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Las palabras del Papa en la oración del ángelus, 25.06.2017

Esta mañana, a las 12,00 el Santo Padre Francisco se ha asomado a la ventana del estudio en el Palacio Apostólico Vaticano para rezar el ángelus con  los fieles y peregrinos presentes en la Plaza de San Pedro
Estas han sido las palabras del Papa antes de la oración mariana

Antes  del ángelus

Queridos hermanos y hermanas ¡buenos días!

En el Evangelio de hoy (cfr Mt 10, 26-33) el Señor Jesús, después de haber llamado y enviado en misión a sus discípulos, los instruye y los prepara para enfrentar las pruebas y las persecuciones que encontrarán. Ir en misión no es hacer turismo, y Jesús advierte a los suyos: “Encontraréis persecuciones”. Los exhorta así: ‘No les tengáis miedo. No hay nada encubierto que no deba ser descubierto (…)  Lo que yo les digo en la oscuridad, decidlo vosotros a la luz. (…) Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma’ (26-28). Solo pueden matar el cuerpo, no tienen el poder de matar el alma. El envío a la misión de parte de Jesús no garantiza a los discípulos el éxito, así como no los pone a salvo de fracasos y de sufrimientos. Tienen que tener en cuenta tanto la posibilidad del rechazo, como la de la persecución. Esto asusta un poco, pero es la verdad.

El discípulo está llamado a conformar su propia vida a Cristo, que fue perseguido por los hombres, conoció el rechazo, el abandono y la muerte en la cruz. ¡No existe la misión cristiana a la enseña de la tranquilidad!. Las dificultades y las tribulaciones forman parte de la obra de evangelización y nosotros estamos llamados a encontrar en ellas la ocasión para verificar la autenticidad de nuestra fe y de nuestra relación con Jesús. Debemos considerar estas dificultades como la posibilidad para ser aún más misioneros y para crecer en la confianza en Dios, nuestro Padre, que no abandona a sus hijos en la hora de la tempestad. En las dificultades del testimonio cristiano en el mundo, nunca somos olvidados : siempre estamos asistidos por la solicitud atenta del Padre. Por eso, en el Evangelio de hoy, Jesús asegura tres veces a sus discípulos diciendo: ‘¡No temáis!, ¡No les tengáis miedo!.

También en nuestros días, hermanos y hermanas, está presente la persecución contra los cristianos. Nosotros rezamos  por nuestros hermanos y hermanas que son perseguidos y alabamos a Dios porque, a pesar de ello, siguen testimoniando con valentía y fidelidad su fe. Su ejemplo nos ayuda a no dudar en tomar posición en favor de Cristo, testimoniándolo con valentía en las situaciones de cada día,  incluso en contextos aparentemente tranquilos. En efecto, una forma de prueba puede ser también la ausencia de hostilidades y de tribulaciones. Además de ‘como ovejas entre lobos’, el Señor, también en nuestro tiempo, nos manda como centinelas en medio de la gente que no quiere que la despierten del adormecimiento mundano, que ignora las palabras de Verdad del Evangelio, construyéndose sus propias verdades efímeras. Y si vamos a estos contextos  o vivimos en ellos y decimos las Palabras del Evangelio, molestaremos  y no nos mirarán bien.

Pero en todo ello el Señor nos sigue diciendo, como decía a los discípulos de su tiempo: ‘¡No les tengáis miedo!’. No olvidemos  esta palabra: siempre, cuando tengamos alguna tribulación, alguna persecución, algo que nos haga sufrir, escuchemos la voz de Jesús en nuestro corazón: ‘¡No les tengáis miedo! ‘¡No le tengas miedo: sigue adelante! ¡Yo estoy contigo! No tengáis miedo del que se burla de vosotros  y os maltrata, y no tengáis miedo de quien os ignora, o del que  “por delante”  os  alaba pero, a vuestra  espalda combate contra el Evangelio. Hay tantos que por delante nos  sonríen, pero a nuestras  espaldas combaten contra el Evangelio. Todos los conocemos. Jesús no nos deja solos porque somos preciosos para Él. Por eso no nos deja solos: cada uno de nosotros es precioso para Jesús, y El nos acompaña.

¡Que la Virgen María, modelo de humilde y valiente adhesión a la Palabra de Dios, nos ayude a comprender que en el testimonio de la fe no cuentan los éxitos, en el testimonio de la fe no cuentan los éxitos, sino la fidelidad; la fidelidad a Cristo, reconociendo en cualquier circunstancia, incluso en  las más problemáticas, el don inestimable de ser sus discípulos misioneros!.

Después del ángelus

Queridos hermanos y hermanas,

Expreso mi cercanía a la población de la aldea  china de Xinmo arrasada  ayer por la mañana  por un desprendimiento de tierras causado por fuertes lluvias. Rezo por los difuntos y los heridos y por todos los que han perdido su casa. Dios conforte  a las familias y sostenga  a los socorristas. ¡Estoy muy cerca de vosotros!.

Hoy, en Vilna (Lituania), es proclamado beato el obispo Teófilo Matulionis, asesinado por odio a la fe en 1962, cuando tenía casi 90 años. Demos gracias a Dios por el testimonio de este defensor incansable  de la Iglesia, de la fe y de la dignidad del hombre. Lo saludamos con un aplauso, junto a todo el pueblo lituano. 

¡Os saludo a todos , romanos y peregrinos! De manera particular, saludo al arzobispo mayor, a los obispos, a los sacerdotes y a los fieles de la Iglesia greco-católica ucraniana, así como  a los peregrinos de Bielorrusia, que recuerdan el 150° aniversario de la canonización de San Josafat.  Me uno espiritualmente a la Divina Liturgia que celebraréis dentro de poco en la basílica de San Pedro, invocando del Señor para cada uno el valor del testimonio cristiano y el don de la paz para la querida tierra ucraniana.

Saludo a los monaguillos de Komorow (Polonia) y a los demás fieles polacos, con un pensamiento también  para  los peregrinos al Santuario de la Madre de Dios de Gietrzwałd.  Saludo a los fieles chilenos de Santiago de Chile, Rancagua y Copiapó, como también a los de Montpellier y de Córcega. Saludo a los confirmandos de Tombolo y a la peregrinación de la Orden de los Mínimos de San Francisco de Paula.

Deseo a todos un buen domingo y, por favor no os olvidéis  de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y hasta pronto!