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Comunicado de la Oficina de Prensa de la Santa Sede: el Papa Francisco, en el marco de los "Viernes de la Misericordia", visita la "Casamica Onlus" y la comunidad terapéutica "Il Ponte e l'Albero" en la periferia sur de Roma, 07.12.2018

Hoy el Santo Padre ha reanudado el compromiso pastoral de los Viernes de la Misericordia. A las 15.30, salió de la Casa Santa Marta para una de sus visitas sorpresa acompañado por S.E. Mons. Rino Fisichella, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización. Esta vez, el Papa Francisco visitó dos lugares  de los suburbios del sur de Roma. El primero fue en la zona de Trigoria, la CasAmica Onlus, una estructura que alberga enfermos que deben recibir tratamiento hospitalario continuo, acompañados por sus familias. Son personas con dificultades económicas muy serias, que no cuentan con recursos suficientes para el sustento diario. Los huéspedes de la estructura son en su mayoría italianos y llegan desde las regiones del Sur, obligados a trasladarse a los grandes centros de salud de Roma para recibir tratamiento. También hay algunas familias del norte de África y Europa del Este. Los hospitales que asisten a los huéspedes de la asociación que padecen patologías muy graves, como tumores o leucemia, son el Campus Biomédico, el Instituto Nacional de Tumores Reina Elena y el Hospital Pediátrico Bambino Gesù. El ​​servicio ofrecido en estos centros resalta el fenómeno de las "migraciones de salud", que conllevan una carga de penurias y pobreza.

El Papa llamó a la puerta y fue recibido por el personal de servicio que se sorprendió por la inesperada visita. A su llegada, algunos invitados estaban en la cocina grande y algunos niños en la sala de juegos. El Santo Padre se detuvo para jugar y bromear con ellos, luego intercambió palabras de consuelo con los padres que lo recibieron con gran afecto, escuchando atentamente su sufrimiento. Sucesivamente el Papa Francisco, acompañado por el presidente de la asociación CasAmica Onlus,  la doctora  Lucia Cagnacci Vedani, escuchó la historia de Achille y Andrei, dos niños de 13 y 11 años que padecen una grave enfermedad oncológica, huéspedes de la estructura junto con su los padres; la de Sandra y Plamen de Bulgaria y Arwa de Marruecos, niños de 3 a 5 años con enfermedades hematológicas; y por último la del Sr. Orazio de Montalto di Castro, el Sr. Giuseppe de Cosenza y la Sra. Giosina de Acireale, acompañados por sus respectivos cónyuges, también afectados por enfermedades oncológicas graves.

Antes de saludarlos, el Santo Padre dejó un pergamino para recordar la reunión y dio algunos regalos para las familias.

Posteriormente, el Papa fue a la comunidad terapéutica de rehabilitación Il Ponte e l'Albero ubicada en uno de los "puentes" del barrio Laurentino 38, una zona muy difícil en la periferia sur de Roma. Los huéspedes de la estructura son doce jóvenes con problemas mentales, que han vivido condiciones familiares que no han hecho posibles mejoras en su situación.

El Papa a pie, después de haber subido dos escalones del "puente", llegó donde estaban los muchachos  sorprendiéndolos en medio de una de sus actividades. Con esta visita, el Papa Francisco cumplió el deseo de estos jóvenes, que hace meses le habían escrito una carta en la que le contaban sus dificultades diarias derivadas del malestar  mental, así como su voluntad y sus esfuerzos de continuar el proceso de cura  junto con  los médicos y operadores y manifestaban su deseo de que les visitase.

El Santo Padre se sentó con ellos, los escuchó y los animó, respondiendo sus preguntas. Mientras tanto, se acercaron a la comunidad  algunos padres que abrazaron al Papa con gran emoción, agradeciéndole este gesto de cercanía.

El Papa Francisco escuchó al Dr. Paolo Stievano, dirigente psicólogo de la estructura, que le explicó el gran malestar de estos muchachos y cómo la estructura sanitaria del Departamento de Salud Mental de la ASL Roma 2 logra ayudarlos así como a sus familias.

El Papa dejó como regalo un gran dulce,  “panettone”, de 10 kg para las próximas fiestas navideñas.

Al final de la visita, el Santo Padre regresó al Vaticano.