Esta mañana, a las 11.30 horas, tuvo lugar, en directo streaming desde la Oficina de Prensa de la Santa sede, la conferencia de prensa de presentación del Año de Oración en preparación al Jubileo 2025 y de la serie "Apuntes sobre la oración".
Han intervenido:
- S.E. Mons. Rino Fisichella, Pro-Prefecto del Dicasterio para la Evangelización, Sección para las Cuestiones Fundamentales de la Evangelización en el Mundo;
- Mons. Graham Bell, Subsecretario, encargado de la secretaría del mismo Ministerio.
A continuación sus intervenciones:
Intervenciones de S.E. Mons. Rino Fisichella y de Mons. Bell
En las últimas semanas, en varias ocasiones, el Papa Francisco se ha referido a este año 2024 como el Año de la Oración. El domingo pasado en el Ángelus ha abierto oficialmente este Año que estará dedicado de manera particular a la oración. Ya en la Carta del 11 de febrero de 2022, que me dirigió para encargar al Dicasterio el Jubileo, el Papa Francisco había escrito: «Me alegra pensar que el año 2024, que precede al acontecimiento del Jubileo, pueda dedicarse a una gran “sinfonía” de oración; ante todo, para recuperar el deseo de estar en la presencia del Señor, de escucharlo y adorarlo. Oración, para agradecer a Dios los múltiples dones de su amor por nosotros y alabar su obra en la creación, que nos compromete a respetarla y a actuar de forma concreta y responsable para salvaguardarla. Oración como voz “de un solo corazón y una sola alma” (cf. Hch 4,32) que se traduce en ser solidarios y en compartir el pan de cada día. Oración que permite a cada hombre y mujer de este mundo dirigirse al único Dios, para expresarle lo que tienen en el secreto del corazón. Oración como vía maestra hacia la santidad, que nos lleva a vivir la contemplación en la acción. En definitiva, un año intenso de oración, en el que los corazones se puedan abrir para recibir la abundancia de la gracia, haciendo del “Padre Nuestro”, la oración que Jesús nos enseñó, el programa de vida de cada uno de sus discípulos».
El año 2024 será entonces un Año de preparación al Jubileo que está por comenzar y un Año durante el cual deberá emerger mayormente el horizonte espiritual del evento jubilar, que va mucho más allá de cualquier forma necesaria y urgente de organización estructural. Como el Papa ha subrayado en el Te Deum al final del año: «El cristiano, como María, es un peregrino de esperanza. Y este será precisamente el tema del Jubileo de 2025: “Peregrinos de esperanza”. Queridos hermanos y hermanas, podemos preguntarnos: ¿Roma se está preparando para convertirse en el Año Santo en una “ciudad de esperanza”? [...] Se trata del testimonio de la comunidad eclesial y civil que, más que en los eventos, consiste en el estilo de vida, en la calidad ética y espiritual de la convivencia. Entonces, la pregunta se puede formular así: ¿estamos trabajando, cada uno en su propio ámbito, para que esta ciudad sea un signo de esperanza para quienes viven en ella y para quienes la visitan?».
Para que el Jubileo sea un evento que enriquezca espiritualmente la vida de la Iglesia y de todo el pueblo de Dios, convirtiéndose en signo concreto de esperanza, es necesario prepararlo y vivirlo en las comunidades con ese espíritu de expectativa típico de la esperanza cristiana. El Año de la Oración corresponde plenamente a esta necesidad.
No se trata de un Año con iniciativas particulares; más bien, de un momento privilegiado para redescubrir el valor de la oración, la necesidad de la oración diaria en la vida cristiana; cómo orar, y sobre todo cómo educar a orar hoy, en la época de la cultura digital, para que la oración sea eficaz y fecunda. No podemos ocultar que estos años demuestran una profunda necesidad de espiritualidad. Cuanto más fuerte se vuelve el grito de la tecnología que parece corresponder a todos nuestros deseos, más profunda es la necesidad de una verdadera espiritualidad que lleve a cada persona al encuentro de sí misma en la verdad de su propia existencia y, por tanto, en una relación coherente con Dios.
Son muchas las personas que oran todos los días; tal vez, me atrevo a decir, todos oran. Ninguna estadística lograría responder con cifras y porcentajes correctos a este momento tan íntimo de las personas que viven la pluriformidad de la oración como un momento totalmente personal. Desde aquellos que se persignan rápidamente hasta aquellos que participan en la Eucaristía diaria, existe una gama tan amplia de formas de orar que nadie puede describir completamente. Desde la oración rápida hasta la oración distraída; desde la oración contemplativa hasta la oración llena de lágrimas de dolor... la oración no se deja atrapar en un esquema preestablecido porque es la relación personal del creyente con Dios mismo, dentro de esa relación íntima y exclusiva que distingue nuestra fe.
Por tanto, el Año de la Oración se enmarca en este contexto para favorecer la relación con el Señor y ofrecer momentos de auténtico descanso espiritual. Un oasis al abrigo del estrés cotidiano donde la oración se convierte en alimento para la vida cristiana de fe, esperanza y caridad.
Por este motivo, el Dicasterio ha preparado una serie de instrumentos y subsidios que acompañarán los próximos meses y que pueden constituir una “sinfonía” de oración que la comunidad cristiana y cada creyente pueden utilizar. Por otra parte, como ha escrito el Papa Francisco en la introducción al primer volumen de la serie “Apuntes sobre la oración”: «La oración es el aliento de la fe, su expresión más propia. Es como un grito silencioso que nace en el corazón de quien cree y confía en Dios».
No será un Año que obstaculice las iniciativas de cada Iglesia local; más bien se presenta como un período en el que toda iniciativa programada es apoyada eficazmente, precisamente porque tiene como fundamento la oración. Por tanto, no debemos esperar una serie de iniciativas particulares, sino más bien propuestas para que la oración de la Iglesia pueda volver a revitalizar y fortalecer la vida de cada bautizado.
Este año estará caracterizado por la expresión de los discípulos dirigida a Jesús: «Enséñanos a orar» (Lc 11, 1). En efecto, necesitamos aprender a orar y el verdadero Maestro sólo puede ser Él: Jesús, el Hijo de Dios, que con la oración del Padre Nuestro revolucionó el mundo de la oración humana. El lema «Enséñanos a orar» es ya una oración que surge de lo más profundo del corazón con el deseo de ser escuchada. Dentro de esta oración de invocación, se ha pensado en proponer algunos instrumentos sencillos que en gran parte ya son utilizados diariamente por nuestras comunidades. Por tanto, se trata de sugerir, por nuestra parte, formas de oración conocidas y practicadas, pero en este Año vividas con mayor intensidad y frecuencia para hacer más estable la relación con el Señor.
Quisiera presentar algunos instrumentos que pueden acompañar la meditación y la lectura para comprender mejor el valor de la oración.
1. En primer lugar, las 38 catequesis del Papa Francisco expuestas del 6 de mayo de 2020 al 16 de junio de 2021. Son catequesis que toman en consideración diversos momentos de la oración y pueden ser releídas tomando de ellas sugerencias útiles y preciosas.
2. Además, hemos pensado en una serie de ocho volúmenes titulada “Apuntes sobre la oración”.
Mons. Graham Bell – Subsecretario Encargado de la Secretaría del Dicasterio para la Evangelización, Sección para las Cuestiones Fundamentales de la Evangelización en el Mundo
En este 2024, que el Papa ha consagrado como Año de la Oración en preparación al Jubileo del 2025, la Librería Editora Vaticana publica, a partir de hoy, una serie de pequeños textos que profundizan variadas dimensiones del acto cristiano de orar, realizados por autores y autoras reconocidos internacionalmente, bajo la dirección del Dicasterio para la Evangelización – Sección para las Cuestiones Fundamentales de la Evangelización en el Mundo.
Esta serie, compuesta de ocho volúmenes, está a disposición de las diversas Conferencias Episcopales para que sea, en el curso de los próximos meses, un subsidio útil para profundizar en la oración.
El primer libro Orar hoy, un desafío a superar, (Librería Editora Vaticana, pp. 110, 8,50 euro) con Prefacio del Papa Francisco, fue escrito por el cardenal Angelo Comastri, uno de los autores de espiritualidad más notables que fue Vicario General de la Ciudad del Vaticano y Arcipreste de San Pedro. El texto, disponible en librería desde hoy 23 de enero, ofrece recordatorios sobre la necesidad de la oración y enseñanzas para tener «una mirada diversa y un corazón diverso» destacando figuras que han dado testimonio sobre la fecundidad de la oración como Santa Teresa de Lisieux, San Francisco de Asís y la Madre Teresa de Calcuta.
En el prefacio, el Papa Francisco recuerda que «la oración es el respiro de la fe, es su expresión más propia. Como un grito silencioso que sale del corazón de quien cree y se confía en Dios». En este año, con el Jubileo a la puerta, afirma el Papa, «estamos invitados a hacernos más humildes y a dejar espacio a la oración que surge del Espíritu Santo». El cardenal Comastri evidencia, por su parte, que «solo la oración da espacio a Dios en nuestra vida y en la historia del mundo: y con Dios todo es posible».
Seguirá próximamente la publicación de los otros siete volúmenes:
- Gianfranco Ravasi, Orar con los Salmos (febrero de 2024)
- Juan López Vergara, La oración de Jesús (febrero de 2024)
- Paul Murray OP, Santos y pecadores en oración (marzo de 2024)
- Antonio Pitta, Las parábolas de la oración (marzo de 2024)
- Monjes Cartujos, La Iglesia en oración (marzo de 2024)
- Catherine Aubin, La oración de María y de los santos (abril de 2024)
- Ugo Vanni, La oración que Jesús nos enseñó: «Padre Nuestro» (abril de 2024)
S.E. Mons. Rino Fisichella – Pro-Prefecto del Dicasterio para la Evangelización, Sección para las Cuestiones Fundamentales de la Evangelización en el Mundo
3. Junto a estos instrumentos, proponemos algunos Subsidios que presentan las diversas expresiones de la oración en la comunidad, en la familia, para los sacerdotes, los claustros, los santuarios, los jóvenes... en fin, nada extraordinario o nuevas oraciones, sino más bien una ayuda para vivir con mayor conciencia la necesidad de la oración diaria.
4. El Papa mismo realizará durante este año una “Escuela de oración”. Serán momentos de encuentro con algunas categorías de personas para orar juntos incluyendo algunas formas de oración: de la oración de acción de gracias a la oración de intercesión; de la oración contemplativa a la oración de consolación; de la oración de adoración a la oración de súplica…
Como ha escrito el Papa Francisco: «Estoy seguro de que los obispos, sacerdotes, diáconos y catequistas encontrarán durante este Año las maneras más adecuadas para poner la oración en el centro del anuncio de esperanza que el Jubileo 2025 pretende hacer resonar en estos tiempos convulsos». Por tanto, el Dicasterio queda a disposición de todas las Conferencias Episcopales y de los representantes de las Diócesis para el Jubileo, para proporcionar mayores aclaraciones y poner a disposición el material que se prepare cada vez.