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Audiencia a una delegación de periodistas católicos y evangélicos de la República Federal de Alemania, 04.04.2019

El Santo Padre ha recibido esta mañana en la Sala de los Papas del  Palacio Apostólico Vaticanoa una delegación de periodistas católicos y evangélicos de la República Federal de Alemania y les ha dirigido el discurso que reproducimos a continuación.

Discurso del Santo Padre

Señoras y señores,

Me complace saludar a vuestra delegación, compuesta por representantes de la Conferencia Episcopal Alemana, de la Iglesia Evangélica en Alemania y de los medios de comunicación de derecho público en Alemania. Doy las gracias al cardenal Marx por las palabras que me ha dirigido también en nombre del Sr. Landesbischof Heinrich Bedford-Strom.

Vuestro encuentro es una expresión del diálogo vivo entre las Iglesias y la radiotelevisión pública en Alemania. El coloquio genera entendimiento, abre horizontes, y reencontrarse crea el espacio para un intercambio libre y abierto de información, opiniones y análisis. Esto redunda en beneficio de los hombres y mujeres de vuestro país. Os aliento en vuestro compromiso a garantizar que haya hechos en lugar de fake news, objetividad en lugar de habladurías, afán  de precisión en lugar de títulos aproximados.

Desde hace tiempo somos testigos de una preocupante evolución en el mundo: la contestación del derecho a la vida, el avance de la eutanasia, la negación de la igualdad social, la falta de integración, la violación de la dignidad humana y de la libertad de conciencia. En este contexto, compete a los medios de comunicación públicos la responsabilidad de asumir decididamente posición por el bien precioso de la libertad humana. Y las Iglesias os sostienen en este servicio, ya que se les confío la misión de Cristo, que vino entre los hombres "para que tengan vida y la tengan en abundancia" (Jn 10, 10).

Os agradezco a todos  vuestro trabajo. Como periodistas, colocáis  a las personas en el centro de vuestra atención, con la intención de dar vuestra aportación para que sus vidas sean y sigan siendo dignas de ser vividas. Espero que en vuestros programas  nunca falten las cosas buenas, las muchas buenas noticias que vale la pena contar y que dan esperanza. ¡Qué el Señor os acompañe con su bendición, con su cercanía en vuestra actividad! Y por favor no os olvidéis de rezar por mí. Danke.