La audiencia general ha tenido lugar esta mañana a las 9:30 en la Plaza de San Pedro donde el Santo Padre Francisco ha encontrado grupos de peregrinos y fieles de Italia y de todo el mundo.
El Santo Padre, terminado el ciclo de catequesis sobre la santa misa, ha dedicado su atención al sacramento del bautismo.
Tras resumir su discurso en diversas lenguas, el Santo Padre ha saludado en particular a los grupos de fieles presentes procedentes de todo el mundo. La audiencia general ha terminado con el canto del Pater Noster y la bendición apostólica.
Catequesis del Santo Padre
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Los cincuenta días del tiempo litúrgico pascual son propicios para reflexionar sobre la vida cristiana que, por su naturaleza, es la vida que proviene de Cristo mismo. De hecho, somos cristianos en la medida en que permitimos que Jesucristo viva en nosotros. Entonces, ¿desde dónde podemos comenzar a reavivar esta conciencia si no desde el principio, desde el Sacramento que ha encendido la vida cristiana en nosotros? .Este es el Bautismo. La Pascua de Cristo, con su carga de novedad, nos alcanza a través del Bautismo para transformarnos a su imagen: los bautizados son de Jesucristo, Él es el Señor de su existencia. El bautismo es el "fundamento de toda la vida cristiana" (Catecismo de la Iglesia Católica, 1213). Es el primero de los sacramentos, ya que es la puerta que permite a Cristo el Señor tomar morada en nuestra persona y a nosotros sumergirnos en su Misterio.
El verbo griego "bautizar" significa "sumergir" (véase CIC, 1214). El baño con agua es un ritual común a varias creencias para expresar la transición de una condición a otra, un signo de purificación para un nuevo comienzo. Pero para nosotros, los cristianos, no debe pasar por alto que si es el cuerpo el que se sumerge en el agua, es el alma la que se sumerge en Cristo para recibir el perdón del pecado y resplandecer con la luz divina (cf. Tertuliano, Sobre la resurrección de los muertos, VIII, 3: CCL 2, 931, PL 2, 806). En virtud del Espíritu Santo, el bautismo nos sumerge en la muerte y resurrección del Señor, ahogando en la pila bautismal al hombre viejo, dominado por el pecado que separa de Dios y dando vida al hombre nuevo, recreado en Jesús. En él, todos los hijos de Adán son llamados a una nueva vida. El Bautismo es, pues, un renacimiento. Estoy seguro, segurísimo de que todos nosotros recordamos la fecha de nuestro nacimiento: seguro. Pero yo me pregunto, con algo de duda, y os pregunto a vosotros : ¿Cada uno de nosotros recuerda la fecha de su bautismo? Algunos dicen que sí –está bien-. Pero es un sí algo débil porque quizás muchos no la recuerdan. Pero si celebramos el día en que nacimos ¿por qué no celebrar, o por lo menos recordar, el día del renacimiento? Yo os pongo unos deberes para casa. Los que no se acuerden de la fecha del bautismo, que pregunten a su madre, a los tíos, a los sobrinos, que pregunten: “¿Tú sabes cuál es la fecha de mi bautismo?” . Y no la olvidéis nunca. Y ese día dad gracias al Señor porque es precisamente el día en que Jesús entró en mí, en que el Espíritu Santo entró en mí. ¿Habéis entendido bien los deberes? Todos tenemos que saber la fecha de nuestro bautismo. Es otro cumpleaños: el cumpleaños del renacimiento. No os olvidéis de hacerlo, por favor.
Recordemos las últimas palabras del Señor Resucitado a los Apóstoles; son un mandato preciso: "Id y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo" (Mt 28, 19). A través del lavacro bautismal, el que cree en Cristo se sumerge en la misma vida de la Trinidad.
De hecho, no es un agua cualquiera la del Bautismo, sino el agua sobre la que se invoca el Espíritu que "da vida" (Credo). Pensamos en lo que Jesús dijo a Nicodemo, para explicarle el nacimiento en la vida divina: "El que no nazca de agua y de espíritu no puede entrar en el Reino de Dios. Lo nacido de la carne, es carne; lo nacido del Espíritu es espíritu "(Jn 3: 5-6). Por lo tanto, el bautismo también se llama "regeneración": creemos que Dios nos ha salvado "según su misericordia, por medio del baño de regeneración y de renovación del Espíritu." (Tito 3: 5).
El bautismo es, por lo tanto, un signo eficaz de renacimiento, para caminar en una nueva vida. San Pablo lo recuerda a los cristianos de Roma: "¿O es que ignoráis que cuantos fuimos bautizados en Cristo Jesús fuimos bautizados en su muerte? Fuimos, pues, con él sepultados por el bautismo en la muerte, a fin de que, al igual que Cristo fue resucitado de entre los muertos por medio de la gloria del Padre, así también nosotros vivamos una vida nueva"(Rom 6: 3-4).
Al sumergirnos en Cristo, el Bautismo también nos hace miembros de su Cuerpo, que es la Iglesia, y partícipes de su misión en el mundo (Cfr. CCC 1213).Nosotros, los bautizados, no estamos aislados: somos miembros del Cuerpo de Cristo. La vitalidad que fluye de la fuente bautismal se ilustra con estas palabras de Jesús: "Yo soy la vid, vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto”(Jn 15, 5). Una misma vida, la del Espíritu Santo, fluye de Cristo a los bautizados, uniéndolos en un solo Cuerpo (cf. 1 Cor 12:13), con el crisma de la santa unción y alimentado en la mesa eucarística.
El bautismo permite a Cristo vivir en nosotros y a nosotros vivir unidos a él, para colaborar en la Iglesia, cada uno según su condición, en la transformación del mundo. Recibido solo una vez, el lavacro bautismal ilumina toda nuestra vida, guiando nuestros pasos hacia la Jerusalén del Cielo. Hay un antes y un después del bautismo. El Sacramento supone un camino de fe, que llamamos catecumenado, evidente cuando es un adulto quien pide el bautismo. Pero incluso los niños, desde la antigüedad, son bautizados en la fe de sus padres (véase Rito del Bautismo de los Niños, Introducción, 2). Y sobre esto quisiera deciros algo. Algunos piensan : pero ¿por qué bautizar a un niño que no entiende? Esperemos a que crezca, a que entienda y sea él mismo el que pida el bautismo . Pero esto significa no tener confianza en el Espíritu Santo, porque cuando bautizamos a un niño, en ese niño entra el Espíritu Santo y el Espíritu Santo hace que crezcan en ese niño, desde pequeño, virtudes cristianas que florecerán después. Siempre hay que dar a todos esta oportunidad , a todos los niños, la de tener dentro al Espíritu Santo que los guíe durante la vida. ¡No os olvidéis de bautizar a los niños! Nadie merece el Bautismo, que es siempre un don gratuito para todos, adultos y recién nacidos. Pero como sucede con una semilla llena de vida, este regalo arraiga y da fruto en una tierra alimentada por la fe. Las promesas bautismales que renovamos cada año en la Vigilia Pascual deben ser reavivadas todos los días para que el Bautismo "cristifique": no hay que tener miedo de esta palabra: el bautismo nos “cristifica”, quien ha recibido el bautismo y es “cristificado” se asemeja a Cristo , se transforma en Cristo y se hace de verdad otro Cristo.
Saludos en las diversas lenguas
Saludos en francés
Saludo con alegría a los peregrinos provenientes de Francia, de Bélgica y otros países francófonos, en particular a los jóvenes franceses de diferentes colegios e institutos. Que la renovación de las promesas de vuestro bautismo os pueda ayudar a vivir siempre más unidos a Jesucristo para conducir una vida nueva y colaborar con la Iglesia en la transformación del mundo. ¡Dios os bendiga!
Saludos en inglés
Saludo a los peregrinos de habla inglesa presentes en la audiencia de hoy, especialmente a los de Inglaterra, Bélgica, Países Bajos, Noruega, Sudáfrica, Australia, Indonesia y Estados Unidos de América. Dirijo un saludo particular al grupo parlamentario del Reino Unido para las relaciones con la Santa Sede. En la alegría de Cristo Resucitado, invoco sobre vosotros y sobre vuestras familias el amor misericordioso de Dios Padre. ¡Que el Señor os bendiga!
Saludos en alemán
Saludo de todo corazón a los peregrinos de lengua alemana. En el bautismo, el Señor nos ha vuelto a crear. Convertíos en misionarios de esta vida nueva y de este amor. ¡El Papa cuenta con vosotros! Dios os bendiga a todos.
Saludos en español
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española venidos de España y Latinoamérica. En este tiempo pascual, los animo a recordar el día de su bautismo, que es el mayor regalo que hemos recibido, para que haciendo memoria de nuestra condición de cristianos tomemos conciencia de que pertenecemos a Dios y estamos llamados a ser testigos, en el ámbito donde vivimos, de la alegría de la salvación. Que Dios los bendiga. Muchas gracias.
Saludos en portugués
Saludo de todo corazón a todos los peregrinos de lengua portuguesa, en particular a los fieles de Portugal y de Brasil. Queridos amigos, ser bautizados significa ser llamados a la santidad. Pedimos la gracia de poder vivir nuestros compromisos bautismales como verdaderos imitadores de Jesús, nuestra esperanza y nuestra paz. ¡Dios os bendiga!
Saludos en árabe
Doy una cordial bienvenida a los peregrinos de lengua árabe, ¡en particular a los que provienen de Oriente Medio! Queridos hermanos y hermanas, reavivemos cada día las promesas bautismales, para permitir a Cristo de vivir en nosotros y a nosotros de vivir unidos a Él, para que podamos colaborar en la Iglesia a la transformación del mundo, cada uno según su condición. ¡El Señor os bendiga!
Saludos en polaco
Queridos peregrinos polacos, os saludo cordialmente y os deseo que permanezcáis en la alegría de Pascua. Durante la vigilia pascual renovamos las promesas bautismales: renunciamos a Satanás y a todo lo que nos conduce al pecado, profesamos nuestra fe y prometimos fidelidad a Cristo. Dichas promesas tienen que ser renovadas cada día, porque sabemos que Cristo vive en nuestro interior; que Él nos ayude a servirle con toda nuestra vida. Que este pensamiento de la catequesis de hoy sea para todos vosotros ocasión de reflexión personal. Os bendigo de todo corazón.
Saludos en italiano
Saludo cordialmente a los fieles de lengua italiana.
Me complace recibir a las Monjas Canosianas, a la Comunidad Católica Palavra Viva, a los peregrinos de la diócesis de Génova, con su pastor, el cardenal Angelo Bagnasco, y a las parroquias, especialmente a las de Vico del Gargano y de Varapodio. Animo a todos a ser fieles a Cristo para que podáis hacer resplandecer la alegría del Evangelio.
Saludo al grupo de la Universidad del Campus Biomédico de Roma, después de 25 años del inicio de dicha significativa institución. Exhorto a todos a vivir el evento como ocasión de renovado impulso al servicio del enfermo, atestiguando con ello la alegría y los valores de la fe.
Saludo a los grupos de estudiantes; a la Escuela para Migrantes de Florencia; a los miembros de la Unión deportiva ACLI; a los participantes a la manifestación promovida por la Lega Pro y la delegación del campeonato mundial automovilista de “Fórmula E”.