El documento "Fraternidad humana por la paz mundial y la convivencia común", firmado por el Papa y el Gran Imán de Al-Azhar, representa un paso de gran importancia en el diálogo entre cristianos y musulmanes y un poderoso signo de paz y esperanza para el futuro de la humanidad.
El Documento es un llamamiento acuciante para responder con el bien al mal, para fortalecer el diálogo interreligioso y promover el respeto mutuo, para bloquear el camino a aquellos que soplan sobre el fuego del choque de civilizaciones.
En Abu Dabi, Francisco y Al-Tayyib han indicado juntos un camino de paz y reconciliación que pueden recorrer todos los hombres de buena voluntad, no solo los cristianos y los musulmanes.
El Documento es valiente y profético porque enfrenta, llamándolos por nombre, los temas más urgentes de nuestro tiempo sobre los cuales los que creen en Dios están llamados a interpelar sus conciencias y a asumir con confianza y decisión su responsabilidad de dar vida a un mundo más justo y solidario.
Con palabras inequívocas, el Papa y el Gran Imán advierten de que nadie está autorizado a instrumentalizar el nombre de Dios para justificar la guerra, el terrorismo y cualquier otra forma de violencia. Y reafirman que la vida debe salvaguardarse siempre, al igual que los derechos de las mujeres deben ser plenamente reconocidos, rechazando cualquier práctica discriminatoria contra ellas.
Frente a una humanidad herida por tantas divisiones y fanatismos ideológicos, el Pontífice y el Gran Imán de Al-Azhar muestran que promover la cultura del encuentro no es una utopía, sino la condición necesaria para vivir en paz y dejar a las generaciones futuras un mundo mejor que aquel en que vivimos.