El Papa ha recibido esta mañana en audiencia a los alumnos de la Escuela Ennio QuirinoVisconti, que prosigue la historia del célebre Colegio Romano y cuya sede se encuentra en el edificio deseado por San Ignacio de Loyola e inaugurado por el Papa Gregorio XIII en 1583. A lo largo de su historia han estudiado allí, entre otros, Eugenio Pacelli, -el futuro Papa Pío XII- y el Nobel de Economía Franco Modigliani y entre sus profesores se cuentan los Padres Clavio, Kircher y Secchi. Uno de sus alumnos más famosos es Matteo Ricci, el jesuita que como recordó el Santo Padre fue “uno de los primeros en establecer un puente de amistad entre China y Occidente, llevando a cabo un modelo todavía válido de inculturación del mensaje cristiano en el mundo chino”.
En el edificio de la escuela se encuentra, además, la monumental Iglesia de San Ignacio, donde reposan los restos de San Luis Gonzaga, de quien se celebra el Año Jubilar por el 450 aniversario de su nacimiento; motivo por el cual el Santo Padre ha encontrado a los alumnos y profesores del Visconti.
“La escuela – ha dicho el Papa- como tal es un bien de todos y debe seguir siendo una fragua en la que se educa a la inclusión, al respeto por la diferencia, a la colaboración (…) Por favor, no tengáis miedo de las diferencias. El diálogo entre culturas diferentes, entre las personas diferentes enriquece a un país, enriquece a la patria y nos hace avanzar en el respeto recíproco, nos hace ir adelante mirando hacia una tierra para todos, no solamente para algunos. Es un laboratorio que anticipa lo que la comunidad debería ser en el futuro. Y aquí es donde la experiencia religiosa juega un papel importante, en el que todo lo que es auténticamente humano entra. La Iglesia está comprometida, en el surco del Concilio Vaticano II, a promover el valor universal de la fraternidad que se basa en la libertad, en la búsqueda honesta de la verdad, en la promoción de la justicia y la solidaridad, especialmente hacia las personas más débiles. Cuando no hay libertad no hay educación, no hay futuro. Cuando no hay una búsqueda honesta de la verdad, sino una verdad impuesta que te quita la capacidad de buscar la verdad, no hay futuro: te anula como persona. Y cuando no hay promoción de la justicia, ciertamente se acaba en un país egoísta y pusilánime que solo funciona para unos pocos. Sin la atención y la búsqueda de estos valores no puede haber una verdadera coexistencia pacífica Cuando hay injusticias, empiezan a crecer el odio, el enfrentamiento y se termina… como todos sabemos(…)
Después, refiriéndose a San Luis Gonzaga, santo patrono de la juventud, y también alumno de la misma escuela, el Santo Padre ha destacado tres aspectos de su biografía. En primer lugar la capacidad de “ tomar decisiones importantes para su vida, sin dejarse llevar por el afán de carrera y el dios dinero. ¡Hay una gran necesidad de jóvenes que sepan actuar así –exclamó- , anteponiendo el bien común a los intereses personales! Para lograrlo es necesario cuidar la propia interioridad, a través del estudio, la investigación, el diálogo educativo, la oración y la escucha de la conciencia; y todo esto presupone la capacidad de forjar espacios de silencio… Es válido para todos, para los que creen y para los que no creen. Solo en el silencio interior se puede captar y distinguir la voz de la conciencia de las voces del egoísmo y el hedonismo”.
"Liberaos de la adicción al móvil, por favor – advirtió- Seguramente habéis oído hablar del drama de las adicciones….Esta es muy sutil… El teléfono móvil es una gran ayuda, es un gran progreso; hay que usarlo, es bueno que todos sepan cómo usarlo. Pero cuando te conviertes en un esclavo del teléfono, pierdes tu libertad. El teléfono móvil es para la comunicación: es muy bueno comunicar entre nosotros. Pero tened cuidado porque existe el peligro de que, cuando el teléfono móvil es una droga la comunicación se reduzca a simples "contactos". ¡Pero la vida no es "contactar", es comunicarse!
Otra nota distintiva de San Luis,explicó, era su “capacidad de amar con un corazón puro y libre. Solo aquellos que aman llegan a conocer a Dios. En la vida afectiva, dos dimensiones son esenciales: el pudor y la fidelidad. El sentido del pudor se refiere a una conciencia vigilante que defiende la dignidad de la persona y el amor auténtico, precisamente para no trivializar el lenguaje corporal. La fidelidad, junto con el respeto por el otro, es una dimensión esencial de toda relación de amor verdadera, porque no se puede jugar con los sentimientos. Pero amar –subrayó el Pontífice- no es solo una expresión del vínculo afectivo de una pareja o una amistad fuerte, hermosa y fraterna. Una forma concreta de amor también está dada por el compromiso de solidaridad con los demás, especialmente con los más pobres….También en esto San Luis es un modelo, porque murió consumiéndose al servicio de los enfermos de peste es decir, de personas que estaban al margen de la sociedad y rechazadas por todos”.
El Papa dio las gracias a los alumnos del Visconti por la labor de voluntariado “una señal de esperanza” y “una de las cosas mejores y más hermosas de Italia” que desempeñan cada sábado sirviendo en el comedor de la escuela a los pobres y marginados exhortándoles a “dejarse vencer en generosidad” y a no “cesar de soñar en cosas grandes y querer un mundo mejor para todos .No os conforméis con la mediocridad en las relaciones entre vosotros en el cuidado de la interioridad, en la planificación de vuestro futuro, en vuestro compromiso con un mundo más justo y hermoso”.
Por último el Santo Padre, que improvisó buena parte de su discurso , antes de dar la bendición habló del dolor que le causaba el acoso escolar o bullying e invitó a los presentes a “luchar contra esa agresividad que es verdaderamente una semilla de guerra”.