Publicamos a continuación el discurso que el Santo Padre dirigió a los participantes en la Asamblea General de "Talitha Kum":
Discurso del Santo Padre
¡Queridas hermanas y hermanos de Talitha Kum!
Les doy la bienvenida con alegría al final de su segunda Asamblea General y con ocasión del 15º aniversario del nacimiento de su red. En mi corazón hay mucha gratitud por lo que hacen, tanto personalmente como todos juntos, para derrotar la trata de personas, una de las llagas más terribles de nuestro tiempo.
La trata de personas es un mal «sistémico», y por tanto podemos y debemos eliminarlo mediante un enfoque sistemático a varios niveles. La trata se ve reforzada por las guerras y los conflictos, se beneficia de los efectos del cambio climático, de las desigualdades socioeconómicas, se aprovecha de la vulnerabilidad de las personas obligadas a emigrar y de la situación de desigualdad en la que se encuentran especialmente las mujeres y las niñas.
La trata es una actividad que no respeta a nadie, ni se detiene ante nadie, garantizando grandes beneficios a personas sin escrúpulos morales. La trata evoluciona constantemente y siempre encuentra nuevas formas de desarrollarse, como ocurrió durante la pandemia. Sin embargo, no debemos desanimarnos. Con el poder del Espíritu de Jesucristo y la dedicación de tantos podemos conseguir eliminarlo.
Tenemos que seguir los pasos de lo que ustedes, la gente de Talitha Kum, siempre han hecho: estar al lado de las víctimas, escucharlas, ayudarlas a recuperarse y, juntos, actuar contra la trata.
Para ser verdaderamente eficaces contra este odioso fenómeno criminal, necesitamos ser una comunidad. Esto lo expresa bien el tema de su asamblea: «Caminando juntos para acabar con la trata: compasión en acción para la transformación».
No es fácil, pero en estos 15 años ustedes nos han demostrado, en todas las latitudes, que se puede hacer. Talitha Kum se ha convertido en una red extendida y global y, al mismo tiempo, también bien arraigada en las iglesias locales. Se ha convertido en un punto de referencia para las víctimas, sus familias, las personas en situación de riesgo y las comunidades vulnerables. Además, sus llamamientos son una fuerte llamada a la responsabilidad de los gobiernos e instituciones nacionales y locales.
Los animo a que continúen por este camino, llevando a cabo acciones de prevención y cuidado y tejiendo muchas relaciones valiosas, que son indispensables para luchar contra la trata y vencerla.
Queridos hermanos y hermanas, doy gracias al Señor con ustedes por todo el trabajo que les ha permitido realizar a lo largo de los años. Leeré atentamente su documento y lo promoveré. Que la Virgen los acompañe siempre y los proteja. De corazón los bendigo a todos ustedes y a sus comunidades. Por favor, sigan rezando por mí. Gracias.