“La presencia de Dios no se percibe con los oídos, sino con la fe”, ha dicho el Papa Francisco recibiendo esta mañana en la Sala del Consistorio a los miembros de la Federación Italiana de Asociaciones de Sordos, invitándoles a reavivar su fe para sentir cada vez más la cercanía de Dios cuya voz “resuena en el corazón de cada uno, y para que todos pueden escucharla”. “Así –explicó- podréis ayudar a los que no "escuchan" la voz de Dios a estar más atentos a ella” dando una contribución significativa a la vitalidad de la Iglesia.
Desde hace algunos años la Federación ha incorporado otras asociaciones que combaten la cultura del descarte para favorecer la inclusión social en todos los entornos. Una tarea necesaria, como observó el Pontífice, para garantizar una mejor calidad de vida a las personas sordas y la superación de esta discapacidad valorando todas sus dimensiones, incluida la espiritual, en una visión integral del ser humano.
“Las personas sordas experimentan inevitablemente una condición de fragilidad –dijo el Santo Padre- Y esto es parte de la vida y puede ser aceptado positivamente. Sin embargo, lo que no está bien es que, como muchas otras personas con diferentes capacidades y como sus familias, a menudo experimenten situaciones de prejuicio, a veces incluso en las comunidades cristianas… Las ciudades, los pueblos y las parroquias, con sus respectivos servicios, están llamados cada vez más a superar las barreras que no nos permiten captar el potencial de vuestra presencia activa, yendo más allá de vuestro déficit. Vosotros, en cambio, nos enseñáis que solamente habitando el límite y la fragilidad se puede ser constructores, junto con los líderes y todos los miembros de la comunidad civil y eclesial, de la cultura del encuentro, en oposición a la indiferencia generalizada”
“Más que nunca en el contexto cultural y social de hoy, también vosotros, sordos, sois un don en la Iglesia”, subrayó el Papa citando su exhortación apostólica Evangelii Gaudium donde se lee: " En virtud del Bautismo recibido, cada miembro del Pueblo de Dios se ha convertido en discípulo misionero Cada uno de los bautizados, cualquiera que sea su función en la Iglesia y el grado de ilustración de su fe, es un agente evangelizador”. Por lo tanto, también la presencia de personas sordas entre los trabajadores pastorales, formados naturalmente de acuerdo con sus inclinaciones y capacidades, puede representar realmente un recurso y una oportunidad para la evangelización.
El Papa recordó también a las muchas personas sordas en todo el mundo, especialmente a los que viven en condiciones de marginación y miseria. “Rezo por ellos –terminó- Y rezo por vosotros para que podáis dar vuestra contribución peculiar a la sociedad, siendo capaces de una mirada profética, capaces de acompañar los procesos de compartición y de inclusión, capaces de cooperar en la revolución de la ternura y la proximidad. También la Iglesia necesita vuestra presencia para ayudar a construir comunidades que sean acogedoras y abiertas a todos, comenzando por los últimos”.