Esta
mañana el Santo Padre Francisco ha recibido en el Palacio Apostólico
Vaticano a una delegación de la revista semanal cristiana belga
"Tertio" que celebra su vigésimo aniversario.
Publicamos
a continuación el discurso que el Papa ha dirigido a los presentes
durante la audiencia:
Discurso
del Santo Padre
Queridos
hermanos y hermanas, ¡bienvenidos!
Me
alegra encontraros, colaboradores de la revista semanal cristiana
"Tertio", que celebra su vigésimo aniversario. Os
deseo un provechoso peregrinaje a Roma y os felicito por todo lo que
hacéis en el campo de la información y la comunicación. Agradezco
a Monseñor Smet y al Sr. Van Lierde sus palabras de presentación.
En
la sociedad en la que vivimos, la información es una parte integral
de nuestra vida cotidiana. Cuando es de calidad, nos permite
comprender mejor los problemas y desafíos que el mundo está llamado
a enfrentar e inspira el comportamiento individual, familiar y
social. En particular, es muy importante la presencia de medios de
comunicación cristianos especializados en información de calidad
sobre la vida de la Iglesia en el mundo, capaces de contribuir a la
formación de las conciencias.
Además,
el nombre mismo de vuestro semanario, “Tertio”, hace
referencia a la Carta Apostólica de San Juan Pablo II "Tertio
millennio adveniente", en vista del Gran Jubileo del Año 2000, para
preparar los corazones a acoger a Cristo y su mensaje liberador. Esta
referencia, pues, no es sólo una llamada a la esperanza, sino que
aspira también a que se escuche la voz de la Iglesia y de los
intelectuales cristianos en un escenario mediático cada vez más
secularizado, con el fin de enriquecerlo con reflexiones
constructivas. Buscando una visión positiva de las personas y los
hechos, rechazando los prejuicios; se trata de fomentar una cultura
del encuentro a través de la cual es posible conocer la realidad con
una mirada confiada.
También
es notable la contribución de los medios de comunicación cristianos
al crecimiento de un nuevo estilo de vida en las comunidades
cristianas, libre de toda forma de preconceptos y exclusión. De
hecho - sabemos - " los chismes cierran el corazón de la
comunidad, cierran la unidad de la Iglesia. El gran chismoso es el
diablo, que siempre está diciendo cosas feas de los demás, porque
él es el mentiroso que busca dividir a la Iglesia, alejar a los
hermanos y no hacer comunidad." (Angelus, 6 de septiembre de
2020).
La
comunicación es una misión importante para la Iglesia. Los
cristianos comprometidos en este campo están llamados a poner en
práctica de manera muy concreta la invitación del Señor a ir por
el mundo y proclamar el Evangelio (cf. Mc 16,15). Por motivo de su
alta conciencia profesional, el periodista cristiano debe ofrecer un
testimonio nuevo en el mundo de la comunicación sin ocultar la
verdad o manipular la información. Efectivamente, "en medio de
la confusión de las voces y de los mensajes que nos rodean,
necesitamos una narración humana, que nos hable de nosotros y de la
belleza que poseemos.. Una narración que sepa mirar al mundo y a los
acontecimientos con ternura; que cuente que somos parte de un tejido
vivo; que revele el entretejido de los hilos con los que estamos
unidos unos con otros. " (Mensaje para la 54ª Jornada de las
Comunicaciones Sociales, 24 de enero de 2020). Vosotros sois los
protagonistas de esta "narración".
El
profesional cristiano de la información debe ser, por lo tanto, un
portavoz de esperanza, un portador de confianza en el futuro. Porque
sólo cuando se concibe el futuro como una realidad positiva y
posible, el presente también se vuelve vivible. Estas reflexiones
también pueden ayudarnos, especialmente hoy, a alimentar la
esperanza en la situación de pandemia que está atravesando el
mundo. Sois sembradores de esta esperanza en un mañana mejor. En el
contexto de esta crisis, es importante que los medios de comunicación
contribuyan a que las personas no enfermen de soledad y puedan
recibir una palabra de consuelo.
Queridos
amigos, vuelvo a animaros por vuestros esfuerzo y doy gracias a Dios
por vuestro testimonio durante estos veinte años, que ha llevado
a la buena reputación que tiene vuestro semanario. Como subrayaba
San Juan Pablo II, "A vosotros, que trabajáis en el campo de la
cultura y de la comunicación, la Iglesia os mira con confianza y
esperanza porque [...] estáis llamados a leer e interpretar el
tiempo presente y a descubrir los caminos para una comunicación del
Evangelio según los lenguajes y la sensibilidad del hombre
contemporáneo." (Discurso a los participantes en el Congreso
nacional italiano para los agentes de la cultura y de la
comunicación, organizado por la C.E.I., 9 de noviembre de 2002).
Confío
a la protección de la Santísima Virgen vuestro trabajo al servicio
del encuentro entre el hombre y la sociedad. Que ella vuelva su
mirada hacia todos y cada uno de vosotros y os ayude a ser fieles
discípulos de su Hijo en vuestra profesión. Bendigo a todos los
colaboradores de "Tertio", a sus familiares, así como a los lectores
de la revista. Y os pido, por favor, que no os olvidéis de rezar por
mí. Gracias.