A las 12.10, en la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico, el Santo Padre Francisco ha recibido en audiencia a una representación de la Acción Católica Italiana (ACR) para los saludos de Navidad.
A continuación publicamos el discurso que el Papa ha dirigido a los presentes en la audiencia.
Discurso del Santo Padre
Queridos chicos y chicas de ACR,
Es siempre un placer encontraros cuando se acerca Navidad.- para escuchar, “¡uno, dos, tres!- Os saludo con afecto. También saludo a quienes os acompañan: el Presidente Nacional de Acción Católica Italiana, el Dr. Matteo Truffelli, el Asistente General, Mons. Gualtiero Sigismondi, vuestros educadores y todos aquellos que colaboran a nivel nacional. Es un don de Dios, por el que siempre tenemos que estar agradecidos, el hecho de tener adultos, sacerdotes y laicos, que se ocupan con tanto amor de vuestra formación humana y cristiana. ¡Así que tenéis que rezar por ellos, para que tengan sabiduría y paciencia para cumplir bien este servicio!
Sé que este año vuestro itinerario de formación se centra en el tema del encuentro entre Jesús y las dos hermanas Marta y María de Betania, como lo narra el evangelista Lucas. A partir de este episodio, vosotros y los demás jóvenes de todas las diócesis italianas estáis redescubriendo la llamada a ser amigos de Jesús, a conocerlo cada vez mejor y a encontrarlo todos los días en la oración, para ser misioneros suyos. Se trata de transmitir un hermoso anuncio, un mensaje de salvación a vuestros coetáneos y también a los adultos. ¿Y cuál es este mensaje? Que todos somos amados por el Señor: esta es la verdadera y grande, buena noticia que Dios ha dado al mundo con la venida de su Hijo Jesús entre nosotros. Todos nosotros somos amados por el Señor. ¡Nos ama! Todo juntos y uno por uno. ¡Qué hermoso es!
Me alegra que, junto con el itinerario formativo, tengáis siempre un gesto, una iniciativa de caridad. Este año está destinada a apoyar el derecho a la alimentación y la dignidad de quienes trabajan la tierra. Aprecio mucho esta decisión y la aliento.
Y, luego, os agradezco vuestro donativo que irá a la Limosnería Apostólica, algo muy útil, es decir, productos que se utilizarán para la higiene personal de muchas personas pobres. ¡Gracias por pensar en ello!
Queridos jóvenes, en Navidad, una vez más, Jesús quiere nacer en vosotros, en vuestro corazón, para daros la alegría verdadera que nadie os puede quitar. Y vosotros, ofreced esta alegría a los otros jóvenes que viven situaciones de sufrimiento, momentos de dificultad, especialmente a aquellos que veis más solos y tal vez maltratados. Sed con todos generosos "canales" de bondad y acogida, para construir un mundo más fraternal, más solidario, más cristiano.
Os deseo una feliz y santa Navidad a vosotros, a vuestras familias y a toda la Acción Católica. Os bendigo de todo corazón y os pido, por favor, que recéis por mí ¡Por favor, no os olvidéis!.¡Gracias!