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Audiencia a la Delegación de la Tel Aviv University, 23.10.2017

A las 12:15,  en el Salón de los  Papas del Palacio Apostólico, el Santo Padre Francisco ha  recibido en audiencia  a la Delegación de la Tel Aviv University.


Sigue el discurso pronunciado por el Papa durante el encuentro:


Discurso del Santo Padre

Queridos amigos,


Os doy una cordial bienvenida y agradezco al Prof. Joseph Klafter, Rector de la Universidad de Tel Aviv, sus amables palabras.


Expreso  a todos vosotros mi aprecio  por vuestro compromiso con la formación de las nuevas generaciones, que representan el presente y el futuro de la sociedad. La actividad educativa, aunque a veces ardua, sigue siendo una de las tareas más importantes y delicadas, ya que tiene como objetivo formar a la persona en su totalidad. Para cumplir con esta tarea fundamental son necesarias, ciertamente, grandes capacidades profesionales y técnicas, pero también empatía y  sensibilidad humana, con el fin de estimular un diálogo sincero con los estudiantes y fomentar su formación, tanto como personas que como futuros profesionales en sus respectivos campos de estudio.


En una palabra, la ciencia y la sabiduría deben caminar juntas. La sabiduría, entendida en términos bíblicos, nos permite ir más allá de las realidades empíricas para descubrir el significado último. La universidad está llamada a educar a una cultura de la sabiduría, capaz de armonizar el enfoque técnico y científico con  el humanista, con la convicción  de que la búsqueda de la verdad y la bondad es, en última instancia, única. Salomón, hijo de David, después de ascender al trono, se retiró a orar en el templo de Gabón y se dirigió al Señor con estas palabras: "Concede, pues, a tu siervo, siervo un corazón que  entienda, para juzgar a tu pueblo, para discernir entre el bien y el mal "(1 Reyes 3: 9).


Nuestro mundo necesita urgentemente desarrollar una cultura sapiencial. Hace falta construir liderazgos que marquen caminos, buscando atender las necesidades de las generaciones actuales incluyendo a todos, sin perjudicar a las generaciones futuras (cf. Enc. Laudato Si’, 53)  Satisfacer, esta necesidad de manera efectiva es  absolutamente importante considerando la fase actual de evolución y desarrollo global, marcada por crisis económicas y sociales y conflictos generacionales. Estoy seguro de que vuestra Universidad puede contribuir  a crear un nuevo liderazgo, atento a los grandes problemas éticos que cuestionan nuestras sociedades y a la necesidad de proteger y promover a los más vulnerables entre nuestros hermanos y hermanas. Solo si se ponen al servicio del  desarrollo humano integral, la ciencia y las humanidades pueden expresar su plena dignidad.


Os agradezco vuestra visita y os pido que  tengáis siempre  sed de la sabiduría, que es un don divino y nos permite llevar una vida buena y fecunda . El Señor os  bendiga, así como a vuestras familias y a vuestro importante trabajo.