La audiencia general de esta mañana ha tenido lugar a las 9:25 en la Plaza de San Pedro donde el Santo Padre Francisco ha encontrado grupos de peregrinos y fieles de Italia y de todo el mundo.
El Santo Padre, ha dedicado la catequesis al Bautismo: “La fuerza de vencer el mal”.
Tras resumir su discurso en diversas lenguas, el Santo Padre ha saludado en particular a los grupos de fieles presentes procedentes de todo el mundo. Después ha lanzado un llamamiento por el Summit Intercoreano.La audiencia general ha terminado con el canto del Pater Noster y la bendición apostólica.
Catequesis del Santo Padre
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Continuamos nuestra reflexión sobre el Bautismo, siempre a la luz de la Palabra de Dios.
El Evangelio es el que ilumina a los candidatos y suscita la adhesión a la fe : En efecto, el Bautismo es de un modo particular "el sacramento de la fe" por ser la entrada sacramental en la vida de fe. (Catecismo de la Iglesia Católica, 1236) . Y la fe es la entrega de sí mismo al Señor Jesús, reconocido como "manantial de agua [...] para la vida eterna" (Jn 4:14), "luz del mundo" (Jn 9,5), "vida y la resurrección "(Jn 11:25), como lo enseña el itinerario recorrido, también hoy en día, por los catecúmenos que están cerca de recibir la iniciación cristiana. Educados por la escucha de Jesús, por sus enseñanzas y sus obras, los catecúmenos reviven la experiencia de la Samaritana sedienta de agua viva, del ciego de nacimiento, que abre los ojos a la luz, de Lázaro que sale del sepulcro. El Evangelio lleva en sí la fuerza de transformar a los que lo acogen con fe, arrebatándolos al dominio del maligno para que aprendan a servir al Señor con alegría y novedad de vida.
A la pila bautismal nunca se va solos sino acompañados por la oración de toda la Iglesia, como lo recuerda la letanía de los santos que precede a la oración de exorcismo y a la unción pre-bautismal con el óleo de los catecúmenos. Son gestos que, desde la antigüedad, aseguran a los que se preparan a renacer como hijos de Dios que la oración de la Iglesia los asiste en la lucha contra el mal, los acompaña por el camino del bien, los ayuda a escapar del poder del pecado para pasar al reino de la gracia divina. La oración de la Iglesia. La Iglesia reza y reza por todos, por todos nosotros. Nosotros, Iglesia, rezamos por los demás. Es bonito rezar por los demás. Cuantas veces no necesitamos nada con urgencia y no rezamos. Nosotros tenemos que rezar unidos a la Iglesia por los demás. “Señor, te pido por los que están necesitados, por los que no tienen fe”.. . No os olvidéis: la oración de la Iglesia está siempre en acto. Pero nosotros tenemos que incorporarnos a esta oración y rezar por todo el pueblo de Dios y por los que necesitan oraciones. Por eso, el camino de los catecúmenos adultos está jalonado por los repetidos exorcismos pronunciados por el sacerdote (cf. CIC, 1237), o sea por oraciones que invocan la liberación de todo lo que separa de Cristo e impide la unión profunda con Él. También para los niños se pide a Dios que los libre del pecado original y los consagre como morada del Espíritu Santo (ver Rito del bautismo de los niños, n. ° 56). Los niños. Rezar por los niños, por la salud espiritual y corporal. Es una forma de proteger a los niños con la oración. Como atestiguan los Evangelios, Jesús mismo combatió y expulsó a los demonios para manifestar la venida del Reino de Dios (cf. Mt 12,28): su victoria sobre el poder del maligno deja espacio libre al señorío de Dios que alegra y reconcilia con la vida.
El bautismo no es una fórmula mágica, sino un don del Espíritu Santo que habilita a los que lo reciben a "luchar contra el espíritu del mal", creyendo que "Dios ha enviado a su Hijo al mundo para destruir el poder de Satanás y transferir al hombre de las tinieblas a su reino de luz infinita” (ver Rito del bautismo de los niños, n. ° 56). Sabemos por experiencia que la vida cristiana siempre está sujeta a la tentación, sobre todo a la tentación de separarse de Dios, de su voluntad, de la comunión con él, para volver a caer en los lazos de las seducciones mundanas. Y el Bautismo nos prepara, nos da fuerza para esta lucha diaria, también la lucha contra el diablo que –como dice San Pedro- como un león, intenta devorarnos, destruirnos.
A la oración sigue la unción en el pecho con el óleo de los catecúmenos, que "reciben la fuerza para renunciar al diablo y al pecado, antes de acercarse a la fuente y renacer a la vida nueva" (Bendición de los óleos: Introducción , No. 3). Debido a la propiedad del aceite de penetrar en los tejidos del cuerpo para beneficiarlo, los antiguos luchadores solían untarse con aceite para tonificar los músculos y escapar más fácilmente a la presa del adversario. A la luz de este simbolismo, los primeros cristianos adoptaron la costumbre de ungir el cuerpo de los candidatos para el bautismo con aceite bendecido por el obispo [1], con el fin de significar mediante esta "señal de salvación", que el poder de Cristo Salvador fortalece para luchar contra el mal y vencerlo (cf. Rito del Bautismo de los Niños, n. ° 105).
Es fatigoso luchar contra el mal, escapar de sus engaños, recuperar la fortaleza después de una lucha agotadora, pero debemos saber que toda la vida cristiana es un combate. Pero también debemos saber que no estamos solos, que la Madre Iglesia reza para que sus hijos, regenerados en el Bautismo, no sucumban a las asechanzas del malvado sino que las venzan por la potencia de la Pascua de Cristo. Fortificados por el Señor resucitado, que venció al príncipe de este mundo (cf. Jn 12,31), también nosotros podemos repetir con la fe de San Pablo: "Todo lo puedo en Aquel que me conforta" (Filipenses 4:13). Todos nosotros podemos vencer, vencer todo, pero con la fuerza que me da Jesús.
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[1] Esta es la oración de bendición, que expresa el significado de este aceite: " Señor Dios, fuerza y defensa de tu pueblo, que has hecho del aceite un símbolo de vigor, dígnate bendecir este óleo y concede tu fortaleza a las personas que se preparan al bautismo que han de ser ungidas con él, para que, al aumentar en ellas el conocimiento de las realidades divinas y la valentía en el combate de la fe, vivan más hondamente el Evangelio de Cristo, y, admitidas entre tus hijos e hijas de adopción, gocen de la alegría de sentirse renacidas y de formar parte de tu Iglesia. Por Jesucristo nuestro Señor. Bendición de los óleos, n. 21.
Saludos en las diversas lenguas
Saludos en francés
Me complace dar la bienvenida a los peregrinos francófonos, en particular a los jóvenes: a los fieles de Lille, acompañados por Monseñor Hérouard; a los representantes de la enseñanza católica de Créteil, acompañados por Monseñor Santier; a los elegidos de Pévèle Carembault y a los seminaristas de Bélgica. En esta fiesta de San Marcos Evangelista, os invito a poner siempre la Palabra de Dios en el centro de vuestras vidas. ¡Que Dios os bendiga!
Saludos en inglés
Saludo a los peregrinos de habla inglesa presentes en la audiencia de hoy, especialmente a los que provienen de Inglaterra, Irlanda, Dinamarca, Finlandia, Nueva Zelanda, China, Indonesia, Filipinas, Canadá, Estados Unidos de América. En la alegría de Cristo Resucitado, invoco sobre vosotros y sobre vuestras familias el amor misericordioso de Dios nuestro Padre. ¡Qué el Señor os bendiga!
Saludos en alemán
Doy una cordial bienvenida a los peregrinos de lengua alemana. En el bautismo, el Señor nos da la fuerza para vencer el mal. Os exhorto a todos: ¡no os canséis nunca de luchar contra el mal y de vivir el amor de Cristo! Que el Espíritu Santo os conceda su gracia.
Saludos en español
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en modo particular a los grupos provenientes de España y América Latina. Los animo a perseverar en este combate, manteniéndose firmes en la fe en Jesucristo, vencedor del pecado y de la muerte, y constantes en la oración al Padre, pidiendo por todos los que se encuentran en peligro y sufren tribulación. Muchas gracias.
Saludos en portugués
Saludo de todo corazón a los peregrinos de habla portuguesa, en particular al grupo procedente de Blumenau, a los fieles de la parroquia Nogueira/Braga y a los miembros de la Obra de Santa Zita, animando a todos a vivir como bautizados, imitando a la Samaritana sedienta de agua viva, al ciego de nacimiento que abre los ojos a la luz y a Lázaro que sale del sepulcro. ¡No os dejéis robar vuestra identidad cristiana! Con estos deseos, invoco sobre vosotros y sobre vuestras familias y comunidades la abundancia de las bendiciones del Cielo.
Saludos en árabe
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua árabe, en particular a los que provienen de Egipto, de Jordania y de Oriente Medio. La Palabra de Dios ilumina vuestra vida y nos da la fuerza para caminar según la voluntad de Dios. Ella es nuestro escudo en las tentaciones, nuestra espada afilada contra el maligno y sus siervos. Apagad vuestra sed cada día, recurriendo a la fuente inagotable de la Palabra de Dios. ¡Qué el Señor os bendiga a todos e ilumine vuestro camino con la luz de su Palabra y con la fuerza del Espíritu Santo!
Saludos en polaco
Doy la bienvenida a los peregrinos polacos. En particular saludo al arzobispo de Lublin, al Colegio de los Rectores, a los profesores y a los estudiantes de la Universidad Católica de Lublin, que han venido aquí en ocasión del 100° aniversario de su fundación y del 70° aniversario de la pastoral de estudiantes. Con vosotros doy gracias al Señor por cada bien espiritual que ha nacido en vuestra comunidad universitaria a lo largo de estos cien años. Os animo a continuar la investigación de las relaciones existentes entre fe y razón, y al mismo tiempo a estudiar nuevos métodos de profundización de las ciencias humanas y naturales, para responder cada vez mejor a los retos que el mundo moderno plantea al hombre y a la sociedad. ¡Que os acompañe vuestro profesor Karol Wojtyla- San Juan Pablo II! Os bendigo de todo corazón así como a todos los peregrinos aquí presentes. ¡Alabado sea Jesúcristo!
Saludos en croata
Saludo cordialmente a los peregrinos croatas, en particular a la delegación del Ministerio de Defensa, del Ministerio del Interior y del Ministerio de los Veteranos de la República de Croacia, junto a los respectivos señores ministros y a los oficiales del Estado Mayor, de la Academia Militar y de la Policía de Estado acompañados por el obispo, Monseñor Jure Bogdan. Queridos amigos, habéis venido a Roma en ocasión del 20o aniversario de la fundación del Ordinariato Militar en Croacia. Que la bendición de Dios sea siempre con vosotros y con vuestras familias, para que con la misión que se os ha confiado, llevéis a la sociedad la esperanza y la paz. Saludo también a los peregrinos de la eparquía de Križevci, junto con el eparca Nikola Kekić, así como a los fieles de la archidiócesis de Đakovo-Osijek. Que en vuestro compromiso de cada día, la misericordia de Dios sea vuestra fuerza. ¡Os bendigo de todo corazón! ¡Alabados sean Jesús y María!
Saludos en italiano
Doy una cordial bienvenida a los fieles de lengua italiana. Me complace recibir a los Misioneros Verbitas, a las Siervas de María Ministras de los Enfermos y a las Hermanas de San Pablo de Chartres. Animo a todos a ser fieles a Cristo para que rezplandezca la alegría del Evangelio.
Saludo a los confirmados de la diócesis de Treviso, acompañados por el arzobispo Monseñor Gianfranco Gardin, a la peregrinación de los Grupos del Evangelio de la Tenda del Magnificat, a los estudiantes, a las parroquias, al Instituto bioquímico italiano, a la banda de Casalbordino, a la Asociación Nueva Sociedad San Antonio de Sutri y a los antiguos alumnos Rogacionistas.
Un pensamiento especial para los jóvenes, los ancianos, los enfermos y los recién casados. Hoy celebramos la fiesta de San Marcos Evangelista. Que su intercesión os sostenga en el camino de fe, para que, siguiendo su ejemplo, os convirtáis en oyentes y anunciadores del Evangelio de Cristo, atestiguándolo con la vida.
Llamamiento del Santo Padre
El próximo viernes, 27 de abril, en Panmunjeom se celebrará una reunión Inter-Coreana, a la que participarán los líderes de las dos Coreas, el Sr. Moon Jae-in y el Sr. Kim Jong Un. Ese encuentro será una ocasión propicia para dar inicio a un diálogo transparente y a un camino concreto de reconciliación y de renovada fraternidad, al fin de garantizar la paz en la península de Corea y en el mundo entero.
Al pueblo coreano, que desea ardientemente la paz, aseguro mi oración personal y la cercanía de toda la Iglesia. La Santa Sede acompaña, apoya y anima cada iniciativa útil y sincera para construir un futuro mejor, bajo el signo del encuentro y de la amistad entre los pueblos. A los que tienen responsabilidades políticas directas, les pido que tengan el coraje de la esperanza haciéndose “artesanos” de paz, mientras los exhorto a seguir con confíanza el camino emprendido por el bien de todos. Y como Dios es Padre de todos y Padre de paz, os invito a rezar a nuestro Padre, Dios, Padre de todos, por el pueblo coreano, tanto por los que están en el Sur como por los que están en el Norte.