Esta mañana, en el Aula Nueva del Sínodo en el Vaticano, Su Eminencia el cardenal. Mario Zenari, nuncio apostólico en Siria, se ha reunido con los miembros del Cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede. También estaba presente Su Eminencia el cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado, acompañado por Su Excelencia Monseñor Paul Richard Gallagher, Secretario para las Relaciones con los Estados. La cita ha sido una oportunidad para reavivar la atención sobre la situación en Siria, postrada por casi diez años de violencia.
Su Eminencia el cardenal Pietro Parolin introdujo las palabras del cardenal Mario Zenari, manifestando el deseo de que el mundo no se acostumbre a la "letanía de horrores que cada día nos llega de esa nación martirizada ". Siria, ha afirmado el nuncio apostólico en su intervención sobre el tema"No dejemos morir la esperanza", parece haber desaparecido del "radar mediático". Pero la catástrofe humanitaria persiste y después de los mísiles, la mayor preocupación es ahora la "bomba de la pobreza", que afecta al 80% de la población. En estos momentos se estima que 11 millones de sirios necesitan asistencia humanitaria.
El cardenal Zenari agradeció la generosidad de tantos Estados e instituciones, especialmente los organismos de las Naciones Unidas, que han puesto en marcha una serie de proyectos humanitarios, y habló de las numerosas emergencias que afectan al país, en primer lugar la atención sanitaria, también en el contexto de la pandemia de Covid-19.Pero "el tiempo se acaba", ha advertido Su Eminencia: Siria es una "extensión de aldeas fantasmagóricas", sembrada de ruinas y "muchos sirios han perdido la esperanza".
El nuncio apostólico se refirió después a la delicada cuestión de las sanciones impuestas a Siria y a cómo repercuten inexorablemente en la población. Entre las numerosas heridas sangrantes del país, Su Eminencia habló de los niños y los ancianos, muertos también por el frío invierno, de la huida de los jóvenes mejor preparados, además de los que perecieron en la guerra, de la repatriación de los refugiados y del problema de las numerosas personas desaparecidas y detenidas.
Por último, el cardenal manifestó el deseo de que haya una respuesta internacional y se busquen soluciones radicales a largo plazo, también a la luz de las numerosas intervenciones del Papa Francisco sobre Siria y de la reciente encíclica "Fratelli tutti": "Necesitamos desarrollar esta consciencia de que hoy o nos salvamos todos o no se salva nadie." (n. 137).
Al final, Su Eminencia el cardenal. Mario Zenari respondió a varias preguntas de los presentes. Entre los temas tratados figuraban las relaciones entre las comunidades religiosas de Siria, la necesidad de recuperación económica a diversos niveles para la reconstrucción del país, las consecuencias del conflicto en lo que se refiere a la presencia de cristianos en la región, la emergencia educativa, la condición de las mujeres y la necesidad de recursos financieros adicionales para el proyecto "Hospitales Abiertos", tres hospitales católicos en Damasco y Alepo a los que pueden acceder gratuitamente los enfermos de cualquier grupo étnico o religioso.
La reunión concluyó con las palabras de agradecimiento del cardenal Secretario de Estado que reiteró la importancia de buscar nuevas soluciones y de no abandonar a Siria bajo un manto de silencio e indiferencia.