Catequesis del Santo Padre
Saludos en las diversas lenguas
La audiencia general de esta mañana ha tenido lugar esta mañana a las 9, 25 en la Plaza de San Pedro donde el Santo Padre Francisco ha encontrado a los grupos de peregrinos y fieles procedentes de Italia y de todos los lugares del mundo.
En su discurso, el Papa, ha hablado del tema: “Maria Magdalena apóstola de la esperanza” (cfr Gv 20,15-18a).
(cfr Gv 19,25-27).
Después de resumir su catequesis en diversas lenguas, el Santo Padre ha saludado en particular a los grupos de fieles presentes.
La audiencia general ha terminado con el canto del Pater Noster y la bendición apostólica
Catequesis del Santo Padre
Queridos hermanos y hermanas: ¡Buenos días!
En las últimas semanas nuestra reflexión se mueve, por así decirlo, en la órbita del misterio pascual. Hoy encontramos a aquella que, según los Evangelios, fue la primera persona que vio a Jesús resucitado: Maria Magdalena. El descanso del sábado había terminado hacía poco. El día de la pasión no hubo tiempo para completar los ritos fúnebres; por eso, en aquel amanecer lleno de tristeza, las mujeres van a la tumba de Jesús con ungüentos perfumados. La primera en llegar es ella: María Magdalena, uno de las discípulas que habían acompañado a Jesús desde Galilea, poniéndose al servicio de la Iglesia naciente. En su camino hacia el sepulcro se refleja la fidelidad de tantas mujeres que han dedicado años a los senderos del cementerio, en memoria de alguien que ya no está. Los lazos más auténticos no se rompen ni siquiera con la muerte: hay quien sigue amando aunque la persona amada se haya ido para siempre.
El Evangelio (cf. Jn 20,1-2.11-18) describe a la Magdalena aclarando inmediatamente que no era una mujer de vida alegre. Efectivamente, después de la primera visita al sepulcro, vuelve decepcionada al lugar donde los discípulos estaban escondidos; cuenta que han movido la piedra de la entrada al sepulcro, y su primera hipótesis es la más fácil que se pueda formular: alguien debe haber robado el cuerpo de Jesús. Así, el primer anuncio que María lleva no es el de la resurrección, sino el de un de robo perpetrado por desconocidos, mientras toda Jerusalén dormía.
Los Evangelios narran después un segundo viaje de la Magdalena al sepulcro de Jesús. ¡Era testaruda¡ Fue, volvió, porque no estaba convencida…Esta vez, su paso es lento, muy pesado. María sufre por partida doble: en primer lugar, por la muerte de Jesús, y luego por la inexplicable desaparición de su cuerpo.
Mientras se inclina cerca de la tumba, con los ojos llenos de lágrimas, es cuando Dios la sorprende de la manera más inesperada. El evangelista Juan reitera la persistencia de su ceguera: no se da cuenta de la presencia de dos ángeles que la interpelan, y tampoco sospecha nada cuando ve al hombre a su espalda: cree que es el jardinero. Y, en cambio, descubre el evento más impactante de la historia humana cuando finalmente la llaman por su nombre: "María" (V. 16).
¡Que hermoso es pensar que la primera aparición del Resucitado -según los evangelios- haya acaecido de una manera tan personal! Que haya alguien que nos conoce, que ve nuestro sufrimiento y nuestra decepción, que se conmueve por nosotros, y nos llama por nombre. Es una ley que encontramos esculpida en muchas páginas del Evangelio. En torno a Jesús hay muchas personas que buscan a Dios; pero la realidad más prodigiosa es que, mucho antes, es sobre todo Dios quien se preocupa por nuestra vida, el que la quiere aliviar y para ello nos llama por nombre, reconociendo el rostro de cada uno. Cada hombre es una historia de amor que Dios escribe en esta tierra. Cada uno de nosotros es una historia de amor de Dios .A cada uno nos llama por nombre: conoce nuestro nombre, nos mira, nos espera, nos perdona, tiene paciencia con nosotros. ¿Es verdad o no? Cada uno de nosotros lo experimenta.
Y Jesús la llama: "¡María!": La revolución de su vida, la revolución destinada a transformar la existencia de cada hombre y mujer, comienza con un nombre que resuena en el jardín del sepulcro vacío. Los Evangelios nos describen la felicidad de María: la resurrección de Jesús no es una alegría suministrada con cuentagotas, sino una cascada que arrolla toda la vida. La existencia cristiana no está entretejida con felicidad suave, sino con ondas que arrollan todo. Tratad de pensar también vosotros en este momento, con el bagaje de decepciones y derrotas que cada uno de nosotros lleva en su corazón, que hay un Dios cercano a nosotros, que nos llama por nuestro nombre y nos dice: "Levántate, deja de llorar, porque he venido a liberarte ".¡Que hermoso es esto!.
Jesús no es uno que se adapte al mundo, tolerando que en él perduren la muerte, la tristeza, el odio, la destrucción moral de las personas... Nuestro Dios no es inerte; al contrario, nuestro Dios- me permito esta palabra- es un soñador: sueña con la transformación del mundo, y la ha realizado en el misterio de la resurrección.
María quisiera abrazar a su Señor, pero ahora Él está orientado al Padre celestial, mientras ella es enviada a llevar el anuncio a los hermanos. Y así, aquella mujer, que antes de conocer a Jesús estaba a merced del maligno (cf. Lc 8,2), ahora se ha convertido en apóstola de la nueva y mayor esperanza. ¡Que su intercesión nos ayude también a nosotros a vivir esta experiencia: en la hora del llanto y en la hora del abandono, escuchar a Jesús resucitado, que nos llama por nombre, y, con el corazón lleno de alegría, ir y anunciar: ¡"He visto al Señor"! (vs. . 18).¡He cambiado de vida porque he visto al Señor! Ahora no soy como antes, soy otra persona. He cambiado porque he visto al Señor. Esta es nuestra fuerza y esta es nuestra esperanza. Gracias
Saludos en las diversas lenguas
Saludos en francés
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua francesa, especialmente al Colegio de Defensa de la OTAN, al grupo de la Universidad Católica de Lovaina, a la peregrinación diocesana de Gante, así como a los fieles que han venido de Francia, Suiza y Costa de Marfil.
Hermanos y hermanas, Maria Magdalena hubiera querido abrazar al Señor. Pero Él la manda a llevar a la buena noticia a los apóstoles. También nosotros, en la hora de llanto y el abandono, podemos escuchar a Jesús que nos llama por nuestro nombre y nos envía a anunciar la buena nueva a los hermanos.
Saludos en inglés
Saludo a los peregrinos de lengua inglesa presentes en la audiencia de hoy, especialmente a los de Inglaterra, Irlanda, Swazilandia, Hong Kong, Indonesia, India, Filipinas, Vietnam, Canadá y los Estados Unidos de América. En la alegría de Cristo resucitado, invoco sobre todos vosotros y vuestras familias el amor misericordioso de Dios nuestro Padre. ¡Que el Señor os bendiga!
Saludos en alemán
Con afecto saludo a los hermanos y hermanas procedentes de los países de habla alemana. Dios no nos deja solos en las fatigas y en las necesidades de la vida. El Señor resucitado nos llama por nombre como a María Magdalena y quiere que también nosotros seamos mensajeros en nuestro mundo de alegría pascual y apóstoles de su esperanza. ¡Que el Espíritu Santo os conceda para ello la fuerza de su gracia!
Saludos en español
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica. Les animo a perseverar en la oración y en la escucha de la Palabra de Dios, para que en los momentos de dolor y abandono, sientan cómo Jesús resucitado los llama por su nombre, y salgan con el corazón lleno de alegría a anunciar a todos la Buena Notica de la Resurrección. Que Dios los bendiga.
Saludos en portugués
Saludo cordialmente a los peregrinos de habla portuguesa, especialmente a los brasileños llegados de Bahía, Fortaleza y Brasilia. Queridos amigos, el Señor está siempre con nosotros, incluso en los momentos más oscuros de nuestras vidas. Dejémonos iluminar por la presencia del Señor resucitado y seamos testigos suyos en el mundo. ¡Dios os bendiga!
Saludos en árabe
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua árabe, en particular a los procedentes del Líbano, Jordania y Oriente Medio. Maria Magdalena llevó la esperanza de la resurrección a los discípulos, para que ellos también pudieran llevar esta Buena Nueva a todo el mundo. La Magdalena nos enseña a perseverar en la búsqueda del encuentro con el Resucitado; a no permitir que la amargura de la muerte y del duelo extingan en nosotros el deseo de conocer a Jesús y a dejar que el encuentro con El transforme nuestra tristeza en alegría y a nosotros en testigos suyos. El encuentro con el Resucitado nos resucita y nos ayuda a resucitar a otros de los sepulcros oscuros de la incredulidad. ¡Que el Señor os bendiga y os proteja del maligno!
Saludos en polaco
Me complace dar la bienvenida a los peregrinos polacos, especialmente a los veteranos del Segundo Cuerpo de la Armada Polaca, que han venido a Italia por el aniversario de la batalla de Montecassino. Saludo a todos vosotros, combatientes aquí presentes, que durante la Segunda Guerra Mundial luchásteis por la libertad de vuestro país y de las otras naciones. ¡Que vuestro esfuerzo, el compromiso y el sacrificio de vuestros compañeros que dieron la vida, fructifiquen con la paz en Europa y en todo el mundo!. Bendigo de corazón a todos los presentes y a vuestras familias. ¡Alabado sea Jesucristo!
Saludos en italiano
Me alegra saludar a los Misioneros Monfortianos de la Compañía de María, con ocasión de su capítulo general y a las Adoratrices Perpetuas del Santísimo Sacramento, y los exhorto a renovar su adhesión a su carisma fundacional para transmitir el amor y la misericordia de Dios en el contexto eclesial de hoy.
Saludo a los sacerdotes profesores de Seminarios Mayores e Institutos Superiores afiliados a la Universidad Pontificia Urbaniana; a los fieles de Andria y Paterno Avezzano; al personal de la Policía del Estado de la Provincia de Ancona; a la Asociación Abuelos Felices y al Comité de las víctimas de Rigopiano.
¡Que la visita a las tumbas de los Apóstoles en el mes de María acreciente en cada uno la devoción a la Madre de Dios, para ser discípulos-misioneros de la alegría pascual de la resurrección!
Un saludo especial a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados. Hoy se celebra la fiesta de San Pasquale Baylón, patrono de las Asociaciones Eucarísticas. Su amor por la Eucaristía os indique, queridos jóvenes, la importancia de la fe en la presencia real de Jesús. El pan eucarístico os sustente, queridos enfermos, para hacer frente con serenidad a la prueba y sea para vosotros, recién casados, el alimento en el crecimiento humano y espiritual de vuestra nueva familia.