Esta mañana, en el Palacio Apostólico Vaticano, el Santo Padre Francisco recibió en audiencia a los miembros de la Papal Foundation y les dirigió el saludo que publicamos a continuación:
Saludo del Santo Padre
Eminencias, Excelencias,
queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días a todos!
Me alegra saludarlos a todos ustedes, miembros, administradores y delegados de la Papal Foundation, con ocasión de su peregrinación anual a Roma. En este tiempo pascual celebramos la resurrección del Señor y su triunfo sobre el pecado y la muerte. En efecto, la piedra colocada ante el sepulcro ha sido movida y se nos invita a levantar la mirada hacia Jesús y acogerlo en nuestras vidas, a decirle "sí" una vez más (cfr. Homilía en la Vigilia Pascual, 30 de marzo de 2024). De esta manera, la perenne presencia de Cristo resucitado será siempre para nosotros fuente de una alegría que nadie nos podrá quitar (cfr. Jn 16,22).
Desde su nacimiento, la Papal Foundation ha sido vehículo de esta alegría pascual llevando la cercanía, la compasión y la ternura del amor de Jesús a tantos hermanos y hermanas de todo el mundo. Su apoyo a varios proyectos educativos, caritativos y apostólicos favorece el desarrollo integral de muchos, entre ellos pobres, refugiados, migrantes y, actualmente, un número creciente de personas afectadas por la guerra y por la violencia. Al mismo tiempo, las becas destinadas a laicos, consagrados, seminaristas y sacerdotes de países en desarrollo les permiten seguir adelante con los estudios en las Universidades Pontificias de Roma, y proporcionan a quienes las reciben las herramientas necesarias para dar un testimonio más eficaz del Evangelio, tanto en sus países de origen como en otros lugares.
A través de estas diversas y loables iniciativas, ustedes continúan ayudando a los sucesores de Pedro a hacer que crezcan numerosas iglesias locales y a atender a muchas personas desfavorecidas, en respuesta a las tareas confiadas por el Señor al Apóstol (cfr. Lc 22,32; Jn 21,17). Por toda su generosidad, expreso mi sentida gratitud: gracias, muchas gracias.
Come bien saben, su trabajo encuentra su fuente y su inspiración en nuestra fe católica, que necesita ser alimentada continuamente a través de la participación en la vida de la Iglesia, en los Sacramentos y mediante el tiempo trascurrido en silencio ante la presencia del Señor en la oración y adoración. No se olviden de adorar. Hemos descuidado la oración de adoración, debemos retomarla: adorar, en silencio. A este respecto, su visita se realiza durante el Año de la Oración, mientras la Iglesia se prepara para celebrar el Jubileo de 2025. Mediante la perseverancia en la oración, poco a poco llegamos a ser “un solo corazón y una sola alma» (At 4,32) tanto con Jesús como con los demás, y esto se traduce en solidaridad y en compartir nuestro pan de cada día (cfr. Carta del arzobispo Rino Fisichella para el Jubileo 2025, 11 de febrero de 2022). Este fruto de la vida espiritual es muy importante para su noble compromiso, porque, aunque nunca las conozcan directamente, los programas de la Papal Foundation promueven un vínculo espiritual y fraternal con personas de culturas, lenguas y regiones muy diferentes, que reciben asistencia. Su servicio es todavía más necesario en nuestra época, marcada por el individualismo y la indiferencia.
Les deseo de corazón todo lo mejor para su actividad y para su peregrinación a Roma. Encomiendo a todos ustedes y a sus familias a la intercesión de María, Madre de la Iglesia, y les doy mi bendición como prenda de alegría y de fortaleza en el Señor Resucitado. Por favor, no se olviden de rezar por mí. ¡Gracias!