El Papa Francisco, en el ámbito de los Viernes de la Misericordia, la actividad pastoral comenzada durante el Jubileo de la Misericordia ha visitado esta tarde, acompañado de S.E. Mons. Rino Fisichella, Presidente del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización el Villaggio Emanuele, una institución destinada a personas con Alzheimer.
El “villaggio” (pueblo en italiano) está realmente organizado como un pueblo y sus habitantes pueden vivir en condiciones normales, prosiguiendo muchos aspectos de su vida diaria, necesarios para aquellos que viven esta patología difícil, creando y manteniendo así un puente de comunicación con el exterior. El pueblo, -que lleva el nombre de su fundador, el profesor Emanuele F.M. Emanuele, presidente honorario de la Fundación Roma, un innovador en la atención domiciliaria de las personas con Alzheimer- es único en Italia y obedece a la constatación de que esa enfermedad, también debido al aumento de la expectativa de vida, se ha convertido en una prioridad social y necesita, por lo tanto, un modelo de asistencia que garantice una vida lo más normal y respetuosa posible.
El Villaggio Emanuele está formado por 14 casas, cada una de las cuales con capacidad para seis personas. También hay un mini supermercado, bar, restaurante y salón de belleza. Los residentes pueden comprar en el supermercado, ayudar en la cocina, ocuparse de las tareas cotidianas conservando así el sentido de la realidad y su identidad propia. Cada apartamento está amueblado de la forma más parecida al domicilio en que vivía el residente y no hay una “jornada típica”, ya que cada persona puede decidir cómo quiere pasar su día. En la estructura hay médicos, psicólogos, fisioterapeutas y diverso personal sanitario y la asistencia es completamente gratuita.
La llegada inesperada del Papa en coche al patio del pueblo, fue motivo de sorpresa y alegría para los residentes, con los que el Santo Padre, -acompañado por el profesor honorario de la Fundación Roma, Emanuel, y por el presidente actualFranco Parasassi- departió y a algunos de los cuales visitó en sus habitaciones.
Con esta visita el Papa ha querido evidenciar el interés por la condición de exclusión social y de soledad que una enfermedad como el Alzheimer puede generar en las personas que la padecen así como de desorientación, malestar y sufrimiento en sus familiares.