Después de rezar el ángelus el Papa saludó a los presentes en la Plaza, entre otros a los fieles polacos de Varsovia y de otras localidades en peregrinación mariana y dio la bienvenida a los españoles llegados de Ciudad Real y de Formentera.
Entre los italianos mencionó a los procedentes de Cuneo, Zelarino, Mattarello y Malcesine, Fino Mornasco y Monteolimpino; a los de Cavenago d’Adda, Almenno San Salvatore y Serravalle Scrivia que dentro de poco recibirán el sacramento de la Confirmación y a los fieles de Ferrara, Latina, Sora, Roseto degli Abruzzi, Creazzo y Rivalta sul Mincio.
“Saludo –dijo a continuación- al grupo venido con motivo de la Jornada de las Enfermedades Raras. Gracias, gracias a vosotros por todo lo que hacéis y espero que los pacientes y sus familias estén sostenidos adecuadamente en su camino, que no es fácil, tanto en el ámbito médico como en el legislativo”.
“Os deseo a todos un buen domingo. Por favor no os olvidéis de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y hasta pronto!”, terminó.