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Saludo del Cardenal Secretario de Estado con motivo de la iniciativa del Hospital Pediátrico Bambino Gesù "Querido Papa Francisco, te regalo un dibujo" (Palidoro, 19 de diciembre de 2017), 20.12.2017

Ayer se abrió una exposición  de dibujos en  la sede del Hospital de Palidoro (Fiumicino) inaugurada por S.E. el  cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano,  con la que comienza la  campaña de recaudación de fondos organizada por el  Hospital  Bambino Gesú  y "La Civiltà Cattolica", con motivo de la iniciativa "Querido Papa Francisco, te regalo un dibujo", cuyo objetivo es sostener las curas y la acogida de los pacientes procedentes del extranjero.

Publicamos a continuación el saludo que d Su Eminencia  el cardenal Pietro Parolin, pronunció ayer durante la inauguración:

Saludo del Secretario de Estado

Excelencia,
Señora Presidenta,
Distinguidos doctores y personal paramédico,
Señoras y señores,
Queridos amigos,

Me complace intervenir en  la apertura de la exposición "Querido Papa Francisco, te regalo un dibujo". Agradezco a la Junta Directiva del Hospital Pediátrico Bambino Gesù por esta invitación. También doy las gracias  a las Autoridades presentes aquí por su intervención

La exposición recoge los dibujos regalados  al Santo Padre por los niños de los cinco continentes. Narran  el mundo visto por los niños. Me gustaría destacar la colaboración entre el Hospital Pediátrico Bambino Gesù y la revista La Civiltà Cattolica, a la que se confiaron estos preciosos dibujos para que dieran fruto, como pequeños talentos. Son un regalo de los  niños al Papa y ahora pueden convertirse en un regalo para otros niños.

El Hospital lanza así una iniciativa encaminada a sostener las actividades de cuidados sanitarios  dirigidas a los pequeños pacientes carentes de  cobertura sanitaria  y procedentes de los diversos continentes. La Santa Sede, que se preocupa por el bien de los niños, apoya con alegría este proyecto.

En la actividad internacional de la Santa Sede, la atención de los niños ocupa un lugar privilegiado y en este contexto, el Hospital Pediátrico Bambino Gesù desempeña una tarea primordial que combina la pasión de la caridad con la inteligencia del conocimiento médico. Sostener su acción significa ampliar las fronteras  de la solidaridad, sea en la acogida de  los niños de diferentes países del mundo sea en la difusión de la formación  y el conocimiento.

Me complace visitar la sede de Palidoro en esta ocasión. Esta bella estructura atestigua la intuición profética del beato Pablo VI que, en 1978, hace casi 40 años, confiaba el centro, primero administrado por la Obra de Asistencia Pontificia, a la dirección del  Hospital.

En ese gesto podemos leer un acto de discernimiento para interpretar los signos de los tiempos: después del descubrimiento de la vacuna de Sabin y la erradicación de la polio, la estructura, dedicada a la cura de esa enfermedad, necesitaba encontrar una nueva vocación. Fue un desafío importante que requirió inversiones económicas y recursos humanos competentes en un territorio aislado y periférico.

Ese desafío de ayer, hoy, ve los gérmenes de varios frutos . Como afirmó el Papa Francisco durante la audiencia, concedida a la comunidad del Hospital en diciembre del año pasado: "El 'Bambin Jesús' no ha mirado a sus estrecheces, sino que ha creado nuevos espacios y tantos proyectos ... Esto nos dice que la calidad de la atención depende no solo de los aspectos logísticos, sino de los espacios del corazón. Es esencial ensanchar los espacios del corazón: ¡después  la Providencia no dejará de pensar también en los  espacios concretos! "

El gran esfuerzo y la gran pasión de las personas que han trabajado en Palidoro, son el signo de la capacidad de saber ampliar los espacios del corazón y saber esperar, con los ojos de la esperanza que se convierta en un espacio concreto de acogida. Le debemos gracias a todos aquellos que han contribuido diariamente al desarrollo de la sede durante todo este tiempo.

Hoy observamos resultados significativos que hacen que el centro de Palidoro sea una referencia importante para el sistema sanitario nacional italiano; un lugar donde se ofrecen respuestas concretas a niños y jóvenes enfermos. Es una estructura que apunta a la excelencia, equipada con instrumentos  de última generación para la  rehabilitación y el diagnóstico.

El tiempo litúrgico de Adviento, que estamos viviendo, nos enseña la perspectiva fecunda  de conjugar  espera  y esperanza. Por lo tanto, nos alienta a prepararnos cada vez mejor a la acogida  con el fin de responder a las necesidades de los pequeños  enfermos y de  mejorar todavía  más. En el servicio de atención necesitamos seguir continuamente el camino de la innovación científica y técnica, manteniendo siempre al paciente y su familia en el centro, respetando plenamente sus derechos e interceptando sus necesidades.

Esta ha sido siempre la misión de todo el Hospital Pediátrico Bambino Gesù. Para lograrlo, es crucial que las actividades de diagnóstico y tratamiento se basen en los valores evangélicos compartidos por todo el personal y que los dirigentes se inspiren  en la calidad profesional y la transparencia.

Quisiera terminar con las palabras del Papa Francisco: “La mirada de María, Consoladora de los afligidos, ilumina el rostro de la Iglesia en su compromiso diario en favor de los necesitados y los que sufren. Los frutos maravillosos de esta solicitud de la Iglesia hacia el mundo del sufrimiento y la enfermedad son motivo de agradecimiento al Señor Jesús, que se hizo solidario con nosotros, en obediencia a la voluntad del Padre y hasta la muerte en la cruz, para que la humanidad fuera redimida”.(Mensaje para la XXV Jornada Mundial del Enfermo 2017”.

Os doy las gracias más sinceras por vuestro esfuerzo, os animo a perseverar en el camino emprendido y os deseo a todos vosotros y a vuestros familiares una santa Navidad y un sereno Aó Nuevo.