Después de la publicación de las acusaciones sobre la conducta del arzobispo Theodore Edgar McCarrick, el Santo Padre Francisco, consciente y preocupado por la confusión que están causando en la conciencia de los fieles, ha dispuesto que se comunique lo siguiente:
En septiembre de 2017, la archidiócesis de Nueva York informó a la Santa Sede de que un hombre acusaba al entonces cardenal McCarrick de haber abusado de él en los años Setenta. El Santo Padre dispuso una investigación preliminar exhaustiva, que fue realizada por la archidiócesis de Nueva York y al final de la cual se envió la documentación relativa a la Congregación para la Doctrina de la Fe. Mientras tanto, ya que durante la investigación surgieron pruebas graves, el Santo Padre aceptó la dimisión del arzobispo McCarrick del Colegio de Cardenales, ordenándole la prohibición del ejercicio del ministerio público y la obligación de llevar una vida de oración y de la penitencia.
La Santa Sede no dejará, a su debido tiempo, de dar a conocer las conclusiones del caso que involucra al arzobispo McCarrick. También en referencia a otras acusaciones formuladas contra el eclesiástico, el Santo Padre ha dispuesto que se integre la información recopilada durante la investigación previa con un detallado estudio de toda la documentación presente en los archivos de los Dicasterios y Oficinas de la Santa Sede en relación con el entonces cardenal McCarrick, para verificar todos los hechos relevantes, ubicarlos en su contexto histórico y evaluarlos objetivamente.
La Santa Sede es consciente de que del examen de los hechos y circunstancias podrían surgir decisiones que no serían coherentes con el enfoque actual de estos temas. Sin embargo, como dijo el Papa Francisco, "seguiremos el camino de la verdad, dondequiera que nos pueda llevar "(Filadelfia, 27 de septiembre de 2015). Tanto los abusos como su cobertura ya no pueden ser tolerados y un tratamiento diferente para los obispos que los han cometido o encubierto representa de hecho una forma de clericalismo que jamás será aceptable.
El Santo Padre Francisco renueva la urgente invitación de aunar fuerzas para combatir la grave plaga de los abusos dentro y fuera de la Iglesia y para evitar que vuelvan a perpetrarse crímenes como esos crímenes contra los más inocentes y vulnerables de la sociedad. El Papa, como se ha anunciado, ha convocado a los Presidentes de las Conferencias Episcopales de todo el mundo para el próximo mes de febrero, mientras siguen resonando las palabras de su reciente Carta al Pueblo de Dios "La única manera que tenemos para responder a este mal que viene cobrando tantas vidas es vivirlo como una tarea que nos involucra y compete a todos como Pueblo de Dios. Esta conciencia de sentirnos parte de un pueblo y de una historia común hará posible que reconozcamos nuestros pecados y errores del pasado con una apertura penitencial capaz de dejarse renovar desde dentro. (20 de agosto de 2018).