Publicamos a continuación el mensaje que el Santo Padre Francisco ha enviado a los participantes en el XX Encuentro Latinoamericano de Pastoral Juvenil en curso en Lima, Perú, en la Casa de Convivencia Juan Pablo II, del 18 al 23 noviembre 2019, dedicado al tema “Los jóvenes somos tierra sagrada, el ahora de Dios”:
Mensaje del Santo Padre
A Su Excelencia Reverendísima Monseñor Alfredo Vizcarra Mori, S.J.
Vicario Apostólico de Jaén y Presidente de la Comisión Episcopal para Laicos y Juventud
Vaticano, 4 de noviembre de 2019
Querido hermano:
Te saludo cordialmente como también a los organizadores y participantes en el XX Encuentro Latinoamericano de Responsables Nacionales de Pastoral Juvenil, que tiene lugar en la Casa de Convivencia Juan Pablo II, en Balneario de Santa Rosa, con el lema: «Los jóvenes somos tierra sagrada, el ahora de Dios».
Ustedes, al colaborar en el campo de la pastoral juvenil, prestan a la Iglesia un servicio que no se puede descuidar. Los jóvenes nos hablan y nos interpelan, nos hacen caer en la cuenta de las luces y sombras de nuestra comunidad, y con su entusiasmo nos animan a dar respuestas acordes a nuestro tiempo. Ellos son el terreno fértil y nuevo que Dios regala a las comunidades cristianas. A ustedes se les encomienda la tarea de acompañarlos con respeto y mansedumbre en el camino de su maduración personal, para que se afiancen en la fe y, con la gracia del Señor, den frutos de amor y esperanza.
En América, continente de la esperanza, como en todo el mundo, los jóvenes son el ahora de Dios, porque su Hijo Jesús, que es manifestación de su bondad, camina y permanece con ellos, y a través de Jesús, el Padre continúa hablándonos en el lenguaje de su amor, «que sabe más de levantadas que de caídas, de reconciliación que de prohibición, de dar nueva oportunidad que de condenar, de futuro que de pasado» (Ceremonia de acogida y apertura de la JMJ, Panamá 24 enero 2019). Los animo a profundizar cada vez más en el conocimiento de la persona de Jesús, para que viviendo en la intimidad de su corazón, puedan transformarse en discípulos misioneros y testigos de su ternura, y otros jóvenes puedan acercarse a Él, el eternamente joven, experimentar la alegría de su amistad y llevar una existencia fundada en la fraternidad y la solidaridad cristianas.
Con estos sentimientos, pido al Señor, por intercesión de Nuestra Señora de Guadalupe, Patrona de América, que sostenga con su gracia a los pastores, a los responsables de la pastoral juvenil y a todos los jóvenes de Latinoamérica, fortaleciéndolos en el amor recíproco y acompañándolos en su vida cotidiana.
Que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los ampare en sus propósitos de bien. Y, por favor, no se olviden de rezar por mí.
Fraternalmente,
FRANCISCO