Publicamos a continuación la Carta irmada por el Santo Padre al Arzobispo mayor y a los delegados del Sinodo de la Iglesia Siro-Malabar
Carta del Santo Padre
A los obispos, clérigos, religiosos y laicos
de la Iglesia Siro-Malabar
Queridos hermanos y hermanas en Cristo,
La Santa Sede mira con particular aprobación y ánimo el acuerdo alcanzado unánimemente por el Sínodo de los Obispos de la Iglesia Siro-Malabar en 1999 - y repetidamente refrendado en años posteriores - en favor de un modo uniforme de celebración de la Santa Qurbana, considerándolo un paso importante para aumentar la estabilidad y la comunión eclesial dentro de todo el cuerpo de vuestra amada Iglesia. Los esfuerzos concertados para aplicar este prometedor logro en el gran Año Jubilar 2000 proporcionaron a mi santo predecesor, el Papa Juan Pablo II, una gozosa confianza en vuestra Iglesia sui iuris.
A pesar de algunas dificultades, que requieren un discernimiento continuo en la vida de vuestra vibrante Iglesia, las normas aprobadas para la celebración eucarística han dado considerables frutos, incluida la evangelización en aquellos lugares, especialmente en las Eparquías misioneras, donde toda la comunidad se ha unido en una observancia pacífica y orante, interpretando el continuo consenso de la jerarquía como un fruto del Espíritu Santo.
Exhorto encarecidamente a los obispos siro-malabares a perseverar, y confirmo su "caminar juntos" eclesialmente con el pueblo de Dios, confiando en que "el tiempo es superior al espacio" (cf. Evangelii Gaudium, 222-225) y que "la unidad prevalece sobre el conflicto" (cf. ibid, 226-230).
Aprovecho de buen grado la ocasión del reconocimiento de la nueva Raza Qurbana Taksa para exhortar a todo el clero, a los religiosos y a los fieles laicos a que procedan a una pronta aplicación del modo uniforme de celebrar la Santa Qurbana, para mayor bien y unidad de vuestra Iglesia. Que el Espíritu Santo fomente la armonía, la fraternidad y la unidad entre todos los miembros de vuestra Iglesia mientras trabajáis en la aplicación de la decisión sinodal.
Encomendándoos a todos a la intercesión de la Santísima Virgen María, del santo patriarca San José y del apóstol Santo Tomás, os imparto de buen grado mi bendición apostólica. Os aseguro mi cercanía en la oración y os pido, por favor, que recéis por mí.
FRANCISCO
Roma, San Juan de Letrán, 3 de julio de 2021