Esta mañana, antes de la audiencia general, el Santo Padre Francisco recibió en audiencia a los miembros de la Conferencia Episcopal Latina en las Regiones Árabes (C.E.L.R.A.) con ocasión de su reunión plenaria.

Publicamos a continuación el saludo que el Papa había preparado para la ocasión, y que fue entregado a los presentes:

Discurso entregado

¡Queridos hermanos!

Me complace encontrarme con ustedes con ocasión de la reunión plenaria de la Conferencia Episcopal latina en las Regiones Árabes, que celebran estos días en Roma.

Oriente Medio vive momentos de fortísima tensión, que en algunos contextos desembocan en enfrentamientos abiertos y destellos de guerra. El conflicto, en lugar de encontrar una solución equitativa, parece hacerse crónico, con el riesgo de que se extienda hasta incendiar toda la región. Esta situación ha causado miles y miles de muertos, enormes destrucciones, inmensos sufrimientos y la propagación de sentimientos de odio y resentimiento, que preparan el terreno para nuevas tragedias.

Hoy tengo la oportunidad de expresarles directamente mi cercanía, a ustedes y a las Iglesias que representan. Que el señor les dé siempre la fuerza para dar testimonio de su fe en Él, también a través de un diálogo respetuoso y sincero con todos.

¡Que guarden encendida la esperanza! Sean ustedes mismos, para todos, signos de esperanza, una presencia que alimente palabras y gestos de paz, de fraternidad, de respeto. Una presencia que, por sí misma, invite a la razón, a la reconciliación, a superar con buena voluntad divisiones y enemistades estratificadas y endurecidas a lo largo del tiempo, cada vez más inextricables. ¡Gracias por ser la llama de la esperanza allí donde parece extinguirse!

Y también les deseo lo mejor en sus iniciativas pastorales. En particular, que encuentren el mejor y más eficaz camino para garantizar una formación cristiana adecuada a los alumnos de las escuelas públicas, en contextos en los que la presencia cristiana es minoritaria. Esta formación es de gran importancia, para que los contenidos de la fe sean conocidos y acompañados por la reflexión, y para que la fe, en confrontación con la cultura, se fortalezca y tenga los medios de dar razon para la esperanza cristiana (cfr. 1 Pt 3,15).

Queridos hermanos, ¡gracias por esta visita! Que la Virgen los cuide y los reconforte. Los bendigo de corazón. Y recemos los unos por los otros.