Publicamos a continuación el discurso que el Cardenal Secretario de Estado Pietro Parolin, Jefe de la Delegación de la Santa Sede, pronunció el pasado 26 de septiembre en Nueva York, en el 74º período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en el contexto de la Reunión Ministerial sobre la República Centroafricana:
Discurso del Secretario de Estado
Sr. Presidente,
Durante la Reunión Ministerial de Alto Nivel del año pasado (27 de septiembre de 2018), se expresó preocupación por la precaria situación humanitaria en todo el país. Últimamente, hemos sido testigos de signos concretos de esperanza y de algunos pasos positivos. Desde la firma en Bangui, el pasado mes de febrero, del tan esperado Acuerdo Político para la Paz y la Reconciliación en la República Centroafricana entre el Gobierno y 14 grupos armados, los niveles de violencia han disminuido considerablemente. Hay que reiterar que la compleja crisis de la República Centroafricana no puede resolverse ni se resolverá recurriendo a la violencia.
Ahora que el nuevo código electoral ha sido validado en vista de las elecciones de 2020/2021, es imperativo que tanto el período de campaña como el regreso a las urnas previsto para finales de diciembre de 2020 se aprovechen como una nueva oportunidad para situar al país en el camino hacia una paz y una estabilidad duraderas. La comunidad internacional está llamada a ayudar a la República Centroafricana a garantizar elecciones seguras, libres, justas y democráticas.
En este contexto, es fundamental garantizar la plena protección de la población civil y de los agentes humanitarios de conformidad con los principios del derecho internacional humanitario. Los grupos armados se han comprometido específicamente a respetar estos principios al firmar el Acuerdo. Aunque el país se está acercando a la estabilización, existe el peligro de que se pasen por alto las necesidades humanitarias. Un indicador de ello es el hecho de que el Plan de Respuesta Humanitaria para 2019 está financiado en menos del 50%.
En particular, no podemos minimizar la repercusión que el conflicto ha tenido en los niños de un país en el que, hasta la fecha, tres millones de personas, -aproximadamente dos tercios de la población-, necesitan asistencia humanitaria, más de la mitad de las cuales son niños. A este respecto, quisiera señalar la contribución de la Santa Sede para sostener la rehabilitación general del único hospital infantil del país, la construcción de un centro especializado en nutrición terapéutica y la formación continua de profesionales médicos pediátricos, a fin de garantizar que el Complejo Pediátrico de Bangui pueda ofrecer un servicio de alta calidad durante muchos años. El Papa Francisco se hizo portavoz de estas iniciativas tras su visita a Bangui en 2015.
Sr. Presidente,
La República Centroafricana es un país con un notable potencial no sólo desde el punto de vista de los recursos naturales, sino sobre todo por su población joven y dinámica. Es hora de que salga de la pobreza y el conflicto y de que sus ciudadanos avancen irreversiblemente por el camino del desarrollo integral. Si bien esta responsabilidad recae principalmente en los dirigentes del país, incumbe a la comunidad internacional ayudarlos a hacerla realidad.