Catequesis del Santo Padre
Saludos en las diversas lenguas
Llamamiento del Santo Padre
La audiencia general de esta mañana ha tenido lugar esta mañana a las 9,30 en la Plaza de San Pedro donde el Santo Padre Francisco ha encontrado a los grupos de peregrinos y fieles procedentes de Italia y de todos los lugares del mundo.
En su discurso el Papa, ha centrado su meditación en el tema: “Esperando contra toda esperanza” (cfr. Rm 4,16-25). Después de resumir su catequesis en diversas lenguas, el Santo Padre ha saludado en particular a los grupos de fieles presentes A continuación, tras saludar a la delegación de las superintendencias iraquíes, formada por los representantes de varios grupos religiosos y presente en la audiencia, ha dirigido una invitación a la oración para la reconciliación en Irak..
La audiencia general ha terminado con el canto del Pater Noster y la bendición apostólica
Catequesis del Santo Padre
El pasaje de la Carta de san Pablo a los Romanos, que acabamos de escuchar es un gran don para nosotros. Efectivamente, estamos acostumbrados a reconocer a Abraham como nuestro padre en la fe; hoy el Apóstol nos hace comprender que Abraham también es para nosotros padre en la esperanza; no sólo padre de la fe, sino padre en la esperanza. Y esto, porque en su vicisitud ya podemos entrever un anuncio de la Resurrección, de la vida nueva que vence al mal y a la misma muerte.
El texto dice que Abraham creyó en el Dios "que da vida a los muertos y llama a las cosas que no son para que sean" (Rm 4:17); y luego precisa: "No vaciló en su fe al considerar su cuerpo ya sin vigor..y el seno de Sara igualmente estéril" (Rm 4:19). Así es la experiencia que también nosotros estamos llamados a vivir. El Dios que se revela a Abraham es el Dios que salva, el Dios que saca de la desesperación y de la muerte, el Dios que llama a la vida. En la historia de Abraham todo se convierte en himno al Dios que libera y regenera, todo se convierte en profecía. Y se convierte para nosotros, para nosotros que ahora reconocemos y celebramos el cumplimiento de todo esto en el misterio de la Pascua. Para Dios "que resucitó de entre los muertos a Jesús" (Rm 4:24), para que también nosotros podamos pasar en Él de la muerte a la vida. Y, realmente, Abraham bien puede llamarse entonces " padre de muchas naciones", porque resplandece como anuncio de una nueva humanidad -¡ nosotros! -, rescatada por Cristo del pecado y de la muerte e introducida de una vez por todas en el abrazo del amor de Dios.
En este punto, Pablo nos ayuda a focalizar la estrecha unión entre la fe y la esperanza. Afirma, efectivamentes, que Abraham "creyó, esperando contra toda esperanza" (Rm 4:18). Nuestra esperanza no se asienta sobre razonamientos, previsiones y seguridades humanas; y se manifiesta allí donde ya no hay esperanza, donde no queda nada que esperar, como sucedió con Abraham, frente a su muerte inminente y a la esterilidad de su esposa Sara. Se acercaba el final para ellos, no podían tener hijos, y en esa situación, Abraham creyó y tuvo esperanza contra toda esperanza.¡ Y esto es grandioso! La gran esperanza está enraizada en la fe y, por eso, es capaz de ir contra toda esperanza. Sí, porque no se basa en nuestra palabra, sino en la Palabra de Dios. También en este sentido, estamos llamados a seguir el ejemplo de Abraham que, incluso ante la evidencia de una realidad que parecía destinada a la muerte, se fía de Dios, "con el pleno convencimiento de que poderoso es Dios para lo prometido" (Rm 4,21). Me gustaría preguntaros: Nosotros, todos nosotros, ¿estamos convencidos de ello? ¿Creemos que Dios nos ama y que está dispuesto a cumplir todo lo que nos ha prometido? “Pero, padre, ¿cuánto tenemos que pagar? Sólo hay un precio, " abrir el corazón ". Abrid vuestros corazones y esta fuerza de Dios os llevará adelante, hará cosas milagrosas y os enseñará qué es la esperanza. Este es el único precio: abrir el corazón a la fe y Él hará el resto.
Esta es la paradoja y, al mismo tiempo, el elemento más fuerte, el más alto de nuestra esperanza. Una esperanza fundada en una promesa que, desde el punto de vista humano, parece incierta e impredecible, pero que no falla incluso ante la muerte, cuando el que promete es el Dios de la Resurrección y de la vida. ¡Esto no lo promete cualquiera! El que promete es el Dios de la Resurrección y de la vida.
Queridos hermanos y hermanas, pidamos hoy al Señor la gracia de permanecer firmes no tanto en nuestra seguridad, en nuestras capacidades, sino en la esperanza que brota de la promesa de Dios, como verdaderos hijos de Abraham. Cuando Dios promete, cumple lo que promete. Nunca falta a su palabra. Y entonces nuestra vida asumirá una luz nueva, conscientes de que Aquel que resucitó a su su Hijo tambien nos resucitará y nos hará, verdaderamente, uno con El, junto con todos nuestros hermanos en la fe. Todos nosotros creemos. Hoy estamos todos en la Plaza, alabamos al Señor, cantaremos el Padrenuestro, después recibiremos la bendición ... Pero esto pasa. Pero esta también es una promesa de esperanza. Si tenemos hoy un corazón abierto, os aseguro que todos nos encontraremos en la plaza del Cielo que nunca jamás pasará. Esta es la promesa de Dios y esta es nuestra esperanza, si abrimos nuestros corazones. Gracias.
Saludos en las diversas lenguas
Saludos en francés
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua francesa, en particular a los jóvenes llegados desde de Francia, así como a la Asociación de Paralíticos de Francia y a la Comunidad de la Fuente.
Mientras nos preparamos para celebrar la muerte y resurrección de Jesús, mantened siempre firme la esperanza de resucitar un día con Él. Esta esperanza nos da la fuerza para perseverar en el camino de nuestra vida. ¡Dios os bendiga!
Saludos en inglés
Saludo a los peregrinos de lengua inglesa presentes en la audiencia de hoy, especialmente a los procedentes de Inglaterra, Escocia, Finlandia, Noruega, Filipinas y Estados Unidos de América. Dirijo un saludo especial a los representantes del grupo parlamentario del Reino Unido para las relaciones con la Santa Sede, y aprecio la labor que han realizado. Con el ferviente deseo de que esta Cuaresma sea para vosotros y vuestras familias un tiempo de gracia y de renovación espiritual, invoco sobre vosotros toda la alegría y la paz del Señor Jesús. ¡Dios os bendiga!
Saludos en alemán
Dirijo un cordial saludo a los peregrinos de lengua alemana. Alimentad vuestra esperanza a través del contacto diario con Cristo en la oración, en la lectura del Evangelio y en las obras de caridad. Aprovechad bien este tiempo de Cuaresma para la fe en el Dios de la vida. ¡Que el Señor os proteja al igual que a vuestras familias!.
Saludos en español
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Pidamos a la Virgen María que en este tiempo de cuaresma nos ayude a intensificar nuestra preparación espiritual para que la celebración del misterio pascual de Cristo renueve nuestra fe y nuestra esperanza. ¡Que el Señor os bendiga!. Muchas gracias.
Saludos en portugués
Con un afecto particular saludo al grupo de "Amigos dos Museus de Portugal", y también a los profesores y estudiantes del “Colégio Cedros”, deseando a todos los peregrinos de idioma portugués presentes y a sus familias, una vitalidad espiritual renovada en la adhesión, fiel y generosa, a Cristo y a la Iglesia. Mirad al futuro con esperanza y no os canséis de trabajar en la viña del Señor. ¡Que la Virgen María vele vuestro camino!
Saludos en árabe
Doy una cordial bienvenida a los peregrinos de la lengua árabe, en particular a los procedentes de Irak. Queridos hermanos y hermanas, por fe María acogió la palabra del Ángel y creyó en el anuncio de que sería la Madre de Dios, acogiendo también en sí lo que no entendía del actuar de Dios y dejando que Él le abriera la mente y el corazón. Como ella, también nosotros estamos llamados a vivir sostenidos por la fe y a mirar con esperanza al cumplimiento de la voluntad de Dios en nuestras vidas. ¡El Señor os bendiga!
Saludos en polaco
Saludo cordialmente a los peregrinos de Polonia, y especialmente al grupo de invidentes de Wieliczka. Queridos hermanos y hermanas, mientras nos preparamos para celebrar los misterios de la muerte y resurrección de nuestro Señor, aprendamos a vivir la esperanza que es más fuerte que la muerte y que todo mal, porque se basa en la Palabra de Dios, que resucitó a su Hijo y también nos resucitará a la nueva vida. ¡Que su bendición os acompañe siempre!. ¡Alabado sea Jesucristo!
Saludos en italiano
Doy una cordial bienvenida a los peregrinos de lengua italiana. Saludo a los sacerdotes del Movimiento de los Focolares, a la asociación "Provida Italia" y al Comité Pro Viernes Santo de Cave. Saludo a los fieles de Cassino, que recuerdan el septuagésimo aniversario de la consagración de la iglesia de San Antonio de Padua; al Grupo "Unasca Italia" y al equipo Basket for ever de Gaeta. ¡Que la visita a la Ciudad Eterna acreciente en cada uno la comunión con la Iglesia Universal y con el Sucesor de Pedro!.
Por último, dirijo un saludo especial a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados. Queridos jóvenes, el tiempo de Cuaresma es precioso para redescubrir la importancia de la fe en la vida diaria; queridos enfermos, unid vuestros sufrimientos a la Cruz de Cristo para construir la civilización del amor; y vosotros, queridos recién casados, favoreced la presencia de Dios en vuestra nueva familia.
Llamamiento del Santo Padre
Me complace saludar a la delegación de Superintendencias iraquíes formada por los representantes de varios grupos religiosos, acompañada por Su eminencia el cardenal Tauran, Presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso. La riqueza de la amada nación iraquí estriba precisamente en este mosaico que representa la unidad en la diversidad, la fuerza de la unión, la prosperidad en la armonía. Queridos hermanos, os animo a seguir adelante en este camino e invito a rezar para que Irak encuentre en la reconciliación y la armonía entre sus distintos componentes étnicos y religiosos, la paz, la unidad y la prosperidad. Mi pensamiento va a las poblaciones civiles atrapadas en los distritos occidentales de Mosul y a los desplazados a causa de la guerra, a quienes me siento unido en el sufrimiento, a través de la oración y la cercanía espiritual. Al mismo tiempo que expreso mi profundo pesar por las víctimas del sangriento conflicto, renuevo a todos el llamamiento a comprometerse con todas sus fuerzas en la protección de los civiles, como obligación imperativa y urgente.