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Llamamiento por la Colecta de los Cristianos en Tierra Santa, 28.03.2019

Sigue la carta de S.E. el cardenal Leonardo Sandri, Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales acerca de la Colecta “pro Terra Sancta”, fuente principal de sustento de la vida que se desarrolla alrededor de los Santos Lugares y una breve nota sobre los datos de la misma en 2018.

Carta del Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales

Colecta para la Tierra Santa 2019                         6 de Marzo de 2019, Miércoles de Ceniza
  

Comunión y solidaridad con la Iglesia de Jerusalén

 

Excelencia Reverendísima:

El camino cuaresmal nos invita a todos nosotros a volver a los lugares y acontecimientos que han cambiado el curso de la historia de la humanidad y la existencia personal de cada uno de nosotros: son los lugares y los acontecimientos que nos transmiten la memoria viva de todo aquello que el Hijo de Dios encarnado ha dicho, realizado y sufrido por nuestra redención.

Centro de todo el año litúrgico es la Semana Santa que inicia en Betfagé, con la entrada de Jesús en Jerusalén. Le seguimos hasta Betania y asistimos a la unción con el perfume de nardo, profecía de su pasión, muerte y resurrección. En el Cenáculo Él se ofrece a sí mismo por nosotros, en el pan y en el vino, y nos lava los pies, enseñándonos con este humilde servicio el mandamiento nuevo del amor. Vivimos en Getsemaní su arresto y le seguimos de lejos con toda nuestra fragilidad, como Pedro, que le reniega. A los pies de la Cruz, con María y el discípulo amado presenciamos su muerte, contemplando su costado traspasado. Colocado, en fin, en el sepulcro -al que acude María Magdalena en la mañana de la Pascua resucita, y con su luz acaricia nuestros ojos y nuestros corazones, invitándonos a mirar adentro de la historia del mundo y de la historia personal de cada uno de nosotros.

Reviviendo los misterios de nuestra salvación, pensamos con mayor intensidad en los hermanos y hermanas que viven y testimonian la fe en Cristo, muerto y resucitado en Tierra Santa, expresándoles también nuestra solidaridad en la caridad. En su primera Audiencia general, el 27 de marzo de 2013, el Papa Francisco recordó a los peregrinos: vivir la Semana Santa siguiendo a Jesús quiere decir aprender a salir de nosotros mismos (...) para ir al encuentro de los demás, para ir hacia las periferias de la existencia, movernos nosotros en primer lugar hacia nuestros hermanos y nuestras hermanas.

Este año, con la ocasión de la Colecta para la Tierra Santa, junto a la invitación del Papa Francisco deseamos escuchar también a San Pablo VI, que quiso ir a Tierra Santa a inicios de enero de 1964, primer Sucesor del Apóstol Pedro que ha realizado esta peregrinación. En la Exhortación Apostólica Nobis in animo, con la que en 1974 instituyó la Colecta, afirma: La Iglesia de Jerusalén (...) ocupa un lugar de predilección en la solicitud de la Santa Sede y en las preocupaciones de todo el mundo cristiano, mientras el interés por los Santos Lugares y en particular por la ciudad de Jerusalén aparece incluso en las más altas asambleas de las Naciones y en las mayores Organizaciones internacionales (...). Tal atención hoy es requerida principalmente por los graves problemas de orden religioso, político y social allí existentes (...).

Todavía hoy el Medio Oriente asiste a un proceso que ha herido las relaciones entre los pueblos de la región, creando una tal situación de injusticia que esperar la paz resulta casi temerario. En Bari, el pasado 7 de julio, al inicio de la oración del Santo Padre con los Jefes de las Iglesias Orientales del Medio Oriente, resonaron estas palabras: Pero sobre esta espléndida región se ha ido concentrando, especialmente en los últimos años, una densa nube de tinieblas: guerra, violencia y destrucción, ocupaciones y diversas formas de fundamentalismo, migraciones forzosas y abandono, y todo esto en medio del silencio de tantos y la complicidad de muchos. Oriente Medio se ha vuelto una tierra de gente que deja la propia tierra. Y existe el riesgo de que se extinga la presencia de nuestros hermanos y hermanas en la fe, desfigurando el mismo rostro de la región, porque un Oriente Medio sin cristianos no sería Oriente Medio.

La Iglesia, como recuerda Pablo VI en la Nobis in animo, desde mucho tiempo atrás, no se ha quedado inoperante: Desde la segunda mitad del siglo pasado hubo un importante aumento de obras pastorales, sociales, caritativas, culturales, en beneficio de la población local sin distinciones y de las comunidades eclesiales en Tierra Santa (...). Para que la comunidad cristiana que vive en Palestina, bimilenaria por su origen y por su permanencia, pueda sobrevivir y, aún más, consolidar la propia presencia de manera activa y obrar al servicio de las otras comunidades con las que debe convivir, es necesario que los cristianos de todo el mundo se muestren generosos, haciendo llegar a la Iglesia de Jerusalén la caridad de sus oraciones, el calor de su ánimo favorable y el signo tangible de su solidaridad.

En el último periodo, asistimos con esperanza a una cierta recuperación del flujo de las peregrinaciones, tocando con la mano el gozo de la fe de tantos fieles que llegan a Tierra Santa, cada vez más numerosos, desde China, India, Indonesia, Filipinas y Sri Lanka: cómo no pensar en el cumplimiento de la profecía evangélica: vendrán de oriente y de occidente, del septentrión y del mediodía, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios? Esa vitalidad apostólica es un signo grande para las comunidades locales, y un estímulo para las de Occidente, a veces tentadas por el desaliento y la resignación en el vivir y testimoniar la fe en lo cotidiano.

            A usted, a los sacerdotes, a los religiosos y a los demás fieles que colaboran con empeño en favor del buen resultado de la Colecta, con fidelidad a una obra que la Iglesia pide que sea cumplida por todos sus hijos, según los modos habituales, tengo la alegría de transmitirles el vivo agradecimiento del Santo Padre Francisco. Y, mientras invoco abundantes bendiciones divinas sobre esa Diócesis, expreso mi más fraterno saludo en el Señor Jesús.

 

Suyo devotísimo

Leonardo Card. Sandri
Prefecto

+ Cyril Vasil', S.I.
Arzobispo Secretario

Colecta “pro Terra Santa”

La "Colecta para Tierra Santa" nace de la voluntad de los Papas de mantener un fuerte vínculo entre todos los cristianos del mundo y los Santos Lugares. Se hace tradicionalmente el Viernes Santo y es la fuente principal para el sustento de la vida en esa región.  A través de la misma la Custodia de Tierra Santa puede cumplir su misión de  preservar los Santos Lugares (piedras de la memoria) y de fomentar la presencia cristiana, ( piedras vivas de Tierra Santa) a través de numerosas actividades de solidaridad como el mantenimiento de estructuras  pastorales, educativas, asistenciales, sanitarias y sociales.

Los territorios que se benefician de la Colecta son: Jerusalén, Palestina, Israel, Jordania, Chipre, Siria, Líbano, Egipto, Etiopía, Eritrea, Turquía, Irán e Irak.

La Custodia de Tierra Santa recibe la mayor parte de la Colecta y el resto está destinado por la Congregación para las Iglesias Orientales a la  formación de candidatos al sacerdocio, sustento del clero, actividad escolar, formación cultural y subvenciones a las diversas circunscripciones eclesiásticas en el Medio Oriente.

La recaudación total de la  Colecta para Tierra Santa en 2018 fue de  8.633.099.88 euros,  de  los cuales 3.845. 94.93 se destinaron a la formación académica, espiritual y humana de los seminaristas y sacerdotes y cuando fue posible de los laicos,  bajo la jurisdicción de la Congregación para las Iglesia Orientales (ayuda a seminarios, lugares de formación religiosa e instituciones culturales en los territorios de competencia y también en Roma. Las ayudas comprenden becas, tasas universitarias, gastos sanitarios etc…  de las que se benefician más de 300 estudiantes. La Congregación para las Iglesias Orientales contribuye también al sustento del Pontificio Instituto Oriental, una institución académica de enseñanza superior).

Por cuanto respecta a las subvenciones escolares, la Congregación para las Iglesias Orientales ha decidido este año aumentar la cantidad destinada a la escolarización debido a la llegada a Tierra Santa de miles de niños y niñas procedentes de Siria e Irak. Se financia también la Bethlehem University en la que alrededor de 3.300 jóvenes, en su mayor parte palestinos musulmanes reciben formación humana e intelectual de cara a la construcción de un país donde reinen el respeto mutuo y la dignidad humana. El total de la suma destinado a las subvenciones en este sector es de 3.267.000.00 dólares.

La Congregación contribuye también mediante la  Colecta al sustento de las Iglesias colocadas bajo su jurisdicción : Jerusalén, Jordania, Irak, Líbano, Turquía, Irán, Egipto, Etiopía y Eritrea con una cantidad  de 1.573.500 dólares a la que se suman 15.145 euros.

También hay subvenciones extraordinarias y  de emergencia. El regreso a sus países de los refugiados y desplazados de Irak y Siria que residían en Líbano sigue siendo un tema candente. La Congregación presta una atención especial a las necesidades de estas personas para asegurarles unas condiciones de vida dignasa la vuelta a sus hogares . La suma destinada a este capítulo es 412.500.00 dólares.

En conclusión la Congregación subraya que de los datos se desprende que los gastos son superiores a la recaudación de la Colecta y llama a “una mayor cooperación y a un compromiso generoso de los cristianas de todo el mundo con sus hermanos y hermanas de Tierra Santa”.