenza di Dio, coloro a cui si rivela il Mistero dell’amore di Dio con maggiore nitidezza. Essi, poveri e semplici, furono i primi a vedere la Vergine di Chiquinquirá e diventarono suoi missionari, annunciatori della bellezza e della santità della Vergine.

E in questa chiesa pregheremo María, che ha chiamato sé stessa “la serva del Signore”, e san Pietro Claver, lo “schiavo dei neri per sempre”, come si fece chiamare nel giorno della sua professione solenne. Egli aspettava le navi che arrivavano dall’Africa al principale mercato di schiavi del nuovo mondo. Molte volte li accoglieva solamente con gesti, gesti evangelizzatori, per l’impossibilità di comunicare, per la diversità delle lingue. Ma una carezza va al di là di tutte le lingue. Tuttavia, san Pietro Claver sapeva che il linguaggio della carità, della misericordia era capito da tutti. Di fatto, la carità aiuta a comprendere la verità e la verità esige gesti di carità: vanno insieme, non si possono separare. Quando sentiva ripugnanza verso di loro - perché poveretti arrivavano in uno stato che era ripugnante - Pietro Claver baciava le loro piaghe.

Austero e caritatevole fino all’eroismo, dopo aver confortato la solitudine di centinaia di migliaia di persone, non morì onorato, si dimenticarono di lui, e trascorse gli ultimi quattro anni della sua vita malato e nella sua cella e in uno spaventoso stato di abbandono. Così ripaga il mondo; Dio lo ha ripagato in un’altra maniera.

Effettivamente, san Pietro Claver ha testimoniato in modo formidabile la responsabilità e l’attenzione che ognuno di noi deve avere per i suoi fratelli. Questo santo è stato, dagli altri, accusato ingiustamente di essere indiscreto nel suo zelo e ha dovuto affrontare dure critiche e una persistente opposizione da parte di quanti temevano che il suo ministero minacciasse il ricco commercio degli schiavi.

Ancora oggi, in Colombia e nel mondo, milioni di persone sono vendute come schiavi, oppure vanno mendicando un po’ di umanità, un momento di tenerezza, prendono la via del mare o si mettono in cammino perché hanno perso tutto, a cominciare dalla loro dignità e dai loro diritti.

María de Chiquinquirá e Pietro Claver ci invitano a lavorare per la dignità di tutti i nostri fratelli, specialmente per i poveri e gli scartati dalla società, per quelli che sono abbandonati, per gli emigranti, per quelli che subiscono la violenza e la tratta. Tutti costoro hanno la loro dignità e sono immagine viva di Dio. Tutti siamo stati creati a immagine e somiglianza di Dio, e tutti la Vergine ci tiene tra le braccia come figli amati.

Rivolgiamo ora la nostra preghiera alla Vergine Madre, perché ci faccia scoprire in ognuno degli uomini e delle donne del nostro tempo il volto di Dio.

Angelus Domini…

[01237-IT.02] [Testo originale: Spagnolo]

Traduzione in lingua francese

Chers frères et sœurs,

Peu avant de rentrer dans cette église où sont conservées les reliques de saint Pierre Claver, j’ai béni les premières pierres de deux institutions destinées à offrir de l’assistance à des personnes dans de graves besoins et j’ai visité la maison de Madame Lorenza, où elle accueille chaque jour beaucoup de nos frères et sœurs pour leur donner de la nourriture et de l’affection. Ces rencontres m’ont fait beaucoup de bien, parce que là, on peut voir comment l’amour de Dieu se rend concret, se rend quotidien.

Tous ensemble, nous prierons l’Angelus, en nous souvenant de l’Incarnation du Verbe. Et nous pensons à Marie, qui a conçu Jésus et lui a donné naissance. Nous la contemplons ce matin sous l’invocation de Notre Dame de Chiquinquirá. Comme vous le savez, pendant longtemps, cette image a été abandonnée; elle a perdu ses couleurs, elle était restée abîmée et trouée. Elle était traitée comme un morceau de vieux sac, utilisée sans aucun respect jusqu’à ce qu’on finisse par la jeter.

C’est alors qu’une femme simple, qui selon la tradition s’appelait María Ramos, la première dévote de la Vierge de Chiquinquirá a vu en cette toile quelque chose de différent. Elle a eu le courage et la foi de placer cette image floue et détériorée en un lieu en vue, lui redonnant sa dignité perdue. Elle a su trouver et honorer Marie, qui tenait son Enfant dans les bras, précisément dans ce qui pour les autres était méprisable et inutile.

Ainsi, elle s’est faite le modèle de tous ceux qui, de diverses manières, cherchent à récupérer la dignité du frère abattu par la souffrance des blessures de la vie, de ceux qui ne se résignent pas et travaillent pour leur construire un logement digne, pour satisfaire leurs besoins urgents et, surtout, qui prient avec persévérance pour qu’ils puissent retrouver la splendeur d’enfants de Dieu qui leur a été arrachée.

Le Seigneur nous enseigne à travers l’exemple des humbles et de ceux qui ne comptent pas. Oui il a concédé à María Ramos, une femme modeste, la grâce d’accueillir l’image de la Vierge dans la pauvreté de cette toile abîmée, oui il a accordé à Isabel, une femme indigène, et à son fils Miguel, le privilège d’être les premiers à voir ce tableau de la Vierge transformé et restauré. Ils ont été les premiers à regarder avec des yeux simples ce morceau de toile totalement nouveau et à y voir la splendeur de la lumière divine qui transforme et renouvelle toute chose. Ce sont les pauvres, les humbles, qui contemplent la présence de Dieu; c’est à eux que se révèle le mystère de l’amour de Dieu avec le plus de clarté. Eux, les pauvres et les personnes simples, ont été les premiers à voir la Vierge de Chiquinquirá et sont devenus ses missionnaires, des annonciateurs de la beauté et de la sainteté de la Vierge.

Et dans cette église, nous prierons Marie, qui s’est désignée elle-même comme ‘‘l’esclave du Seigneur’’, et saint Pierre Claver l’‘‘esclave des noirs pour toujours’’, comme il s’est fait appeler dès le jour de sa profession solennelle. Il attendait les navires qui arrivaient de l’Afrique au principal marché d’esclaves du Nouveau Monde. Bien des fois, il les attendait uniquement avec des gestes, des gestes évangélisateurs, en raison de l’impossibilité de communiquer avec eux, à cause de la différence de langues. Mais une caresse transcende toutes les langues. Cependant, Pierre Claver savait que le langage de la charité, de la miséricorde était compris par tous. De fait, la charité aide à comprendre la vérité et la vérité réclame des gestes de charité: elles vont de pair, elles ne peuvent être séparées. Quand il éprouvait de la répugnance envers eux, car, les pauvres, ils venaient dans un état répugnant – Pierre Claver baisait leurs plaies.

Austère et rempli de charité jusqu’à l’héroïsme, après avoir soulagé la solitude de centaines de milliers de personnes, il n’est pas mort entouré d’honneur, on l’a oublié et il a passé les quatre dernières années de sa vie, malade et dans sa cellule et dans un état épouvantable d’abandon. C’est ainsi que le monde paie; Dieu l’a payé autrement.

Effectivement, saint Pierre Claver a témoigné admirablement de la responsabilité et de l’intérêt que chacun d’entre nous doit avoir pour ses frères. Pour les autres, ce saint a été accusé injustement d’être indiscret par son zèle et a dû affronter de dures critiques ainsi qu’une opposition persistante de la part de ceux qui craignaient que son ministère n’entrave le commerce lucratif d’esclaves.

Cependant aujourd’hui, en Colombie et dans le monde, des millions de personnes sont vendues comme esclaves, ou bien mendient un peu d’humanité, un moment de tendresse, prennent la mer ou la route, parce qu’elles ont tout perdu, à commencer par leur dignité et leurs propres droits.

Notre Dame de Chiquinquirá et Pierre Claver nous invitent à travailler pour la dignité de tous nos frères, spécialement pour les pauvres et pour les personnes marginalisées par la société, pour ceux qui subissent la violence et la traite. Tous, ils ont leur dignité et sont une image vivante de Dieu. Nous avons tous été créés à l’image et à la ressemblance de Dieu, et la Vierge nous tient tous dans ses bras comme des enfants chéris.

Adressons, à présent, notre prière à la Vierge Mère, pour qu’elle nous fasse découvrir, dans chacun des hommes et des femmes de notre temps, le visage de Dieu.

Angelus Domini

[01237-FR.02] [Texte original: Espagnol]

Traduzione in lingua inglese

Dear Brothers and Sisters,

Shortly before I entered this church where the relics of Saint Peter Claver are kept, I blessed the first stones of two institutions that will minister to the those most in need, and I visited the house of Mrs Lorenza, who daily welcomes many of our brothers and sisters, offering them food and affection. These visits have done me much good because they demonstrate how the love of God is made visible each day.

As we pray the Angelus, recalling the incarnation of the Word, we also reflect on Mary who conceived Jesus and brought him into the world. We look to her this morning under the title of Our Lady of Chiquinquirá. As you well know, over a long period of time this image was abandoned, discoloured, torn and full of holes. It was treated like an old piece of cloth, shown no respect, and finally discarded.

It was then that, a humble woman, who traditions tells us was called Maria Ramos, and the first devotee of the Blessed Virgin of Chiquinquirá, saw something different in that piece of cloth. She had the courage and faith to put this blurred and torn fabric in a special place, restoring its lost dignity. She encountered and honoured Mary who held her Son in her arms, doing precisely what was despicable and useless in the eyes of others.

And so, this woman became a model for all those who, in different ways, seek to restore the dignity of our brothers and sisters lost through the pain of life’s wounds, to restore the dignity of those who are excluded. She is a model for all those who make efforts to provide dignified accommodation and care to those most in need. She is, above all, a model for all those who pray perseveringly so that the men and women who are suffering may regain the splendour of the children of God which they have been robbed of.

The Lord teaches us through the example of the humble and those who are not valued. While he gave María Ramos, an ordinary woman, the grace to receive the image of the Blessed Virgin in its poor and torn state, he also granted to the indigenous Isabel and her son Miguel the grace of being the first to see the transformed and renewed fabric of the Blessed Virgin. They were the first to look humbly upon this completely renewed piece of fabric and recognize there the radiance of divine light which transforms and renews all things. They are the poor, humble ones, who contemplate the presence of God, and to whom the mystery of God’s love is revealed most clearly. They, the poor and simple of heart, were the first to see the Blessed Virgin of Chinquinquirá and they became missionaries and heralds of her beauty and holiness.

In this church we will pray to Mary, who referred to herself as “the handmaid of the Lord”, and to Saint Peter Claver, the “slave of the blacks forever”, as he wanted others to know him from the day of his solemn profession. He waited for the ships from Africa to arrive at the New World’s main centre of commerce in slavery. Given the impossibility of verbal communication due to the language difference, he often ministered to these slaves simply through evangelizing gestures. For a caress surpasses all languages. He knew that the language of charity and mercy was understood by all. Indeed, charity helps us to know the truth and truth calls for acts of love. These two go together, they cannot be separated. Whenever he felt revulsion towards the slaves – they came in a repulsive state – Peter Claver kissed the wounds.

Saint Peter Claver was austere and charitable to the point of heroism. After consoling hundreds of thousands of people in their loneliness, he died without honours and was not remembered, having spent the last four years of his life in sickness and confined to his cell which was in a terrible state of neglect. This how the world paid him, yet God paid him in another way.

Saint Peter Claver witnessed in a formidable way to the responsibility and care that we should have for one another. Furthermore, this saint was unjustly accused of being indiscreet in his zealousness and he faced strong criticism and persistent opposition from those who feared that his ministry would undermine the lucrative slave trade.

Here in Colombia and in the world millions of people are still being sold as slaves; they either beg for some expressions of humanity, moments of tenderness, or they flee by sea or land because they have lost everything, primarily their dignity and their rights.

María de Chiquinquirá and Peter Claver invite us to work to promote the dignity of all our brothers and sisters, particularly the poor and the excluded of society, those who are abandoned, immigrants, and those who suffer violence and human trafficking. They all have human dignity because they are living images of God. We all are created in the image and likeness of God, and the Blessed Virgin holds each one of us in her arms as her beloved children.

Let us now turn to Our Blessed Virgin Mother in prayer, so that she may help us recognize the face of God in every man and woman of our time.

Angelus Domini

[01237-EN.02] [Original text: Spanish]

Traduzione in lingua tedesca

Liebe Brüder und Schwestern,

kurz bevor ich diese Kirche betreten habe, in der sich die Reliquien des heiligen Petrus Claver befinden, habe ich die Grundsteine jener Einrichtungen gesegnet, die dazu bestimmt sind, Personen in schweren Notlagen beizustehen, und ich habe das Haus von Frau Lorenza besucht, wo sie täglich viele unserer Brüder und Schwestern aufnimmt, um ihnen Speise und Zuneigung zu geben. Diese Treffen tun mir sehr gut, weil man hier feststellen kann, wie die Liebe Gottes konkret wird, wie sie zum täglichen Leben wird.

Alle zusammen werden wir den Angelus beten und dabei der Fleischwerdung des Göttlichen Wortes gedenken. Und wir denken an Maria, die Jesus empfangen und zur Welt gebracht hat. Wir betrachten sie heute Vormittag unter der Anrufung Unserer Lieben Frau von Chiquinquirá. Wie Ihr wisst, war dieses Bildnis über einen langen Zeitraum hinweg verwahrlost, hatte seine Farbe verloren und war beschädigt und durchlöchert. Es wurde wie das Stück eines alten Sacks behandelt, ohne jegliche Ehrerbietung, bis es schließlich entsorgt wurde.

Damals wurde eine einfache Frau, die der Überlieferung nach María Ramos hieß, zur ersten Verehrerin der Jungfrau von Chiquinquirá; sie sah auf diesem Tuch etwas anderes. Sie hatte den Mut und den Glauben, dieses verblichene und abgenutzte Bildnis an einem bevorzugten Platz aufzustellen, um ihm so seine verlorene Würde wiederzugeben. Sie wusste, Maria, die Jesus in ihren Armen hielt, gerade in dem zu begegnen und zu verehren, was den anderen als vernachlässigbar und nutzlos erschien.

Auf diese Weise ist sie zum Musterbeispiel für all jene geworden, die auf verschiedene Weisen danach suchen, dem Bruders, der aufgrund des Schmerzes und der Wunden des Lebens daniederliegt, seine Würde wieder zu geben; jene, die sich nicht damit abfinden und dafür arbeiten, ihnen würdige Wohnmöglichkeiten zu schaffen und ihnen in ihren dringlichsten Nöten beizustehen, und vor allem beharrlich dafür beten, damit sie den ihnen entrissenen Glanz der Kinder Gottes wiedererlangen können.

Der Herr belehrt uns durch das Beispiel der Demütigen und derjenigen, die nichts zählen. Wenn er María Ramos, einer einfachen Frau, die Gnade gewährt hat, das Bildnis der Jungfrau in der Armut dieses beschädigten Tuches zu beherbergen, so gab er Isabel, einer indigenen Frau, und ihrem Sohn Miguel die Fähigkeit, als Erste dieses Tuch mit dem Bildnis der Jungfrau in verwandelter und erneuerter Form zu erblicken. Sie waren die Ersten, die mit schlichten Augen dieses Stück Tuch völlig erneuert betrachten konnten und darin den Widerschein des göttlichen Lichts sehen konnten, das alles verwandelt und alles neu macht. Den Armen, den Demütigen, denjenigen, die die Gegenwart Gottes betrachten, offenbart sich das Geheimnis der Liebe Gottes mit größerer Deutlichkeit. Sie, die Armen und einfachen Menschen, waren die Ersten, die die Jungfrau von Chiquinquirá gesehen haben und zu ihren Missionaren, zu Verkündern der Schönheit und Heiligkeit der Jungfrau geworden sind.

Und in dieser Kirche werden wir zu Maria beten, die sich selbst „Magd des Herrn“ nannte, und zum heiligen Petrus Claver, dem „Sklaven der Schwarzen für immer“, wie er sich seit dem Tag seiner feierlichen Profess nennen ließ. Er wartete auf die Schiffe, die von Afrika am Hauptort des Sklavenhandels der Neuen Welt eintrafen. Oftmals betreute er sie aufgrund der Unmöglichkeit der Kommunikation nur mit Gesten, mit evangelisierenden Gesten. Petrus Claver wusste indessen darum, dass die Sprache der Liebe und der Barmherzigkeit von allen verstanden wird. Eine Liebkosung geht über jede Sprache hinaus. Tatsächlich hilft die Liebe, die Wahrheit zu verstehen, und die Wahrheit fordert Taten der Liebe ein: Sie gehören zusammen, sie können nicht getrennt werden. Wenn er ihnen gegenüber Widerwillen verspürte – denn die Ärmsten kamen oft in einem widerlichen Zustand an –, küsste Petrus Claver die Wunden.

Nachdem er, geradezu in heroischer Weise bescheiden und von der Nächstenliebe bestimmt, hunderttausende Menschen in ihrer Einsamkeit getröstet hatte, starb er nicht in Ehren; alle hatten ihn vergessen, und er verbrachte die letzten vier Jahre seines Lebens krank in seiner Zelle, in einem schrecklichen Zustand der Verlassenheit. Das ist der Lohn der Welt, aber Gott entlohnt auf eine andere Weise.

Tatsächlich hat Petrus Claver auf großartige Weise für den Verantwortungssinn und die Anteilnahme Zeugnis abgelegt, die jeder von uns für seine Brüder und Schwestern haben soll. Dieser Heilige wurde des Weiteren ungerechterweise beschuldigt, aufgrund seines Eifers indiskret zu sein und musste sich harter Kritik sowie einem zähen Widerstand seitens derer stellen, die befürchteten, dass sein Dienst den lukrativen Sklavenhandel untergraben würde.

Dennoch werden heute in Kolumbien und auf der Welt Millionen von Personen wie Sklaven verkauft, oder aber sie betteln um etwas Menschlichkeit, um einen Augenblick der Sanftmut, sie stechen in See oder machen sich auf den Weg, weil sie alles verloren haben, angefangen von ihrer Würde und ihren eigenen Rechten.

Maria von Chiquinquirá und Petrus Claver laden uns ein, uns für die Würde all unserer Brüder und Schwestern einzusetzen, insbesondere für die Armen und die von der Gesellschaft Verstoßenen, für die Verlassenen, für die Auswanderer, für die unter Gewalt und Sklavenhandel Leidenden.  Sie alle haben ihre Würde und sind lebendiges Abbild Gottes. Wir alle sind nach dem Bild und Gleichnis Gottes geschaffen und die Jungfrau hält uns alle als ihre geliebten Kinder in ihren Armen.

Richten wir unser Gebet an die Jungfrau und Mutter, damit sie uns in jedem Menschen unserer Zeit das Angesicht Gottes entdecken lasse.

  Angelus Domini…

[01237-DE.01] [Originalsprache: Spanisch]

Traduzione in lingua portoghese

Queridos irmãos e irmãs!

Pouco antes de entrar nesta igreja, onde se conservam as relíquias de São Pedro Claver, benzi as «primeiras pedras» de duas instituições destinadas a cuidar de pessoas com graves necessidades e visitei a casa da senhora Lorenza, onde todos os dias recebe muitos dos nossos irmãos e irmãs para lhes dar alimento e carinho. Estes encontros ajudaram-me muito, porque lá se pode palpar o amor de Deus que se torna concreto e diário.

Todos juntos, vamos rezar o Angelus, recordando a encarnação do Verbo. Pensamos em Maria que concebeu Jesus e O trouxe ao mundo. Contemplamo-La, nesta manhã, sob a invocação de Nossa Senhora de Chiquinquirá. Como sabeis, durante um longo período de tempo, esta imagem esteve abandonada, perdeu a cor e encontrava-se rota e esburacada. Era tratada como um pedaço de saco velho, usada sem qualquer respeito até que acabou entre as coisas descartadas.

Foi então que uma mulher simples (chamada, segundo a tradição, Maria Ramos), a primeira devota da Virgem de Chiquinquirá, viu naquela tela algo de diferente. Teve a coragem e a fé de colocar aquela imagem arruinada e corroída num lugar de destaque, devolvendo-lhe a sua dignidade perdida. Soube encontrar e honrar Maria, segurando o Filho nos seus braços, precisamente naquilo que, para os outros, era desprezível e inútil.

E, assim, fez-se paradigma de todos aqueles que, de várias maneiras, procuram recuperar a dignidade do irmão prostrado pelo sofrimento das feridas da vida, daqueles que não se conformam e trabalham por lhes construir uma morada decente, assisti-los nas suas impelentes necessidades e sobretudo rezam com perseverança para que possam recuperar o esplendor de filhos de Deus que lhes fora arrebatado.

O Senhor ensina-nos através do exemplo dos humildes e dos que não contam. Se à Maria Ramos, uma mulher simples, concedeu a graça de acolher a imagem da Virgem na pobreza daquela tela rota, à Isabel, uma mulher indígena, e ao seu filho Miguel deu-lhes a capacidade de serem os primeiros a ver transformada e renovada aquela tela da Virgem. Foram os primeiros a ver, com olhos simples, este pedaço de pano inteiramente novo e, nele, o esplendor da luz divina, que transforma e faz novas todas as coisas. É aos pobres, aos humildes, aos que contemplam a presença de Deus, que se revela com maior nitidez o Mistério do amor de Deus. Eles, pobres e simples, foram os primeiros a ver a Virgem de Chinquinquirá e tornaram-se seus missionários, arautos da beleza e santidade da Virgem.

E, nesta igreja, rezaremos a Maria, que de Si própria disse ser «a escrava do Senhor», e a São Pedro Claver, o «escravo dos negros para sempre», como a si mesmo se designou desde o dia da sua profissão solene. Ele esperava os navios que chegavam da África ao principal mercado de escravos no Novo Mundo. Muitas vezes recebia-os apenas com gestos, gestos evangelizadores, devido à impossibilidade de comunicar pela diferença das línguas. Mas uma carícia ultrapassa todas as línguas; e São Pedro Claver sabia que a linguagem da caridade, da misericórdia era entendida por todos. Na verdade, a caridade ajuda a compreender a verdade, e a verdade reclama gestos de caridade: as duas caminham juntas, não se podem separar. Quando sentia repugnância deles – aqueles infelizes chegavam num estado que era repugnante – Pedro Claver beijava-lhes as feridas.

Austero e caritativo até ao heroísmo, depois de ter confortado a solidão de centenas de milhares de pessoas, não acabou rodeado de honras; pelo contrário, esqueceram-se dele e passou os últimos quatro anos da sua vida doente e na sua cela num estado espantoso de abandono. Assim paga o mundo; Deus pagou-o doutra maneira.

Realmente São Pedro Claver testemunhou, de forma estupenda, a responsabilidade e a solicitude que cada um de nós deve ter pelos seus irmãos. Apesar disso, este santo foi injustamente acusado, pelos outros, de ser indiscreto no seu zelo e teve que enfrentar duras críticas e uma tenaz oposição da parte de quantos temiam que o seu ministério ameaçasse o lucrativo comércio dos escravos.

Ainda hoje, na Colômbia e no mundo, milhões de pessoas são vendidas como escravos, ou então mendigam um pouco de humanidade, uma migalha de ternura, fazem-se ao mar ou metem-se a caminho porque perderam tudo, a começar pela sua dignidade e os seus direitos.

Maria de Chiquinquirá e Pedro Claver convidam-nos a trabalhar pela dignidade de todos os nossos irmãos, especialmente os pobres e descartados da sociedade, aqueles que estão abandonados, os emigrantes, as vítimas da violência e do tráfico humano. Todos eles têm a sua dignidade, e são imagem viva de Deus. Todos fomos criados à imagem e semelhança de Deus, e a todos nos sustenta a Virgem nos seus braços como filhos amados.

Dirijamos agora a nossa oração à Virgem Mãe, para que nos faça descobrir em cada um dos homens e mulheres do nosso tempo o rosto de Deus.

Angelus Domini

[01237-PO.02] [Texto original: Espanhol]

Dopo l’Angelus

Parole del Santo Padre

Traduzione in lingua italiana

Traduzione in lingua francese

Traduzione in lingua inglese

Traduzione in lingua tedesca

Traduzione in lingua portoghese

Parole del Santo Padre

Queridos hermanos y hermanas:

Desde este lugar, quiero asegurar mi oración por cada uno de los países de Latinoamérica, y de manera especial por la vecina Venezuela. Expreso mi cercanía a cada uno de los hijos e hijas de esa amada nación, como también a los que han encontrado en esta tierra colombiana un lugar de acogida. Desde esta ciudad, sede de los derechos humanos, hago un llamamiento para que se rechace todo tipo de violencia en la vida política y se encuentre una solución a la grave crisis que se está viviendo y afecta a todos, especialmente a los más pobres y desfavorecidos de la sociedad. Que la Virgen Santísima interceda por las necesidades del mundo y de cada uno de sus hijos.

Saludo también a ustedes aquí presentes, venidos de diversos lugares, también a los que siguen esta visita por la radio y la televisión. A todos les deseo un feliz domingo. Y por favor, no se olviden de rezar por mí.

Y ahora quisiera darles la bendición. Cada uno de nosotros, antes de recibir la bendición, en un ratito de silencio, meta en su corazón los nombres de las personas que más queremos y también los nombres de las personas que no queremos, los nombres de las personas que nos quieren y los nombres de las personas que sabemos que no nos quieren, para todos y para cada uno pedimos la bendición, para todos.

[01287-ES.02] [Texto original: Español]

Traduzione in lingua italiana

Cari fratelli e sorelle,

da questa località, desidero assicurare la mia preghiera per ciascuno dei Paesi dell’America Latina, e in modo speciale per il vicino Venezuela. Esprimo la mia vicinanza ad ognuno dei figli e delle figlie di quella amata nazione, come pure a coloro che hanno trovato in questa terra colombiana un luogo di accoglienza. Da questa città, sede dei diritti umani, faccio appello affinché si respinga ogni tipo di violenza nella vita politica e si trovi una soluzione alla grave crisi che si sta vivendo e che tocca tutti, specialmente i più poveri e svantaggiati della società. La Vergine Santissima interceda per tutte le necessità del mondo e di ciascuno dei suoi figli.

Saluto anche voi qui presenti, venuti da diversi luoghi, come pure quanti seguono questa visita mediante la radio e la televisione. A tutti auguro una buona domenica. Per favore, non dimenticatevi di pregare per me.

E adesso vorrei darvi la benedizione. Ognuno di noi, prima di ricevere la benedizione, in un momento di silenzio, metta nel proprio cuore i nomi delle persone che più amiamo, e anche i nomi delle persone che non amiamo; i nomi delle persone che ci vogliono bene, e i nomi delle persone che sappiamo che non ci vogliono bene; per tutti e per ognuno chiediamo la benedizione, per tutti.

[01287-IT.02] [Testo originale: Spagnolo]

Traduzione in lingua francese

Chers frères et sœurs,

De cet endroit, je voudrais assurer que je prie pour chacun des pays latino-américains, et de manière spéciale pour le Venezuela voisin. J’exprime ma proximité à chacun des fils et des filles de cette nation bien-aimée, ainsi qu’à ceux qui ont trouvé en cette terre colombienne un lieu d’accueil. De cette ville, siège des droits humains, je lance un appel pour que tout genre de violence soit rejeté dans la vie politique et qu’on trouve une solution à la grave crise en cours et qui touche tout le monde, surtout les plus pauvres et les plus démunis de la société. Que la Très Sainte Vierge intercède pour tous les besoins du monde et de chacun de ses enfants.

Je salue également vous tous ici présents, venus de différentes localités, ainsi que ceux qui suivent cette visite par la radio et la télévision. À vous tous je souhaite un bon dimanche. Et s’il vous plaît, n’oubliez pas de prier pour moi.

Et à présent, je voudrais vous donner la bénédiction. Que chacun d’entre nous, avant de recevoir la bénédiction, dans un instant de silence, évoque dans son cœur les noms des personnes que nous aimons le plus et aussi les noms des personnes que nous n’aimons pas, les noms des personnes dont nous savons que nous ne les aimons pas, afin que pour tous et pour chacun nous demandions la bénédiction, pour tous.

[01287-FR.02] [Texte original: Espagnol]

Traduzione in lingua inglese

Dear Brothers and Sisters:

I assure all of you of my prayers for each of the countries of Latin America, and in a special way for neighbouring Venezuela. I express my closeness to all the sons and daughters of that beloved nation, as well as to all those who have found a place of welcome here in Colombia. From this city, known as the seat of human rights, I appeal for the rejection of all violence in political life and for a solution to the current grave crisis, which affects everyone, particularly the poorest and most disadvantaged of society. May the Most Blessed Virgin Mary intercede for the world’s needs and for every one of her children.

I greet also you who are present here, and who have come from different places, as well as all those who are following my visit on the radio and television. I wish you all a blessed Sunday. And please, do not forget to pray for me.

And now I want to give you my blessing. Each one of us, before receiving the blessing, during a few moments of silence, bring to mind the names of those we love most and the names of those whom we don’t love, the names of those who love us and the names of those who we know don’t love us. For all of them, for each one of them, we beseech this blessing.

[01287-EN.02] [Original text: Spanish]

Traduzione in lingua tedesca

Liebe Brüder und Schwestern,


von diesem Ort aus möchte ich jedem einzelnen Land Lateinamerikas mein Gebet versichern und in besonderer Weise dem Nachbarland Venezuela. Ich bekunde meine Nähe jedem einzelnen der Söhne und Töchter dieses geliebten Landes wie auch denen, die hier in Kolumbien Aufnahme gefunden haben. Aus dieser Stadt, dem Sitz der Menschenrechte, mache ich einen Aufruf, damit jede Art von Gewalt im politischen Leben erliege und sich eine Lösung der schweren Krise finden lässt, die zur Zeit durchlebt wird und die alle in Mitleidenschaft zieht, besonders die Armen und Benachteiligten der Gesellschaft. Möge die Heilige Jungfrau Maria ihre Fürsprache für die Nöte der Welt und jedes einzelne ihrer Kinder einlegen.

Ich grüße auch euch hier Anwesenden, die aus diversen Orten hergekommen sind, ebenso jene, die diesen Besuch im Radio oder im Fernsehen verfolgen. Euch allen wünsche ich einen gesegneten Sonntag. Und bitte vergesst nicht, für mich zu beten.

Und jetzt möchte ich euch den Segen geben. Jeder von uns möge, bevor er den Segen empfängt, in sein Herz die Namen der Personen legen, die wir am meisten lieben, und auch die Namen der Personen, die wir nicht lieben, die Namen der Personen, die uns lieben, und die Namen der Personen, von denen wir wissen, dass sie uns nicht lieben, für alle und für jeden einzelnen erbitten wir den Segen.

[01287-DE.02] [Originalsprache: Spanisch]

Traduzione in lingua portoghese

Queridos irmãos e irmãs!

Daqui, quero assegurar a minha oração por cada um dos países da América Latina, em particular pela vizinha Venezuela. Expresso a minha proximidade a cada um dos filhos e filhas desta amada nação, e também aos venezuelanos que encontraram guarida nesta terra colombiana. Daqui, desta cidade sede dos direitos humanos, faço apelo para que se rejeite todo o tipo de violência na vida política e se encontre uma solução para a grave crise que se está a viver e afeta a todos, especialmente aos mais pobres e desfavorecidos da sociedade. A Santíssima Virgem interceda por todas as necessidades do mundo e de cada um dos seus filhos.

E saúdo também a vós, aqui presentes, vindos de diferentes lugares, bem como a quantos acompanham esta visita pelo rádio e a televisão. A todos, desejo um domingo feliz. Por favor, não se esqueçam de rezar por mim.

E agora gostaria de vos dar a bênção. Cada um de nós, antes de receber a bênção, durante uns momentos de silêncio, coloque no próprio coração os nomes das pessoas que mais amamos, e também os nomes das pessoas que não amamos; o nome das pessoas que gostam de nós, e os nomes das pessoas que sabemos que não gostam de nós; para todas e cada uma delas, peçamos a bênção… para todos.

[01287-PO.02] [Texto original: Espanhol]

Visita alla Casa Santuario di San Pietro Claver di Cartagena

Successivamente il Santo Padre Francesco si è recato in visita alla Casa Santuario di San Pietro Claver, gesuita missionario spagnolo conosciuto come “l’apostolo dei negri”. Nella Chiesa erano riuniti circa 300 esponenti della comunità afroamericana assistita dai gesuiti. Papa Francesco è entrato in chiesa e si è soffermato in preghiera silenziosa presso le Reliquie di San Pietro Claver davanti a cui ha deposto l’omaggio floreale consegnatogli da due bambini. Quindi, dopo aver recato un dono al Rettore del Santuario, si è recato nel cortile interno dove ha incontrato in forma privata una rappresentanza della comunità dei gesuiti.

Dopo la visita, il Santo Padre si è recato in auto al vicino Monastero di Santo Domingo, dove ha pranzato con i membri del Seguito Papale presso il refettorio del Chiostro. Infine Papa Francesco si è trasferito in auto alla Casa Arcivescovile di Cartagena.

[01262-IT.01]

[B0582-XX.02]